Freno al hormig¨®n
La protecci¨®n del litoral de Tarifa se enfrenta a la oposici¨®n de los promotores tur¨ªsticos
Al igual que las malas comunicaciones y la escasez de agua limitaron en su d¨ªa el desarrollo tur¨ªstico en los enclaves m¨¢s valiosos del litoral almeriense, como la franja costera del Cabo de Gata, el viento ha sido el principal aliado de los recursos naturales que a¨²n se mantienen intactos en algunos tramos de la costa gaditana. Antes de que la marea de hormig¨®n terminara por arrasar tambi¨¦n estos enclaves, el gobierno andaluz aprob¨®, el pasado 23 de diciembre, el Plan de Ordenaci¨®n de los Recursos Naturales (PORN) del futuro Parque Natural del Litoral de Tarifa y Algeciras, medida que ven¨ªa siendo reclamada desde sectores cient¨ªficos y que ha sido celebrada por los ecologistas, pero que, al mismo tiempo, ha encontrado una fuerte oposici¨®n en algunos colectivos de la zona.
El propio Ayuntamiento de Tarifa se ha mostrado contrario a este procedimiento ya que, a su juicio, se trata de una imposici¨®n que no ha contado con el consenso de los propios habitantes de la zona a proteger. Las cautelas ambientales que establece el documento son, a juicio del consistorio, un freno al desarrollo del municipio que, de esta manera, se ver¨¢ "discriminado" con relaci¨®n a otras localidades cercanas.
La oposici¨®n al nuevo parque viene determinada, sobre todo, por las aspiraciones de desarrollo tur¨ªstico que hasta ahora manten¨ªa Tarifa, aunque tambi¨¦n se ha manifestado cierta inquietud en torno a la regulaci¨®n de algunos aprovechamientos tradicionales, como la agricultura, la ganader¨ªa o la pesca.
Esta no deja de ser una tensi¨®n cl¨¢sica, que ya se ha puesto de manifiesto en otros muchos parques naturales a¨²n cuando las estad¨ªsticas demuestran que, en estos espacios protegidos, el desarrollo socioecon¨®mico termina por presentar mejores indicadores que en las poblaciones del entorno.
Lo cierto es que el PORN establece, entre otras medidas, la zonificaci¨®n de un amplio territorio que, en conjunto, supera las 19.000 hect¨¢reas, regulando las diferentes actividades en funci¨®n del grado de protecci¨®n otorgado a cada zona. De esta manera, las peque?as marismas y estuarios de los Lances, los islotes de Cabrita y las Palomas, la orla rocosa de la zona sur de la isla de Tarifa y algunas de las plataformas marinas situadas en la zona central del frente costero del Estrecho, pasan a estar considerados como espacios naturales de extraordinario inter¨¦s, lo que supone una protecci¨®n estricta y una severa limitaci¨®n a cualquier tipo de actuaci¨®n que no sea de tipo cient¨ªfico o educativo.
Tambi¨¦n reciben esta misma consideraci¨®n el conjunto arqueol¨®gico de Baelo Claudia, en la ensenada de Bolonia, el asentamiento de Los Algarbes y las canteras y acueducto romano que se conservan en la zona. En total se distinguen como zonas de reserva 2.058 hect¨¢reas, de las que 2.004 se sit¨²an en el medio marino, como es el caso del entorno de la isla de las Palomas, la isla de Tarifa o el Bajo de la Perla.
Como zonas de regulaci¨®n especial, tambi¨¦n sujetas a medidas de protecci¨®n espec¨ªficas aunque permitiendo diversos usos, se catalogan la playa de los Lances y otros espacios costeros de inter¨¦s natural y paisaj¨ªstico que suman cerca de 1.500 hect¨¢reas, zonas de sierra (m¨¢s de 4.000 hect¨¢reas) y ¨¢reas con instalaciones sujetas a la defensa nacional (256 hect¨¢reas), as¨ª como 7.200 hect¨¢reas de espacios marinos en los que se ver¨¢n regulados algunos aprovechamientos.
Finalmente, en el tercer tipo de zonas, denominadas de regulaci¨®n com¨²n y ocupadas muchas de ellas por huertas familiares, se permitir¨¢n los usos tradicionales, forestales y agroganaderos, aunque conservando el suelo en sus condiciones actuales y evitando la roturaci¨®n de enclaves con vegetaci¨®n. En este caso, las cautelas ambientales se aplican a una superficie de m¨¢s de 3.700 hect¨¢reas.
Incluso en lo que se refiere a las zonas urbanas que, l¨®gicamente, no est¨¢n sometidas a severas restricciones en cuanto a usos y actividades, se proponen nuevos modelos de planeamiento urban¨ªstico que sean respetuosos con el paisaje.
En definitiva, el futuro parque natural trata de convertirse en una garant¨ªa para la supervivencia de una comarca especialmente valiosa, tanto por las comunidades vegetales y animales que alberga, con presencia de numerosas especies end¨¦micas y en peligro de extinci¨®n, como por ser punto de referencia en las rutas migratorias que enlazan el continente europeo y el africano, el Mediterr¨¢neo y el Atl¨¢ntico. Al margen del importante trasiego de aves que se registra en esta zona, los sectores marinos que tambi¨¦n han quedado protegidos son vitales en el tr¨¢nsito, por el Estrecho, de mam¨ªferos protegidos, tortugas o bancos de grandes peces pel¨¢gicos que acuden a desovar al Mediterr¨¢neo.
Comentarios y sugerencias a prop¨®sito de Cr¨®nica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es
El orden correcto
En opini¨®n de los ecologistas, el procedimiento que la Administraci¨®n ha establecido para la protecci¨®n del litoral de Tarifa y Algeciras sigue, por una vez, el orden correcto, ya que, explica Daniel L¨®pez, de Ecologistas en Acci¨®n, "el PORN precede al parque natural y no al rev¨¦s, como ven¨ªa siendo habitual".
De esta manera, sostiene el colectivo conservacionista, pueden preservarse estos terrenos de ciertas maniobras urban¨ªsticas, poco respetuosas con el medio ambiente, ya que, asegura L¨®pez, detr¨¢s de las manifestaciones que se oponen a esta iniciativa "est¨¢n los prop¨®sitos de aquellos que quieren seguir especulando con el litoral".
En cualquier caso, advierten de la necesidad de contar con una dotaci¨®n econ¨®mica suficiente y acabar con el "cr¨®nico" enfrentamiento entre el Gobierno central y la Junta de Andaluc¨ªa.
Existen, adem¨¢s, algunos problemas end¨¦micos a los que habr¨¢ que enfrentarse de inmediato, como la presencia de pescadores y mariscadores furtivos en zonas particularmente sensibles, o la existencia de n¨²cleos de poblaci¨®n que est¨¢n al margen de cualquier disciplina urban¨ªstica.
Tan s¨®lo en lo que se refiere a puntos de vertido de aguas sin depurar, Ecologistas en Acci¨®n ha contabilizado una veintena, as¨ª como construcciones ilegales en enclaves de gran inter¨¦s paisaj¨ªstico como el entorno de la playa de Bolonia o la de Paloma Baja.
M¨¢s complicado de resolver es el problema del elevado tr¨¢nsito de buques por la zona. Por ¨²ltimo, los ecologistas reclaman que se libere la isla de las Palomas de su servidumbre militar, de manera que en ella pueda ubicarse el centro de interpretaci¨®n del futuro espacio protegido.
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