Cosas que nos tragamos
La exposici¨®n 'Banquete' relaciona el metabolismo biol¨®gico y el informativo
En una sala, dos grandes esculturas hiperrealistas muestran a una pareja aposentada cada una en un bol de comida oriental mirando la tele. En otro espacio, una gran videoproyecci¨®n en blanco y negro presenta a una mujer de aspecto casi anor¨¦xico que traga dram¨¢ticamente noticias violentas. La relaci¨®n entre comida e informaci¨®n es habitual en el lenguaje cotidiano. Igual se digieren callos que noticias. Aunque la grasa de unos o la violencia de las otras provoque indigesti¨®n. De esta asociaci¨®n entre el metabolismo social y el digestivo surge el proyecto Banquete, que hasta el 30 de marzo se presenta en el Palau de la Virreina de Barcelona y que tendr¨¢ continuidad a lo largo de 2003, primero en la localidad alemana de Karlsruhe (en el ZKM, Centro de Arte y Media, entre mayo y agosto) y despu¨¦s en Madrid (Centro Cultural Conde Duque, entre septiembre y noviembre). Las tres instituciones coproducen el proyecto, que variar¨¢ de un centro a otro y que tiene un coste global de 720.000 euros.
El proyecto, con 50 artistas, comienza en Barcelona y seguir¨¢ en Karlsruhe y Madrid
"?Qu¨¦ nos estamos tragando?", comenta Iv¨¢n de la Nuez, uno de los cinco comisarios de Banquete. "En los pa¨ªses en los que hay un exceso de comunicaci¨®n hay tambi¨¦n un exceso de comida". Con la mesa como nexo de uni¨®n entre la hoguera prehist¨®rica y la mesa de mezclas tecnol¨®gica, De la Nuez considera que Banquete "recupera su significado de coloquio o simposio tal como lo coloca Plat¨®n en la cultura occidental y plantea un di¨¢logo entre el arte, la ciencia, el activismo y la gente que trabaja en la Red". "No es una exposici¨®n sobre arte y comida, sino sobre el metabolismo de la comunicaci¨®n", aclara Karin Ohlenschl?ger, directora junto a Luis Rico del MediaLabMadrid.
El resultado es una muestra compleja con obra de cerca de 50 artistas o activistas procedentes de 24 pa¨ªses que, pese a las grandes diferencias entre ellas, comparten en general la utilizaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas. En algunos casos, como las antes citadas del japon¨¦s Ryoichi Majima y la surafricana Minette Vari, la relaci¨®n entre el metabolismo biol¨®gico y el social parece evidente. En otros, la reflexi¨®n se expande a otros conceptos de car¨¢cter m¨¢s social. Es el caso, por ejemplo, de las dos instalaciones que presenta el espa?ol Daniel Garc¨ªa And¨²jar, que ocupan las dos salas gratuitas del espacio que ha transformado en un espacio de consulta y reuni¨®n. La titulada Individual-Citizen Republic Project es una radical defensa de la informaci¨®n libre, consistente en un proyecto en proceso en el que se ofrece toda una serie de materiales de acceso p¨²blico a trav¨¦s de las nuevas tecnolog¨ªas, tales como manuales para copiar tarjetas, fabricar bombas o llamar gratis por tel¨¦fono. "La informaci¨®n en s¨ª misma no es culpable de nada; otra cosa es el uso que se haga de ella", dice And¨²jar.
Otras obras son m¨¢s po¨¦ticas, como las videoinstalaciones del griego Nicos Navridis o la holandesa Liza May Post, que ponen en escena una serie de actores para reflejar la incomunicaci¨®n personal; las hay hist¨®ricas, como las recuperaciones de v¨ªdeos de Joseph Beuys, Nam June Paik o Gordon Matta-Clark; en algunas priman la interactividad y el despliegue tecnol¨®gico, como es el caso de The Table Turned, del brit¨¢nico Paul Sermon, que permite conexiones mediante videoconferencias en tiempo real; y tampoco faltan las piezas ir¨®nicas, como es el caso de la v¨ªdeoinstalaci¨®n News, del checo Jiri Suruvka, que parodia los noticiarios televisivos. Tambi¨¦n abundan las performances, tanto en v¨ªdeo como en directo. Comenzaron anoche en la inauguraci¨®n con una acci¨®n del mexicano C¨¦sar Mart¨ªnez, que ofreci¨® pasteles con forma de excrementos, y seguir¨¢n con otras acciones de Daniel Spoerri y Tania Bruguera. El programa completo puede consultarse en www.banquete.org.
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