"Quiero cambiar todo el f¨²tbol"
Una frase define a Dimitri Piterman (39 a?os, Odesa), el primer entrenador-presidente del f¨²tbol profesional espa?ol. La recit¨® apenas pisado suelo c¨¢ntabro: "Galileo dijo que la Tierra se mov¨ªa en torno al sol y casi le queman". Dimitri Piterman (1,85 de altura y 93 kilos de peso) ha roto todos los esquemas del f¨²tbol espa?ol. ?Un iluminado? ?Un multimillonario caprichoso? ?Un presidente de otra era? Sentado en el despacho presidencial de los Campos de Sport, nada de ello parece. Moderno traje negro, descamisado, fatigado pero firme, ojos azules, mechas rubias y acento entre ruso, estadoudinense y espa?ol, se muestra, seguro, tal como es. Hijo ¨²nico de una familia que hab¨ªa sufrido lo suyo en la Segunda Guerra Mundial, con 13 a?os emigr¨® con sus padres a Estados Unidos. "En Odesa sabemos bien lo que es sufrir, la historia lo demuestra". En Am¨¦rica descubri¨® las excelencias del capitalismo. Hoy, en Santander, este jud¨ªo casado con una india del Punjah, una mujer de religi¨®n sij a la que conoci¨® en la Universidad de Berkeley, ha hecho realidad su sue?o de entrenar en Primera.
"Ni me acuerdo cu¨¢ndo gan¨¦ el primer mill¨®n; mi principal patrimonio est¨¢ en California"
"La oscuridad tiene que terminar en el f¨²tbol, porque hay mucho dirigente impresentable"
Pregunta. ?Qu¨¦ recuerda de su infancia?
Respuesta.La historia ha forjado y hecho resistentes a los ucranios. Sin embargo, la infancia no me result¨® severa en Odesa. Nunca pas¨¦ hambre ni grandes necesidades. Mi padre trabajaba en un importante hotel como joyero y reparador de relojes.
P. ?Entonces por qu¨¦ emigraron?
R. Era un pa¨ªs complicado, sobre todo porque el comunismo influ¨ªa por completo en la ideolog¨ªa y la religi¨®n. Nosotros ¨¦ramos jud¨ªos.
P. Los Piterman fueron, pues, v¨ªctimas del nazismo y del comunismo.
R. S¨ª, porque en la Segunda Guerra Mundial buena parte de mi familia fue v¨ªctima del antisemitismo. Mi padre perdi¨® durante la ocupaci¨®n nazi a su padre y ocho hermanos y hermanas. Me siento, pues, bastante afortunado de que mis progenitores sobrevivieran.
P. Pero usted fue a un colegio comunista.
R. Soy hijo ¨²nico. Hasta los 13 a?os, s¨ª, estuve en un colegio comunista, pero debe ser que esta ideolog¨ªa no afecta tanto a los ni?os como a los adultos, pues yo guardo recuerdos bastante buenos de mi infancia.
P. A esa edad el choque de la emigraci¨®n entre Odesa y San Francisco debi¨® ser de los que dejan huella.
R. El cambio del comunismo al capitalismo es para bien cuando se tienen tan pocos a?os. Estudi¨¦ en la Universidad de California, Berkeley, las dos primeras etapas de Econom¨ªa Pol¨ªtica. No alcanc¨¦ la graduaci¨®n porque no sum¨¦ elementos suficientes y acab¨¦ dejando los estudios por los negocios.
P. ?De qu¨¦ viv¨ªan los Piterman en San Francisco?
R. Mi padre regent¨®, primero, un peque?o restaurante y despu¨¦s recuper¨® su profesi¨®n de vendedor y reparador de joyas y relojes.
P. Hoy, Dimitri Piterman es rico, pero, ?c¨®mo gan¨® el primer mill¨®n?
R. Ya casi no lo recuerdo. Empec¨¦ en una compa?¨ªa que trabajaba con un banco a fin de conseguir pr¨¦stamos y despu¨¦s me inici¨¦ como promotor de construcci¨®n de viviendas. Finalmente, me decant¨¦ por el negocio de la compra de pisos.
P. Buen patrimonio debe tener para gastarse m¨¢s de 1,8 millones de euros en el Racing y avalar m¨¢s de 5,4.
R. El negocio inmobiliario, en verdad, me ha resultado rentable. Nuestro patrimonio est¨¢ fundamentalmente en California, pero tambi¨¦n en la Costa Brava. Sin embargo, lo gastado en el Racing no lo considero como dinero echado a un saco sin fondo. Es una inversi¨®n.
