Variedades de aznarofilia
La derecha espa?ola es una cosa tan importante como la izquierda. La aznarofilia -devoci¨®n por un l¨ªder concreto- es otra y admite subdivisiones. Existe la aznarofilia adventicia o sobrevenida. Desde hace tiempo, el presidente del Gobierno sabe que una forma de penetrar en un electorado para ¨¦l poco accesible consiste en agitar el antinacionalismo. No es una casualidad que haya atacado a la "tribu" nacionalista; ¨¦se es t¨¦rmino crucial porque revela la identidad con el ¨²ltimo libro de Jon Juaristi (La tribu atribulada). Pero la cita hubiera sido mejor de haberse completado: el PNV ser¨ªa, en opini¨®n de este autor, una tribu de "flagelantes flatulentos, ah¨ªtos de cocochas". Comer y lavarse son operaciones elementales y permiten la conexi¨®n con la declaraci¨®n de Jim¨¦nez de Parga que ha ido empeorando a medida que pretend¨ªa rectificar. Lo de las fuentes de colorines aparece como un complemento, al modo de las cocochas. Pero detr¨¢s de las proclamaciones de un literato brillante o de uno de los padres del Derecho pol¨ªtico no hay m¨¢s sustancia que la extra¨ªble del cerebro de un hooligan futbol¨ªstico. Eso s¨ª, el antinacionalismo puede llegar a ser una enfermedad para la convivencia colectiva. Aznar, al menos a corto plazo, obtiene votos; otros debieran preguntarse si lo que proclaman sirve a algo o alguien.
Una variedad de la aznarofilia es la aznar¨®foba. La relaci¨®n de un analista o un periodista con el pol¨ªtico siempre es complicada; suele considerar al primero como un pelda?o o como un enemigo. Lo que ha sucedido en Espa?a en los ¨²ltimos a?os ha sido que una parte de los medios han sido tratados por Aznar como lo primero y han devenido lo segundo; la relaci¨®n inversa ha concluido tambi¨¦n en id¨¦ntico resultado. De entrada, esta relaci¨®n parece profundamente enferma pues sesga la informaci¨®n y crea en la opini¨®n unos cambios que dependen de factores tan inaceptables como la oscilaci¨®n de la n¨®mina, la egolatr¨ªa o la simple man¨ªa de quien escribe. Eso es simplemente desvergonzado pero puede haber todav¨ªa modos de empeorarlo. En materia de medios de comunicaci¨®n la pol¨ªtica del Gobierno no ha sido original, pero s¨ª premeditada, y ha concluido en cat¨¢strofe. Una parte de ¨¦sta consiste en la defecci¨®n de los mentores de otro tiempo. El periodista Jim¨¦nez Losantos ejerci¨® como tal y, guiado por intereses ideol¨®gicos leg¨ªtimos, se ha pasado a?os proponiendo espa?olismo unitario a ultranza y una versi¨®n del ultraliberalismo. Ahora, en Con Aznar y contra Aznar, predica la aznarofobia repudiando cualquier gota de centrismo y todo el talante gubernamental de los ¨²ltimos tiempos. Si no se hubiera partido de una relaci¨®n enferma, el presidente se hubiera evitado la complicada relaci¨®n con aznar¨®filos aznar¨®fobos.
Quedan los aznar¨®filos simples o sin adjetivar. Corresponden a la mentalidad y el pensamiento de la derecha espa?ola. Sin duda, ven en el balance de este Gobierno muchos aspectos positivos: la unidad del partido, la pol¨ªtica econ¨®mica y fiscal, la capacidad de negociaci¨®n durante la primera etapa gubernamental, los ¨¦xitos policiales contra ETA, el abandono del poder tras dos legislaturas... Si lo piensan con mayor detenimiento, deben tener muchas m¨¢s dudas con respecto a otra peculiaridad de la gesti¨®n de Aznar sobre la que ni siquiera sabemos el final: la constituci¨®n de una galaxia de grupos econ¨®micos al amparo del poder. Les ronda la tentaci¨®n de pensar que el PP gobernaba mejor, con menos confrontaci¨®n y menos episodios delirantes, en minor¨ªa. El actual estilo mayest¨¢tico-fara¨®nico les suena a conocido y perciben en ¨¦l un camino del que es dif¨ªcil volver; de seguir as¨ª pueden pensar, por pura higiene, en la necesidad de airear La Moncloa. Pero pende sobre ellos la espada de Damocles de una sucesi¨®n problem¨¢tica. Calvo Sotelo escribi¨® del Su¨¢rez que abandon¨® el centrismo que lo hab¨ªa dejado dif¨ªcil para s¨ª mismo e imposible para los dem¨¢s. As¨ª puede suceder con Aznar que, situado ya en la historia, debiera pensar que la derecha espa?ola es algo mucho m¨¢s importante que ¨¦l mismo.
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