Las mil gracias del cuento

Con un renovado t¨ªtulo, evidentemente exagerado, reaparece ahora la excelente Antolog¨ªa de cuentos de la literatura universal, que, seleccionada por Gonzalo Men¨¦ndez Pidal y Elisa Bernis, y con una clara introducci¨®n de don Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal, public¨® la editorial Labor en 1953. Ahora vuelve a editarse, en dos tomos y sustancialmente ampliada por Francisco Rico, quien ha a?adido algo m¨¢s de la mitad de los textos de la actual selecci¨®n y compuesto un atractivo ep¨ªlogo bajo el t¨ªtulo de Idea y po¨¦ticas del cuento. En conjunto, contiene 250 relatos, procedentes de muy diversos autores, y diversas lenguas, culturas y ¨¦pocas. Desde Sinu¨¦ el egipcio (siglo XX antes de Cristo) hasta Raymond Carver podemos encontrarnos aqu¨ª con los m¨¢s h¨¢biles cuentistas y divertirnos con las historias breves m¨¢s intrigantes y emotivas, en una selecci¨®n bien espigada, en la que figuran los grandes cl¨¢sicos del g¨¦nero, y algunos relatos folcl¨®ricos .

En su pr¨®logo, Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal comentaba los lejanos or¨ªgenes del "cuento tradicional", "estos cuentos que no necesitan que un cuentista los fije y avalore bajo una forma particular de exposici¨®n, que corren libremente de boca en boca, de generaci¨®n en generaci¨®n. Ellos son los que se perpet¨²an a trav¨¦s de los siglos, y son adem¨¢s los que dieron nacimiento al g¨¦nero cuent¨ªstico". La literatura parodia y emula luego los atractivos del relato oral y refina sus efectos. Y, al lado de las colecciones an¨®nimas de los cuentos tradicionales, aparecen las ficciones de autor ingenioso y estilo chispeante.

Como escrib¨ªa Cervantes, muy bien citado aqu¨ª, "los cuentos, unos encierran y tienen la gracia en ellos mismos, otros en el modo de contarlos". La distinci¨®n entre el cuento popular y el relato breve literario es bastante clara en todas las literaturas occidentales. Y est¨¢ bien expresada en muchas lenguas (as¨ª tale/short story, conte/nouvelle, M?rchen/Novelle). Pero no es imposible el salto de uno al otro tipo y resultan muy curiosas las recreaciones literarias. (Como ejemplo, aqu¨ª se recoge la f¨¢bula de La lechera, de La Fontaine, y su modelo, un cuentecillo del Panchatantra, titulado La olla rota). Incluso entre los cuentos literarios se podr¨ªa distinguir ente aquellos que siguen una pauta cl¨¢sica, de trama redonda y final cerrado, y los relatos breves modernos (de Ch¨¦jov a Cort¨¢zar y Carver) de final abierto.

En su aguzado ep¨ªlogo, Francisco Rico insiste en la unidad fundamental de todos los relatos breves: "No tengamos reparo en llamar cuento, en buen castellano, a cualquier breve narraci¨®n de hechos ficticios". "En espa?ol, cuento es cualquier relato cuyo contenido, en general caracterizado por una unidad y una trabaz¨®n que lo hacen f¨¢cil de recordar y transmitir en su integridad, concuerda sustancialmente con el de una narraci¨®n oral viable en la pr¨¢ctica". La denominaci¨®n com¨²n avala pues la antolog¨ªa, como en ancho caj¨®n de sastre, de estos relatos. La brevedad, junto a la posible conversi¨®n oral, parece el esencial engarce del vers¨¢til g¨¦nero. Desde la antig¨¹edad y el medievo hasta los rom¨¢nticos, y de los realistas del XIX hasta ahora, los maestros del relato est¨¢n presentes aqu¨ª con sus mejores ejemplos.