P. ?Pretende ganar dinero con el f¨²tbol cuando en Espa?a es una ruina para casi todos los clubes?
R. Tal vez porque no se saben gestionar. En Estados Unidos no ocurre lo mismo con clubes de baloncesto, b¨¦isbol o hockey sobre hielo. ?Por qu¨¦ el Racing no puede ser negocio si aplicamos otra mentalidad empresarial?
P. Usted ha declarado la guerra a las estructuras del f¨²tbol. ?Es consciente de ello?
R. No es mi intenci¨®n derribarlas, pero ?por qu¨¦ no puede modernizarse la gesti¨®n de este deporte?
P. ?Qu¨¦ cree que puede aportar al f¨²tbol espa?ol?
R. Cambios.
P. ?En qu¨¦?
R. En todo. Creo que la gente necesita cambios y que hasta los busca de forma inconsciente. Esta historia ya me la conozco. La sufr¨ª en Palam¨®s y en Cantabria ser¨¢ mucho m¨¢s. Al principio encuentras un poco de resistencia, pero al final sobrevivir¨¢ la l¨®gica frente al costumbrismo. En Palam¨®s ya fuimos campeones con todo en contra. Creo que los ¨¢rbitros y los comit¨¦s tienen que ser imparciales y todos hemos de ser regidos por los mismos criterios.
P. Concrete los cambios que aventura.
R. Falta transparencia, especialmente en los fichajes, donde el coste de los traspasos se incrementa de forma artificial hasta provocar la ruina de los clubes. Las oficinas de las sociedades han de estar abiertas a sus socios. La oscuridad tiene que terminar en el f¨²tbol, hay mucho dirigente impresentable, pero nunca me he referido a la totalidad. Admiro, por ejemplo, la gesti¨®n de Florentino P¨¦rez.
P. ?Declara la guerra a representantes, entrenadores, dirigentes?
R. No. S¨®lo pretendo imponer un modelo de gesti¨®n empresarial y que el Racing sea rentable a medio plazo. Para ello se dar¨¢n oportunidades a los j¨®venes, se har¨¢n fichajes de larga duraci¨®n, se contar¨¢ con jugadores y t¨¦cnicos para dirigir al equipo y se buscar¨¢n otros recursos.
P. ?C¨®mo?
R. Pues s¨®lo adelanto que conciertos de grandes estrellas dejan dinero, que reuniones atl¨¦ticas o torneos de golf y otros deportes son inversiones m¨¢s que productivas. El Racing debe aunar todas las voluntades deportivas de Cantabria y ser mucho m¨¢s que un club de f¨²tbol.
P. ?Cree de verdad que el Racing ser¨¢ pronto como el Valencia, el Depor, el Madrid o el Bar?a.
R. A nivel competitivo y social, s¨ª, ?por qu¨¦ no? ?Qu¨¦ era el Deportivo hasta hace bien poco?
P. Hay m¨¦todos usados en Tercera o Segunda B, con el Palam¨®s, que seguro chocar¨¢n en Primera, como leer a los futbolistas textos sagrados del Talmud o ponerles en el vestuario m¨²sica a tope de Eminem...
R. Cada grupo y cada momento son distintos. De lo que estoy seguro es de que los futbolistas estar¨¢n a gusto. Si se involucran en el proyecto llegar¨¢n a metas hoy impensables.
P. As¨ª debe ser pues hasta los que ha echado o se fueron hablan bien de usted. Preciado, el t¨¦cnico anterior, dijo: "Quiz¨¢ hubiera sido mi presidente ideal... si no le gustara tanto entrenar".
R. Pero me gusta estar en todo en mi empresa y eso significa participar tambi¨¦n en los entrenamientos.
P. Usted no es un cualquiera en el deporte mundial. Al margen de su vocaci¨®n tard¨ªa y empresarial por el f¨²tbol, ha estado en la ¨¦lite del atletismo y se prepar¨® en Santander para los Juegos de Barcelona como saltador de longitud. ?Cu¨¢les son sus mejores marcas en triple salto y en longitud?
R. En triple, 16,70, y en longitud, 7,85.
P. Pero no logr¨® ir a los Juegos.
R. Formaba parte del equipo de Estados Unidos y s¨®lo pod¨ªan ir tres. Por muy poco no alcanc¨¦ la marca necesaria. Con mis registros no hubiera hecho podio, pero s¨ª hubiese estado entre los 10 mejores. Mi l¨ªmite estaba ah¨ª. Pero en m¨¢s de una oportunidad consegu¨ª vencer a los tres primeros triplistas de los Juegos de Barcelona .
P. ?Cu¨¢ndo se produjeron esas victorias?
R. Siempre antes de los Juegos. Mano a mano he superado tanto a Conley como a Simpkins... Hasta que colgu¨¦ las zapatillas en 1997.
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