Arte en estado puro
Espacio Meteora de Sevilla abre sus puertas gratis a cualquiera que quiera mostrar su trabajo durante 30 minutos
"Los artistas est¨¢n siempre dispuestos a competir, pero les cuesta mucho compartir". Quien dice esto es Elena Fontana, una italiana de 39 a?os que lleg¨® a Sevilla en 1996 a estudiar direcci¨®n de escena y desde entonces no ha parado de generar ideas que trascienden el teatro e implican a creadores de los m¨¢s diversos ¨¢mbitos. Lo ¨²ltimo que se le ha ocurrido a esta devota de la creaci¨®n es el programa Express-Arte.
"Cualquiera que lo pida disponer del local durante 30 minutos para ense?ar su trabajo a sus amigos o a quien se pase por aqu¨ª. Da igual que sea algo terminado o en proceso. Nosotros no hacemos ninguna selecci¨®n. S¨®lo se trata de ponernos de acuerdo en el d¨ªa y la hora", coment¨® ayer Elena Fontana mientras esperaba a los chicos de Cajatonta Sound System que hab¨ªan pedido el local para trabajar en una sesi¨®n que mezcla m¨²sica e im¨¢genes grabadas de la televisi¨®n.
Elena Fontana y el franc¨¦s Damian Christea, de 27 a?os, crearon Espacio Meteora en 2000. El local de 200 metros cuadrados funciona sin ning¨²n tipo de subvenci¨®n y es como un contenedor el¨¢stico en el que lo mismo se puede asistir a un curso de danza oriental, que hacer una instalaci¨®n o ver una pel¨ªcula. Ayer se proyect¨® Tron, de Steven Lisberger (1980), la primera en la que se mezcl¨® animaci¨®n por ordenador y cine. Espacio Meteora, ubicado en la calle Duque Cornejo, cerca de la sede del Centro Andaluz de Teatro en San Luis, se transforma en una sala de teatro, en discoteca o en local de ensayos para flamenco.
En Express-Arte no hay l¨ªmites de g¨¦neros, cabe cualquier actividad que implique creaci¨®n. "No tenemos ning¨²n tipo de subvenci¨®n, pero tampoco nos interesa. Hay otras formas de mantenerse y, hasta ahora, lo hacemos con los cursos de danza oriental que imparte la bailarina Rebecca, el a?o pasado tuvimos 90 alumnas a lo largo de todo el curso. Estoy convencida de que la burocracia mata el arte y si te dan dinero, llegan los papeleos", dice esta mecenas sin cartera.
"El local se llena cuando nosotros organizamos algo, inauguraciones de exposiciones, cine, sesiones de pinchas o cualquier cosa, pero durante el d¨ªa no viene la gente y es una pena tener todo este espacio desaprovechado", comenta Fontana a quien no le falta m¨¢s que pagarle los recibos de la luz de sus casas a los artistas. Al contrario de lo que podr¨ªa pensarse Express-Arte, que comenz¨® con el a?o, no est¨¢ todo lo solicitado que podr¨ªa esperarse si se tiene en cuenta la cantidad de artistas j¨®venes que trabajan en Sevilla y no tienen oportunidades de mostrar su obra.
Juan Murillo, un maestro sevillano de 24 a?os que, de momento, hace sustituciones en clases de primaria, y Gonzalo Jim¨¦nez, estudiante de Derecho, tambi¨¦n sevillano y de 24 a?os, fueron ayer Cajatonta Sound System. El colectivo cambia seg¨²n la ocasi¨®n de componentes y de nombre, aunque no de apellido, ya que conserva Sound System. "Podemos ser lo mismo dos, que 17, depende de lo que queramos hacer en cada momento. Partimos de que somos un colectivo en el que no tiene cabida lo individual, lo importante es que cada uno vaya aportando sus ideas y pasarlo bien juntos", explica Juan Murillo que acaba de grabar en su casa im¨¢genes de la programaci¨®n de distintos canales de televisi¨®n. "Las im¨¢genes son el resultado de una sesi¨®n de zapping. Les vamos a quitar la voz a los que la tienen y, en su lugar, ponerles la m¨²sica que nos d¨¦ la gana", aclara Juan Morillo que ha llamado a la pieza Cr¨ªtica televisiva 1.
"La obra no est¨¢ hecha. Aqu¨ª tenemos una pantalla grande y un buen equipo de m¨²sica; as¨ª que trabajaremos sobre la marcha. Hoy nos llamamos Cajatonta porque se trata de la tele. Por ejemplo, cuando hacemos m¨²sica para pasarlo bien nos llamamos Manteca Sound System", asegura Gonzalo Jim¨¦nez. Al igual que este sistema de discotecas ambulantes que surgi¨® en Jamaica y de las que toman el nombre, el equipo sevillano ha montado ya varias fiestas en plena calle. Los dibujos animados enmudecieron ayer para cambiar su voz por la de raperos urbanos con letras desafiantes y cargadas de sexo o el hombre del tiempo se puso a cantar flamenco. Morillo, que se afanaba en pinchar la m¨²sica m¨¢s adecuada para las im¨¢genes, invit¨® a sus amigos a la sesi¨®n. "El proyecto est¨¢ vivo. Lo importante no son los resultados, sino compartir la creaci¨®n", apostilla Elena Fontana.
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