Para todos los p¨²blicos
Cual nuevos U2, este cuarteto californiano se prepara para vivir los pr¨®ximos a?os c¨®modamente instalado en el trono de herederos por derecho de la tradici¨®n del viejo rock and roll. La expectaci¨®n levantada por su visita, el hecho de que las entradas de los dos conciertos estuvieran agotadas, la composici¨®n del p¨²blico que abarrotaba el recinto, la facilidad de su ¨²ltimo elep¨¦ para ser digerido por cualquier audiencia... Todo hace pensar que los Peppers inician el descenso de su cuesta creativa con la seguridad de que ser¨¢ lento y de que recaudar¨¢n en ¨¦l toneladas de r¨¦ditos a cambio del riesgo exhibido en los inicios de su carrera.
Con la ¨ªnfima dieta de rock en vivo que padecen los ciudadanos de la capital espa?ola, el ansia por ver a RHCP se palpaba entre un p¨²blico que un rato antes de que el concierto comenzara ya hab¨ªa llenado hasta el ¨²ltimo resquicio del recinto, de sonido innegablemente infame.
Red Hot Chili Peppers
Anthony Kiedis (voz), Chad Smith (bater¨ªa), Flea (bajo) y John Frusciante (guitarras). Palacio Vistalegre. 19 y 29 euros. Madrid, lunes 27 y martes 28 de enero.
Reci¨¦n pasadas las diez de la noche, el grupo aparec¨ªa en un escenario enorme, decorado con sobriedad e iluminado por unos curiosos focos de tres luces que parec¨ªan robots espaciales. Los cuatro componentes se ve¨ªan insignificantes en medio de tanto espacio, pero pronto comenzaron a hacerse notar dando saltos en todas direcciones a los sones de By the way. Kiedis se mostr¨® m¨¢s bail¨®n que nunca, mientras que al bajista Flea se le ve¨ªa especialmente concentrado en la tarea de ta?er sus cuatro cuerdas y el bater¨ªa Chad Smith aporreaba feliz los medios tiempos de sus canciones a la bater¨ªa.
Guitarra
Pronto se vio que la noche ser¨ªa para John Frusciante, guitarrista que parece haber enterrado la maldici¨®n que pesaba sobre la guitarra en los Peppers y que hac¨ªa que ninguno de los que la tocaron se quedara fijo, ni condicionara el sonido del grupo. Haciendo olvidar que una vez fueron "banda de bajista", Frusciante gui¨® con mano segura al grupo a trav¨¦s de un repertorio en el que brillaron viejos ¨¦xitos, como Californication, Give it away o la armoniosa Under the bridge.
Pero la banda hizo especial hincapi¨¦ en las canciones de su ¨²ltimo disco, By the way, que en vez de haber sido facturado por un equipo vivo de gentes que aman y viven el rock salvaje parece el producto prodigioso de un avispado departamento de mercadotecnia. Canciones como Universally speaking, Zephyr song o Can't stop evidenciaron que funcionan maravillosamente ante una audiencia que reacciona al arquetipo y que descarta sutilezas puristas o escr¨²pulos. Como en su d¨ªa sucediera con los Rolling Stones o U2, Red Hot Chili Peppers han encontrado la f¨®rmula de la supervivencia a trav¨¦s de los tiempos y parecen decididos a dosificarse durante d¨¦cadas sin llegar a quemarse del todo, mientras ofrecen la dosis justa de rock para todos los p¨²blicos.
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