Europa y la batalla global por la innovaci¨®n. ?Es demasiado tarde?
El futuro del Continente como potencia econ¨®mica y tecnol¨®gica est¨¢ en juego. Es hora de actuar

Hace apenas unas semanas, China lanz¨® DeepSeek, un modelo de inteligencia artificial (IA) con capacidades avanzadas que desaf¨ªa directamente a OpenAI y Google DeepMind. No solo el desarrollo de esta tecnolog¨ªa ha sido sorprendente, sino tambi¨¦n su decisi¨®n de lanzarlo en c¨®digo abierto, poniendo en manos de programadores de todo el mundo un recurso que hasta ahora era exclusivo de unos pocos. Este evento marca un hito en la carrera tecnol¨®gica global y, al mismo tiempo, resalta la situaci¨®n de Europa en la competencia por la innovaci¨®n.
Seg¨²n el informe sobre competitividad europea de Mario Draghi, publicado en septiembre de 2024, Europa ha quedado rezagada en la carrera de la innovaci¨®n. Algunos datos relevantes lo confirman:
1. China avanza a gran velocidad en sectores clave como la inteligencia artificial, la computaci¨®n en la nube y la computaci¨®n cu¨¢ntica. De los diez principales inversores mundiales en computaci¨®n cu¨¢ntica, cuatro provienen de China, mientras que cinco son de Estados Unidos, reflejando una competencia cada vez m¨¢s intensa entre ambas potencias. En 2021, las empresas europeas gastaron 270.000 millones de euros menos que sus hom¨®logas estadounidenses en I+D. Mientras EE UU ha enfocado su inversi¨®n en software y tecnolog¨ªas digitales, la mayor parte del gasto europeo sigue concentrado en sectores tradicionales.
2. Entre 2008 y 2021, alrededor del 30% de las start-ups europeas que alcanzaron el estatus de unicornio (valoradas en m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares) trasladaron sus operaciones fuera de Europa, principalmente a EE UU. En China, sin embargo, la mayor¨ªa de las empresas emergentes de alto crecimiento escalan primero en el mercado nacional antes de expandirse globalmente con el apoyo del Estado.
3. La UE cuenta solo con tres instituciones de investigaci¨®n entre las 50 mejores del mundo, mientras que China tiene 15 y EE UU atesora 21.
Estos datos llevan a una pregunta inevitable: ?ha perdido Europa la batalla global de la innovaci¨®n? Y, m¨¢s importante a¨²n, ?hay algo que todav¨ªa pueda hacer para evitar quedar relegada? Europa no carece de investigaci¨®n ni de talento. Universidades y centros de investigaci¨®n producen avances significativos, y hay un ecosistema de start-ups tecnol¨®gicas con gran potencial. Sin embargo, el problema radica en la escalabilidad.
Seg¨²n el Informe Draghi, en los ¨²ltimos 50 a?os no se ha creado desde cero ninguna empresa europea con una capitalizaci¨®n de mercado superior a los 100.000 millones de euros. Mientras tanto, en EE UU, en ese mismo per¨ªodo han surgido las seis empresas m¨¢s valiosas del mundo, con valoraciones superiores a un bill¨®n de euros.
Las razones de este estancamiento son conocidas: inversi¨®n insuficiente, fragmentaci¨®n del mercado, burocracia excesiva y una cultura empresarial m¨¢s aversa al riesgo. Mientras en EE UU y China la innovaci¨®n es una prioridad estrat¨¦gica con financiaci¨®n p¨²blica y privada alineada, en Europa la inversi¨®n en I+D es del 2,3% del PIB, frente al 3,5% de EE UU y el 2,6% de China. Adem¨¢s, las start-ups europeas encuentran dificultades para acceder a capital de crecimiento, lo que lleva a muchas a venderse antes de alcanzar su madurez.
El informe de Draghi propone una serie de medidas para revertir esta situaci¨®n y reforzar la competitividad europea en innovaci¨®n. Algunas de las m¨¢s destacadas incluyen:
1. Aumentar la inversi¨®n en I+D: Europa necesita duplicar el presupuesto de Horizonte Europa y reformar el Consejo Europeo de Innovaci¨®n para enfocarse en tecnolog¨ªas disruptivas, al estilo de DARPA en EE UU.
2. Un mercado ¨²nico para la innovaci¨®n: simplificar regulaciones, adoptar la patente unitaria en todos los pa¨ªses de la UE y armonizar normativas fiscales para permitir que las start-ups puedan escalar r¨¢pidamente.
3. Retener talento y empresas emergentes: crear incentivos para que las scale-ups europeas permanezcan en la regi¨®n, con financiamiento p¨²blico-privado alineado con la expansi¨®n de empresas innovadoras.
4. Facilitar el acceso a capital de crecimiento: expandir los fondos de capital de riesgo en Europa y mejorar la coordinaci¨®n entre instituciones como el Fondo Europeo de Inversiones y el Consejo Europeo de Innovaci¨®n.
5. Desarrollar capacidades en IA y computaci¨®n cu¨¢ntica en las empresas: Europa est¨¢ rezagada en la adopci¨®n de computaci¨®n de alto rendimiento y necesita un plan para acelerar la adopci¨®n de inteligencia artificial en sectores clave como la industria, la salud y la energ¨ªa.
6. Promover un liderazgo tecnol¨®gico europeo: apoyar a sectores con alto potencial como la biotecnolog¨ªa, la energ¨ªa sostenible y los semiconductores con una estrategia industrial coordinada a nivel europeo.
M¨¢s all¨¢ de estas propuestas, la cuesti¨®n fundamental es si Europa est¨¢ dispuesta a asumir los cambios estructurales necesarios. ?Queremos ser l¨ªderes en innovaci¨®n o nos conformamos con ser seguidores? ?Estamos dispuestos a reformar nuestras regulaciones y sistemas de financiamiento para fomentar un ecosistema de alto crecimiento?
La pregunta clave es qui¨¦n define el futuro tecnol¨®gico y con qu¨¦ valores. Si Europa no recupera terreno en innovaci¨®n, ?c¨®mo garantizar¨¢ el crecimiento econ¨®mico, y el empleo? Sin creaci¨®n de riqueza no es posible un modelo sostenible de solidaridad, algo que caracteriza el modelo social europeo. Sin un entorno propicio para su desarrollo, el riesgo de perder competitividad y justicia social es alto.
En la misma l¨ªnea, el impacto en la geopol¨ªtica y la cultura es preocupante, ya que la competencia en innovaci¨®n trasciende lo econ¨®mico. Si tecnolog¨ªas emergentes como la inteligencia artificial y la computaci¨®n cu¨¢ntica quedan bajo el dominio de Estados Unidos y China, Europa corre el riesgo de quedar relegada a un papel secundario. La pregunta es clara: ?queremos que nuestras normas y valores influyan en el desarrollo de estas tecnolog¨ªas, o aceptaremos sin m¨¢s las reglas impuestas por otros?
Asimismo, la soberan¨ªa digital de Europa est¨¢ en entredicho. Nuestras infraestructuras tecnol¨®gicas dependen de actores externos, lo que nos hace vulnerables en un mundo donde la seguridad y el control de los datos son cada vez m¨¢s estrat¨¦gicos.
El futuro de Europa como potencia econ¨®mica y tecnol¨®gica est¨¢ en juego. No basta con reconocer el problema; es hora de actuar.
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