El ex letrado de Ullastre pone en duda su acusaci¨®n contra la mujer de ¨¦ste
El desfile de testigos descubre la azarosa investigaci¨®n del 'caso Olot'
"No me pidas c¨®mo, pero yo s¨¦ que la Montse lo sab¨ªa. Y se me caen los cojones por el suelo". Esta frase que Sebasti¨¤ Puigdecanet, el antiguo abogado de Ramon Ullastre, dirigi¨® a una letrada amiga -y que fue grabada por la Guardia Civil- es una de las pruebas que incriminan a Montserrat Teixidor en el secuestro de Maria ?ngels Feliu. Pero en su declaraci¨®n de ayer ante el tribunal que juzga al matrimonio Ullastre junto a otros seis acusados, el letrado Puigdecanet asegur¨®: "Hoy tengo mis dudas".
Tambi¨¦n otra testigo, la vecina de la casa contigua a la del zulo, en Sant Pere de Torell¨®, record¨® ayer en el juicio que Montserrat Teixidor les ten¨ªa p¨¢nico a las serpientes, aunque en su declaraci¨®n ante la Guardia Civil dijo lo contrario. La testigo, Hortensia Ferreiro, atribuy¨® su anterior declaraci¨®n al agobio de la polic¨ªa y los medios de comunicaci¨®n. Teixidor siempre ha mantenido que ignoraba que Feliu estaba bajo su casa y jam¨¢s baj¨® al zulo porque le asustaban las serpientes que ten¨ªan all¨ª. La vecina de Ullastre explic¨® ayer que una noche se despert¨® sobresaltada por lo que parec¨ªa un llanto de una persona o un ni?o. Es probable que se tratara de los sollozos de Maria ?ngels Feliu. Ella no le dio importancia porque una vecina le coment¨® a la ma?ana siguiente que deb¨ªan ser los gatos.
Fanfarr¨®n y pendenciero
La declaraci¨®n de Josep Arcarons, hijo de los due?os de un restaurante de Sant Pere de Torell¨®, traz¨® un retrato fanfarr¨®n y pendenciero del car¨¢cter de Ullastre. Explic¨® que contrajo una deuda de 800.000 pesetas con su establecimiento y que lleg¨® a amenazarle de muerte cuando le exigi¨® el pago. Arcarons dijo tambi¨¦n que en una ocasi¨®n Ullastre les mostr¨® una bolsa de basura repleta de billetes que paseaba por todo el pueblo. Seg¨²n les explic¨®, se trataba de 25 millones de pesetas que deb¨ªa llevar a Andorra. Aunque esperaban que este dinero sirviera para saldar la deuda, Ullastre jam¨¢s les pag¨®. Los albaranes impagados de las consumiciones del restaurante de Sant Pere han servido para constatar que entre los d¨ªas 21 y 24 de noviembre de 1992, inmediatamente posteriores al secuestro de Feliu, Ullastre y su mujer no pasaron por su establecimiento, como ten¨ªan por costumbre casi diariamente.
Los vecinos de la casa de los Ullastre coincidieron en se?alar que durante mucho tiempo la vivienda ten¨ªa los portones cerrados. Entre los vecinos se especulaba que era para evitar a los acreedores. "Pens¨¢bamos que se hac¨ªa el sordo para no pagar", record¨® Hortensia Ferreiro. Otra vecina, Margarita Molas, recuerda que oy¨® varias veces el ruido de la puerta del s¨®tano de Ullastre la noche de la liberaci¨®n de Feliu. Que la presencia de Feliu en el zulo pasara inadvertida a los vecinos podr¨ªa explicarse por los constantes ruidos que proven¨ªan de una cercana central t¨¦rmica. Ramon Sol¨¤, concejal de Gobernaci¨®n del Ayuntamiento de Torell¨® en la ¨¦poca del secuestro, explic¨® que Ullastre, despu¨¦s de su detenci¨®n, le llam¨® por tel¨¦fono desde la c¨¢rcel y le asegur¨® que no hab¨ªa m¨¢s gente metida en el secuestro. Sol¨¤ tambi¨¦n conoci¨® a Antoni Guirado, el polic¨ªa de Olot acusado del secuestro, mientras ¨¦ste ejerci¨® durante un a?o de jefe de polic¨ªa de Torell¨®. El ex edil record¨® que no fue renovado porque tuvo dos embargos de sueldo y actuaba con "una prepotencia tremenda". A preguntas de la defensa de Ullastre, Sol¨¤ admiti¨® que el propietario de la casa del zulo no ten¨ªa suficiente capacidad de mando y organizaci¨®n para dirigir un grupo de secuestradores.
Sebasti¨¤ Puigdecanet, el antiguo abogado de Ullastre, suaviz¨® muy mucho los t¨¦rminos de las opiniones expresadas sobre el matrimonio acusado de secuestro en la grabaci¨®n que se usa como prueba. En esta cinta, Puigdecanet mantiene que Ullastre "es una bestia, es el criminal nato", y su esposa, "una mu?eca vac¨ªa".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.