Un Kafka brasile?o

Cualquier acercamiento a la literatura brasile?a exige el paso por la obra de Joaquim Maria Machado de Assis (1839-1908), autor, entre otros textos, de novelas como Memorias p¨®stumas de Br¨¢s Cubas (traducci¨®n de Rosa Aguilar), Don Casmurro (traducci¨®n de Pablo del Barco), Quincas Borba (traducci¨®n de Marcelo Cohen), Helena (traducci¨®n de Basilio Losada). Y resulta estimulante que esta breve biograf¨ªa lleve la firma del escritor chileno Jorge Edwards porque revela, paralelamente, la importancia y la necesidad del acercamiento entre autores que comparten un continente pero no la lengua, como si los siglos hubiesen condenado al portugu¨¦s (menos prestigioso que el franc¨¦s, claro) al rinc¨®n de los idiomas en desuso.

Machado de Assis se sit¨²a

en la corriente de aquellos escritores capaces de abandonar los t¨®picos rom¨¢nticos y de bucear en una tradici¨®n m¨¢s pr¨®xima al Sterne del Tristram Shandy, a Stendhal, a Goethe, a Antero de Quental, a Cervantes. Como se?ala Jorge Edwards, Machado de Assis se destaca por su habilidad para escribir, en el periodo de su madurez, "memorias ficticias, memorias tramposas, nada confiables". Asimismo, se enmascara tras la imagen de un narrador culto que ironiza y se mueve a sus anchas en el plano de lo tr¨¢gico y el sarcasmo; exhibe, ¨¦l que fue un "sedentario superior", a personajes que preparan un viaje a Europa o esperan cartas del Viejo Continente.

Para este hacedor de memorias, la an¨¦cdota es mero accidente o, en todo caso, prolongaci¨®n del buceo en sus fantasmas, en lo hermosamente arbitrario de la imagen y el mito personal. As¨ª se explica que Machado de Assis cite, entre sus fuentes, a Xavier de Maistre y el Viaje alrededor de mi cuarto. Que no deba faltar su nombre entre los escritores que, de Montaigne en adelante, se sirvieron de la ficci¨®n del yo y del diario como relato entrecortado, para establecer un v¨ªnculo entre el sue?o hermano de la muerte y las costumbres y miserias de la vida cotidiana. Y que, como cuenta Jorge Edwards, el escritor Allen Ginsberg comparase a Machado de Assis con Kafka, as¨ª considerado no s¨®lo por ¨¦l sino tambi¨¦n por los escritores beatniks de San Francisco.

La literatura est¨¢ llena de estas sorpresas, de caminos poco recorridos, de figuras cuyo valor es encomiable justamente porque se salen del marco de lo previsible, de lo que ya viene digerido y se dirige a crear un reba?o de lectores complacientes, dispuestos a confirmar lo real de lo real. Vale la pena recordar que Machado de Assis fue fundador y primer presidente de la Academia Brasile?a de Letras (1897): c¨®mo han cambiado los tiempos.

De lectura amena, rica en datos anecd¨®ticos, con apreciaciones valiosas sobre las novelas y los cuentos de Machado de Assis, esta biograf¨ªa escrita por Jorge Edwards deja el regusto de los buenos alimentos y, aunque breve, abarca un material suficientemente provocador para acercarse a la obra del autor brasile?o: como en todos los vol¨²menes de la colecci¨®n Vidas Literarias, en ¨¦ste se incluyen fragmentos de diferentes obras de Machado de Assis. Las traducciones, acompa?adas por el texto original en portugu¨¦s, pertenecen al propio Jorge Edwards.