Embarcados en tierra

Despu¨¦s de 31 a?os como pescador, a Antonio Casado ganarse la vida lejos del mar le daba v¨¦rtigo. Pero fue uno de los 2.100 marineros que se quedaron en tierra por la falta de acuerdo de pesca con Marruecos y tuvo que reciclarse. Despu¨¦s de dos a?os en paro, a finales de 2002 comenz¨® a conducir una apisonadora. Ahora, espera el pago de las ayudas previstas por la Uni¨®n Europea (UE) para la reinserci¨®n de esos trabajadores a fin de comprar una excavadora e independizarse.

No es el ¨²nico que intenta rehacer su vida lejos del mar. Otro pescador, Jos¨¦ Mar¨ªa Mena, abrir¨¢ un cibercaf¨¦ y Jos¨¦ Antonio Arias, que era redero, se va a embarcar en una empresa de pintura. Y as¨ª, muchos m¨¢s. Aunque no todos los perjudicados. Del total de tripulantes afectados por la paralizaci¨®n, s¨®lo 580 podr¨¢n acceder a las ayudas dado que el reglamento comunitario es muy restrictivo.

"No quiero el desguace, quiero mi puesto de trabajo y el de mis hermanos"

Jos¨¦ Mar¨ªa cree que, tras el fraude detectado en las subvenciones al lino, la Uni¨®n Europea ha apretado demasiado las clavijas en la pesca. Tras estas cr¨ªticas, comenta que prev¨¦ la apertura del cibercaf¨¦ para febrero en Rinc¨®n de la Victoria (M¨¢laga). Conf¨ªa en que el negocio le vaya bien porque la UE exigir¨¢ la devoluci¨®n de las ayudas a aquellos proyectos que no lleguen a los cinco a?os. Jos¨¦ Antonio tampoco oculta sus temores: "Estoy ilusionado a la vez que asustado". Empez¨® a trabajar en el mar con 19 a?os y ahora, a sus 35, no s¨®lo ha tenido que cambiar radicalmente de actividad, sino convertirse en empresario.

La Uni¨®n Europea prev¨¦ dos tipos de ayudas para los pescadores. Unas indemnizaciones de hasta 12.000 euros y otra l¨ªnea de hasta 60.000 para que los marineros afronten proyectos fuera del sector pesquero. A pesar de sus miedos, Mena, Arias o Casado son afortunados. Han accedido a las subvenciones porque los barcos en los que estaban enrolados se han acogido al desguace ya que el reglamento vincula las ayudas de los pescadores al futuro de las embarcaciones. Peor suerte han corrido parte de los tripulantes de barcos recolocados en el caladero nacional. Debido a que en este trabajo son necesarios menos marineros, la mitad se ha quedado sin empleo y sin subvenci¨®n. Jos¨¦ Mar¨ªa sostiene que hubiera sido m¨¢s sencillo y m¨¢s barato que en vez de crear ayudas y ponerles condiciones draconianas, se hubieran firmado convenios con diputaciones y ayuntamientos andaluces para recolocar a los pescadores.

La situaci¨®n de los armadores no es mucho mejor. Se quejan de la lentitud del papeleo porque cada mes con el barco amarrado en espera del desguace le suponen 1.200 euros de gastos entre seguros, almac¨¦n y basura. Miguel Segura, por ejemplo, era patr¨®n de un barco en el que trabajaba con sus tres hermanos. Ahora todos est¨¢n empleados como tripulantes. Su embarcaci¨®n reun¨ªa las condiciones para recolocarse en el caladero nacional, pero sigue amarrada a puerto. Miguel desespera: "Yo no quiero el desguace, quiero mi puesto de trabajo y el de mis hermanos".