Los mercados penalizan al d¨®lar por la decepci¨®n ante el 'plan Bush'
Dudas sobre un efecto r¨¢pido en la recuperaci¨®n econ¨®mica en EE UU
El d¨®lar cay¨® ayer hasta un cambio de 1,0531 por euro debido a la decepci¨®n causada por el plan econ¨®mico de Bush, aunque el retroceso de las bolsas tambi¨¦n pes¨® en las decisiones de los operadores. Adem¨¢s de los mercados financieros, algunos diarios econ¨®micos y muchos expertos acogieron de forma negativa la reforma fiscal de Bush, con el argumento de que favorece principalmente a las clases m¨¢s adineradas.
El cambio oficial del Banco Central Europeo para el euro fue de 1,0377 d¨®lares, en l¨ªnea con el tipo de cambio que mantuvieron ambas divisas durante casi toda la sesi¨®n, por debajo de los 1,04 d¨®lares, pero la apertura a la baja de Wall Street dio paso a la ca¨ªda de la moneda estadounidense, que, a ¨²ltima hora de la tarde, se cambiaba a 1,0491 d¨®lares.
Analistas, mercados y ciudadanos evaluaban ayer el plan de est¨ªmulos al crecimiento presentado por el presidente George Bush sin llegar a un acuerdo sobre lo que realmente puede suponer para la econom¨ªa. Hay dudas de que el efecto vaya a ser tan r¨¢pido como para notarse en este ejercicio, dado que las propuestas presidenciales, con un efecto de 670.000 millones de d¨®lares en 10 a?os, deben ser aprobadas por un Congreso donde Bush necesita apoyos dem¨®cratas. Wall Street respalda las ideas presidenciales, como puso de manifiesto la subida del lunes, al filtrarse el alcance de las propuestas, si bien tanto el martes, tras el discurso de Bush, como ayer, el ¨ªndice Dow Jones estuvo en n¨²meros rojos.
Iniciativa econ¨®mica
A Bush no se le podr¨¢ reprochar que no se interesa por la econom¨ªa y el empleo, acusaci¨®n que cost¨® la Casa Blanca a su padre tras el triunfo en la primera guerra contra Irak. En su gigantesco plan hay para todos, con ese doble objetivo expl¨ªcito de animar la econom¨ªa y crear puestos de trabajo, pero ayer ya se pon¨ªan en dudas sus aut¨¦nticas intenciones. The New York Times editorializaba que las propuestas presidenciales constituyen una c¨ªnica acumulaci¨®n de medidas muy desequilibradas a favor de las ¨¦lites econ¨®micas. En el otro extremo, The Wall Street Journal aplaud¨ªa con fuerza al presidente por su "gran y valiente plan de recorte de impuestos".
Los partidarios m¨¢s ideologizados del presidente subrayaban que lo anunciado por Bush "es una reforma fiscal m¨¢s que un est¨ªmulo econ¨®mico", como dec¨ªa Kevin Hasset, del American Enterprise Institute. Las rentas altas son las beneficiadas por la reforma, como prueban todos los modelos a los que se aplica. La idea del presidente de que la mitad de los americanos son inversores enmascara la realidad de que la inmensa mayor¨ªa lo son con m¨ªnimas cantidades vinculadas a planes de jubilaci¨®n que ahora no tributan, pero lo har¨¢n al hacer efectiva la inversi¨®n en el futuro.
Para los cr¨ªticos del paquete, el sesgo a favor de las ¨¦lites es un error porque no son los acomodados quienes m¨¢s contribuyen al consumo, del que depende el 70% de la econom¨ªa de EE UU. Glen Hubbard, responsable del Consejo de Asesores Econ¨®micos del presidente, replica que ese sector de la poblaci¨®n es clave porque la mitad de los contribuyentes en el 1% de las rentas m¨¢s altas son propietarios de peque?as y medianas empresas, las que m¨¢s empleo crean y m¨¢s dependen de la presi¨®n fiscal. Seg¨²n la Casa Blanca, la nueva fiscalidad puede agregar un 0,4% al PIB este a?o y un 1,1% en el electoral 2004.
El paquete de recortes fiscales debe ser aprobado por el Congreso, donde los republicanos necesitan el apoyo de nueve senadores dem¨®cratas. Bush logr¨® el apoyo de la oposici¨®n en 2001, pero las reacciones de quienes le apoyaron entonces son ahora negativas.
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