EE UU aceptar¨¢ dar m¨¢s tiempo a los inspectores si Francia apoya la guerra
Washington presentar¨¢ la semana pr¨®xima una oferta de acuerdo para contentar a Par¨ªs
Colin Powell quiere que Francia se integre de nuevo en la coalici¨®n militar encabezada por Estados Unidos y presentar¨¢ la semana pr¨®xima una oferta de pacto: el gobierno de Washington estar¨ªa dispuesto a permitir que los inspectores de la ONU siguieran trabajando en Irak durante todo el mes de febrero, por lo menos, si Jacques Chirac aceptara que con esas semanas adicionales pod¨ªan darse por agotadas todas las v¨ªas diplom¨¢ticas y diera, por tanto, el s¨ª a la guerra, seg¨²n fuentes del departamento de Estado. Mientras tanto, la Casa Blanca mantuvo ayer la escalada verbal contra Sadam Husein e insisti¨® en que las inspecciones eran ya in¨²tiles por la falta de cooperaci¨®n del Gobierno iraqu¨ª.
El Baradei pedir¨¢ el lunes "varios meses m¨¢s" para desempe?ar su trabajo en Irak
El giro antib¨¦lico del presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, ha colocado a Powell en una situaci¨®n muy comprometida. El secretario de Estado convenci¨® al presidente George W. Bush de que era necesario contar con el respaldo de Naciones Unidas antes de invadir Irak y negoci¨® directamente con Francia -uno de los cinco miembros permanentes y con derecho a veto del Consejo de Seguridad- la resoluci¨®n 1441. "Francia exigi¨® que se suprimiera del texto la amenaza de guerra si Irak no cumpl¨ªa inmediatamente la exigencia de desarme, y lo aceptamos, ya que todos los miembros del Consejo entend¨ªan que era la ¨²ltima oportunidad concedida a Sadam Husein antes de que la comunidad internacional recurriera a la fuerza; es incomprensible que los franceses se desvinculen ahora de ese acuerdo", dijo un alto cargo del Departamento de Estado. Powell est¨¢ personalmente furioso con Chirac porque no esperaba la maniobra francesa y cree que su posici¨®n dentro del gabinete de Bush ha quedado debilitada.
La verbosidad del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha creado un problema adicional para Colin Powell. La tormenta desatada por la despectiva alusi¨®n de Rumsfeld a la "vieja Europa", en comparaci¨®n con una "nueva Europa" que englobar¨ªa, supuestamente, a pa¨ªses como Rep¨²blica Checa, Ruman¨ªa y Espa?a, dificulta los esfuerzos diplom¨¢ticos para reconstruir la coalici¨®n militar y para conseguir que la ONU respalde la guerra. Rumsfeld y su principal colaborador, el subsecretario Paul Wolfowitz, principales art¨ªfices de la estrategia b¨¦lica para Oriente Pr¨®ximo, parecen hacer lo posible para acelerar el inicio de las operaciones militares y para que Estados Unidos las desempe?e casi en solitario.
Alemania, descartada
Ni Powell ni Bush consideran, sin embargo, que Francia est¨¦ a¨²n definitivamente descartada. "De Alemania se sabe claramente lo que piensa; de Francia, a¨²n no", afirm¨® el portavoz presidencial, Ari Fleischer. Mucho depender¨¢ del tono del informe que deben presentar los inspectores de la ONU al Consejo de Seguridad el pr¨®ximo lunes. El director del Organismo Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA), Mohamed el Baradei, encargado de verificar el desarme nuclear iraqu¨ª, elogiar¨¢ la cooperaci¨®n del Gobierno de Bagdad y pedir¨¢ "varios meses m¨¢s" para desempe?ar su trabajo, seg¨²n adelant¨® en Viena su portavoz, Mark Gwozdecky. El otro jefe de los inspectores, Hans Blix, que se ocupa de armamento qu¨ªmico y biol¨®gico y, por tanto, cubre un ¨¢rea mucho m¨¢s sensible que la de Al Baradei (seg¨²n Estados Unidos, Irak no tiene armas at¨®micas, pero s¨ª qu¨ªmicas y biol¨®gicas), es m¨¢s cauto y se reserva sus cartas. Pero en los ¨²ltimos d¨ªas ha se?alado varias veces que la cooperaci¨®n iraqu¨ª es "insuficiente".
El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, calific¨® ayer de "inaceptable" el hecho de que los cient¨ªficos militares iraqu¨ªes no estuvieran a disposici¨®n de los inspectores para ser interrogados en privado y a?adi¨® que eso situaba "el desenlace a¨²n m¨¢s cerca". "Es una nueva prueba de que Irak tiene algo que esconder", manifest¨®.
El debate del Consejo de Seguridad sobre el informe de los inspectores permitir¨¢ ver, de forma casi definitiva, con qu¨¦ aliados podr¨¢ contar Estados Unidos para lanzar una invasi¨®n y qui¨¦nes quedar¨¢n al margen. Muchos factores se combinar¨¢n la semana pr¨®xima. Uno de ellos, crucial, ser¨¢ el discurso de Bush ante las dos c¨¢maras del Congreso reunidas en sesi¨®n conjunta, el pr¨®ximo martes por la noche. El discurso sobre el estado de la Naci¨®n marca tradicionalmente el a?o pol¨ªtico en Washington y en esta ocasi¨®n el presidente se juega much¨ªsimo.
La parte del texto dedicada a Irak a¨²n no est¨¢ redactada (se escribir¨¢ en el ¨²ltimo momento, cuando se conozca lo ocurrido el lunes en la sede neoyorquina de la ONU) y de su impacto en la opini¨®n p¨²blica estadounidense depender¨¢ el equilibrio de poder entre los sectores m¨¢s belicistas de la administraci¨®n de Bush (Rumsfeld, Cheney, Wolfowitz, el propio presidente) y los moderados, representados casi exclusivamente por Colin Powell. Todos los sondeos indican que los ciudadanos de Estados Unidos est¨¢n cada vez menos convencidos de que sea oportuna una guerra en estos momentos y se inquietan cada vez m¨¢s por el deterioro de la econom¨ªa, que consideran mucho m¨¢s importante que la permanencia de Sadam Husein en el poder. La popularidad del presidente tambi¨¦n decae, aunque se mantiene relativamente alta (59%), y s¨®lo una argumentaci¨®n convincente sobre la necesidad de invadir Irak permitir¨ªa a Bush retomar la iniciativa en su plan para acabar con el r¨¦gimen de Husein y ocupar militarmente durante un largo periodo una de las principales potencias de Oriente Pr¨®ximo.
Desde Tokio, el subsecretario de Estado norteamericano, John Bolton, afirm¨® ayer que Washington tiene pruebas "muy convincentes" de que Irak mantiene un extenso programa para fabricar armas de destrucci¨®n masiva.
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