El mismo nombre, dos opciones

Poseen ambos id¨¦ntica denominaci¨®n as¨ª como propietarios comunes. Por una parte hablamos de uno de los bares m¨¢s chic de San Sebasti¨¢n, Basque, asomado a la Concha, y por otro lado de un restaurante de nuevo cu?o sito en el Boulevard donostiarra (Alameda del Boulevard, 9) y que ocupa la parte de s¨®tano de lo que fuera, a comienzos del siglo pasado, uno de los clubes m¨¢s distinguidos de la ciudad, el A¨¦reo Club del que se han conservado las antiguas vidrieras y algo de su acogedora marqueter¨ªa interior. Por lo dem¨¢s, todo es moderno y di¨¢fano en este local. Comenzando sobre todo por la actual y bien resulta cocina que se ofrece.

El responsable m¨¢ximo de sus fogones es un joven chef, de escasos treinta a?os, Guillermo Rodr¨ªguez, que posee una nutrida y variada experiencia profesional. Albacete?o de origen, lleva m¨¢s de cinco a?os entre nosotros y ha pasado por la cocina de, por citar s¨®lo algunos, Matteo, de Oiartzun; Urola, en la parte vieja donostiarra, y Arzak. Y justamente antes de embarcarse en este nuevo negocio particip¨® en el lanzamiento del Patio de Ramuntxo en el donostiarra barrio de Gros, al lado de Asier Abal.

Entre los entrantes de su corta pero bien estructurada carta, podemos destacar la ensalada de cigalas Gaud¨ª (simula un mosaico con el picado de frutos secos que las reboza) y delicada salsita de yogur. Impecable el foie gras fr¨ªo con puerros confitados en caldo de cocido y sorprendentes los tallarines de begi aundi a la carbonara. El apartado de pescados es brillante sobre todo por sugerencias como el rodaballo salvaje con singular guarnici¨®n de pulpo en marmitako y la lubina con consom¨¦ de hongos y txangurro.

Aunque rece en su cartel como asador, es esta la faceta m¨¢s secundaria, pero no por eso descuidada, ya que su carne a la parrilla resulta de gran calidad.

Postres de aut¨¦ntico vicio. Exquisitos tanto el postre de chocolate blanco con granada como las trufas sorpresa de dulce de leche, con el contrapunto amargo de una compota de pomelo rosa. Servicio atento y refinado a cargo de Raquel Serna.

Y en cuanto al bar antes citado, aparte de su privilegiada ubicaci¨®n (Miramar, 1), hay que resaltar que, si bien alcanz¨® su fama por las copas bien servidas y su ambiente (su terraza acristalada es punto de encuentro de lo m¨¢s guapo de la ciudad), cada vez se destaca m¨¢s por sus delicados pinchos. Sobre todo son rese?ables las tartaletas de ensalada de marisco, la brocheta de langostinos con bacon y la jugosidad de sus tortillas variadas. Servicio de alto nivel, como no od¨ªa ser menos.