Las ¨²ltimas horas de Sasha
Comienza el juicio por las muertes tras el asalto a un teatro moscovita
"No nos interesa el dinero. Queremos enterarnos de la verdad, saber de qu¨¦ muri¨® nuestro hijo, por qu¨¦ no fue tratado a tiempo. Lo que realmente deseamos es un proceso penal y no uno civil como el actual, queremos que los responsables sean castigados", explican Tatiana y Sergu¨¦i K¨¢rpov, los padres de Alexandr, uno de los 129 rehenes que perecieron despu¨¦s del asalto, el pasado 26 de octubre, al teatro Dubrovka, tomado por terroristas chechenos tres d¨ªas antes. Los K¨¢rpov son una de las 49 familias de v¨ªctimas que han demandado a las autoridades y cuya causa comienza hoy en Mosc¨².
La vida de Sasha, como llamaban cari?osamente a Alexandr sus padres, qued¨® truncada a los 31 a?os, cuando faltaban s¨®lo dos semanas para ver realizado uno de sus sue?os: el 7 de noviembre estaba programada la presentaci¨®n de su primer disco compacto, Camino a Dubl¨ªn. "Era una persona muy polifac¨¦tica: escritor, humorista, cantautor, poeta, ensayista, dibujante, traductor", recuerda su madre, Tatiana, quien junto con Sergu¨¦i, el padre, recibieron a EL PA?S en su apartamento ubicado en Zhul¨¦bino, barrio ubicado en al sureste de Mosc¨².
Los padres de uno de los 129 espectadores que fallecieron gaseados relatan la odisea de su hijo
Su mejor obra como traductor fue el libreto del musical Chicago, estrenado el a?o pasado en Mosc¨² con la participaci¨®n de populares cantantes rusos. Tatiana se levanta y abre un caj¨®n del que extrae una serie de papeles. Muestra uno: la carta que el embajador de EE UU en Mosc¨², Alexander Vershbow, les escribi¨® despu¨¦s de los tr¨¢gicos sucesos. En ella, adem¨¢s de darle el p¨¦same por la muerte de su talentoso hijo, Vershbow califica de extraordinaria la traducci¨®n que Sasha hizo de Chicago.
"Sasha era un entusiasta del folclore irland¨¦s y cre¨® un conjunto de m¨²sica celta: Raudan", explica Tatiana. Su primer disco fue presentado por sus amigos en la fecha prevista, y tambi¨¦n ha habido conciertos para promoverlo en San Petersburgo y otras ciudades. "Despu¨¦s de traducir Chicago, Sasha se interes¨® por los musicales. Quer¨ªa comparar la obra que tradujo con NordOst, sobre todo porque ¨¦ste hab¨ªa sido escrito por dos cantautores como ¨¦l, Alex¨¦i Iv¨¢shchenko y Gueorgui Vas¨ªliev. Adem¨¢s, los cantautores del grupo 32 de Agosto, al que pertenec¨ªa Sasha, tambi¨¦n quer¨ªan ver el musical, y en principio deb¨ªa haber ido con muchos amigos. Pero cuando fue a comprar las entradas para el 23, d¨ªa que la mayor¨ªa ten¨ªa libre, se encontr¨® con que quedaban s¨®lo dos. Las compr¨® y fue as¨ª como s¨®lo ¨¦l con su esposa Sveta asistieron esa noche al espect¨¢culo", recuerda Tatiana. Ella y Sergu¨¦i, juntando diversos testimonios, tratan de reconstruir lo que vivi¨® su hijo en el teatro.
"Los terroristas, para asustar a los rehenes, seleccionaron a cinco hombres, entre ellos a nuestro hijo, y los sacaron a un sal¨®n para ejecutarlos. Le pusieron un Kal¨¢shnikov a la espalda, mientras otro checheno lanzaba una r¨¢faga, que pas¨® sobre su cabeza: era s¨®lo una imitaci¨®n de fusilamiento". M¨¢s tarde, los chechenos anunciaron que necesitaban un int¨¦rprete de ¨¢rabe; como no hab¨ªa ninguno, preguntaron por traductores de ingl¨¦s. Nadie se levant¨®: ten¨ªan miedo. Entonces los terroristas advirtieron de que si no aparec¨ªa un int¨¦rprete de ingl¨¦s matar¨ªan a la mitad de los que estaban en la sala. Sasha se puso de pie, y desde ese momento estuvo la mayor parte del tiempo traduci¨¦ndoles a los chechenos. En otra ocasi¨®n, cuando lo llevaban a una habitaci¨®n, no entendi¨® la orden del terrorista que lo conduc¨ªa y encamin¨® sus pasos hacia otro lado. Como castigo, sufri¨® un segundo fusilamiento falso: de nuevo el fusil a la espalda y una r¨¢faga sobre su cabeza, cuenta Tatiana. Poco antes del asalto al teatro, le devolvieron a la sala y Sasha pudo nuevamente sentarse junto a su esposa, a quien le relat¨® lo que le hab¨ªa sucedido. Ambos perdieron el conocimiento a consecuencia del gas asesino: Sasha pereci¨® mientras Sveta se recuperaba en un hospital.
Tanto Tatiana como Sergu¨¦i piensan que quiz¨¢ se podr¨ªa haber evitado el tr¨¢gico desenlace. "En el certificado que nos dieron en el dep¨®sito de cad¨¢veres se dice: 'Causa de defunci¨®n: asesinato'. Queremos saber qui¨¦n lo asesin¨® y de qu¨¦ muri¨®. Los culpables deben ir a la c¨¢rcel", exclama el padre de Sasha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.