Marina Rossell se arriesga a renovar el cancionero popular de Catalu?a en 'Cap al cel', su nuevo disco
Marina Rossell (Gornal, 1954) cumple 25 a?os en la profesi¨®n. Lo celebra con un nuevo disco, Cap al cel, producido por Marc Parrot, El Chaval de la Peca, con el que quiere quitar peso pol¨ªtico y religioso a canciones catalanas como L'emigrant, La Santa Espina o el Virolai, y que ha presentado con gran ¨¦xito en el Palau de la M¨²sica de Barcelona. "Es mi trabajo m¨¢s arriesgado, m¨¢s que cantar en castellano", asegura la cantante, que desde 1996 alterna una grabaci¨®n en catal¨¢n con otra en espa?ol.
Marina Rossell se ha atrevido con un repertorio de canciones que tienen un hondo significado emocional en Catalu?a. "Canciones sagradas, intocables", dice, "que empezaron a construirse hace cien a?os o m¨¢s, igual que la Sagrada Familia, igual que el paseo de Gracia de Barcelona, que antes era una riera. Empez¨® el Modernismo, la Renaixen?a, Antoni Gaud¨ª... Y esas canciones estaban ah¨ª, con todo ese esplendor de la cultura catalana".
El t¨ªtulo, Cap al cel (Hacia el cielo), lo ha tomado de la letra del Virolai. "Cuando estaba prohibido el catal¨¢n, el Virolai no lo estaba al ser un canto religioso. Y serv¨ªa para expresarlo todo", cuenta. En la caja del disco hay una cita de Gaud¨ª -"la originalidad consiste en volver al origen"-, y Antoni Puigverd ha escrito que el polvo y las grasas patri¨®ticas hab¨ªan arrinconado estas canciones en el desv¨¢n, y que ahora parecen nuevas, limpiadas con el delicado jab¨®n de Marina. "La santa espina, por ejemplo, siempre se hab¨ªa cantado con mucha exaltaci¨®n. Era como una imposici¨®n. Y eso hac¨ªa que a muchos, incluida yo, nos produjera urticaria. He intentado darle otra legimitad musical. Por eso es un gran reto".
El disco se ha publicado hace unas semanas. "Hay un c¨ªrculo m¨¢gico en el sentido m¨¢s profundo de la palabra. Veo a personas muy mayores que vienen a que se lo firme, que lo compran para sus hijos y para sus nietos. Y mucha gente muy joven que lo compra para sus padres y sus abuelos", dice emocionada. "Me acuerdo de mis viejos, que est¨¢n los dos muertos, y de cuando ¨ªbamos a cantar nosotros de peque?os a la coral. Y veo que no se ha roto la cadena".
Este verano, Marina Rossell cant¨® en Segovia, en una plaza abarrotada, y al final del concierto pens¨® cantar el Virolai a ver qu¨¦ pasaba. "Por primera vez en mi vida lo cant¨¦ en p¨²blico. Maurici Villavecchia me dijo: 'Siento como si el hermano mayor y el peque?o hicieran las paces'. Porque no hay una canci¨®n m¨¢s catalana. Y en el coraz¨®n de Castilla, la gente la escuchaba de un modo natural, con emoci¨®n, con respeto...". "No tengo que vender las canciones populares ni mi catalanismo", afirma. "Si he podido cantar en castellano sin reticencias es porque siento que soy tan catalana que lo ¨²nico que hago es a?adir algo. Siento esa libertad. El biling¨¹ismo es una bendici¨®n para m¨ª".
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