"Espa?a empieza a parecer un puro instrumento de EE UU"
A Manuel Mar¨ªn, nacido en 1949, ex secretario de Estado para Europa, miembro de la Comisi¨®n Europea durante 14 a?os (algunos como vicepresidente) y ahora secretario de Pol¨ªtica Internacional del PSOE, en sustituci¨®n de Trinidad Jim¨¦nez, dos cosas le preocupan sobre todo en el desarrollo de la crisis con Irak: el empe?o de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en romper un consenso hist¨®rico sobre pol¨ªtica exterior y la imagen que se est¨¢ generando de una Espa?a subordinada a Estados Unidos.
Pregunta. Hace dos semanas, usted advirti¨® en el Congreso de los Diputados que el Gobierno est¨¢ rompiendo un consenso de pol¨ªtica exterior espa?ola tan antiguo como la transici¨®n. ?Sigue manteniendo esa denuncia?
"Si EE UU coopera contra ETA, es su obligaci¨®n y no puede ser moneda de cambio"
"La actitud de Aznar demuestra que nunca se ha planteado presidir el Consejo Europeo"
Respuesta. S¨ª. Rotundamente, s¨ª. El Reino de Espa?a nunca ha participado en una guerra unilateral, y hay dos casos en los que se solicit¨® al Reino de Espa?a que participara en decisiones unilaterales que conllevaban episodios de guerra -el bombardeo de Libia y la invasi¨®n de Panam¨¢-, protagonizados por Estados Unidos, con los brit¨¢nicos en el caso de Libia, y Espa?a dijo que no participaba. Si el actual Gobierno tomara la decisi¨®n de participar en una guerra unilateral, sin cobertura de Naciones Unidas, y adem¨¢s activara los mecanismos del acuerdo bilateral con Estados Unidos, nosotros entender¨ªamos que el Gobierno ha roto una zona de consenso y, desde luego, ir¨ªamos a la confrontaci¨®n.
P. El Gobierno sostiene que el ataque nunca ser¨ªa unilateral, porque EE UU ya ha dicho que cuenta con 12 aliados.
R. Eso no puede ser argumento. EE UU quiere realizar un ataque unilateral, efectivamente, con pa¨ªses que se apuntan a la guerra, sin cobertura internacional, sin resoluci¨®n de Naciones Unidas. Ya sabemos que esto puede producirse, pero no es el caso del Reino de Espa?a, no puede serlo. Nosotros tenemos una visi¨®n, que hay que respetar, de nuestra pol¨ªtica exterior, y si el Gobierno la quiere romper, el Gobierno tendr¨¢ que asumir su responsabilidad. La legalidad de un conflicto armado se encuentra en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. No se encuentra ni el el Pent¨¢gono ni el Departamento de Estado.
P. Para dar legalidad internacional a una intervenci¨®n en Irak, ?no ser¨ªa suficiente, como en el caso de Kosovo, la cobertura de la OTAN, que EE UU ha puesto ya en marcha?
R. La operaci¨®n de Kosovo se bas¨® en un consenso dentro del teatro regional europeo donde efectivamente hubo una posici¨®n com¨²n de la Uni¨®n Europea y una posici¨®n de la OTAN. Nosotros pensamos que estamos en un escenario radicalmente diferente.
P. El Gobierno sostiene que, en cualquier caso, la resoluci¨®n 1.441 garantiza ya la cobertura por la ONU de una eventual intervenci¨®n.
R. Nosotros pensamos que no. El argumento jur¨ªdico que est¨¢ utilizando el Gobierno espa?ol es el calco del que emplea el Gobierno estadounidense. Y el propio Gobierno espa?ol se est¨¢ colocando en una situaci¨®n muy delicada. Ayer mismo, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, abri¨® la posibilidad de una segunda resoluci¨®n, que ser¨ªa deseable pero no necesaria. Cuando la ministra Ana Palacio vino a la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores, todos los grupos de la oposici¨®n le hicimos preguntas muy precisas, como, por favor, sit¨²ese usted a favor de la pr¨®rroga. No hubo manera de obtener una respuesta. Pero la ministra se va a Washington, se entrevista con Colin Powell y anuncia en Washington que Espa?a est¨¢ a favor de la pr¨®rroga. La Casa Blanca acaba de anunciar, ayer, que una segunda resoluci¨®n es deseable, y el Gobierno espa?ol se apunta a la idea, que negaba al principio, de que es deseable. La opini¨®n p¨²blica espa?ola tiene que estar bastante perpleja de ver que, hasta el momento, todas las decisiones que ha tomado el Gobierno espa?ol se han dado siempre despu¨¦s de que EE UU haya emitido su opini¨®n. Washington emite su opini¨®n, la Casa Blanca emite su opini¨®n, y La Moncloa se apunta.
P. Pero ?cu¨¢l es la posici¨®n del PSOE? ?Apoyar¨ªa un ataque con cobertura de la ONU o est¨¢ totalmente en contra de la guerra?
R. Har¨¦ la siguiente precisi¨®n para evitar todo tipo de malos entendidos. El PSOE est¨¢ a favor de que el Consejo de Seguridad sea un instrumento de paz; que se d¨¦ a los inspectores la pr¨®rroga que necesiten, y no la que necesite el despliegue militar de EE UU; que los inspectores hagan su trabajo, y, cuando los inspectores hayan hecho su trabajo, que el Consejo de Seguridad, y solamente ¨¦l, determine si Sadam Husein ha cumplido o no las condiciones del desarme. ?sa es la posici¨®n del PSOE.
P. ?Pero llegar¨ªa a apoyar la guerra?
R. Luego, en funci¨®n de lo que ocurra en el Consejo de Seguridad, nos plantearemos la situaci¨®n. No queremos avanzar tampoco una situaci¨®n que es muy fluida. Lo que queremos es seguir presionando al Gobierno para que se ajuste en todo caso a lo que es un eje director de la pol¨ªtica exterior espa?ola.
P. Esta posici¨®n final no es mucho m¨¢s clara que la del Gobierno, cuya ambig¨¹edad ustedes critican. ?Por qu¨¦ est¨¢ siendo imposible el consenso? ?No hubo margen de di¨¢logo en el encuentro que usted tuvo con el secretario de Estado de Exteriores, Ram¨®n Gil-Casares?
R. Fue una entrevista amable, muy corta, que yo creo que el Gobierno celebra simplemente para quitar presi¨®n y dar figura de que est¨¢ informando a los grupos parlamentarios. Pero ya le hice ver muy amablemente al secretario de Estado que yo acud¨ªa a la entrevista, pero que esto no significaba que la entrevista pudiera ser sustitutiva de la presencia del presidente del Gobierno en el Congreso.
P. Aznar comparecer¨¢ finalmente ante el pleno de las Cortes el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. ?Esto arregla las cosas?
R. Yo no estoy en condiciones de anticipar ese debate, pero lo que me preocupa en este momento es que esta inclinaci¨®n tan excesiva del Gobierno, del presidente Aznar, hacia las tesis estadounidenses nos est¨¢ creando ya serios problemas de comprensi¨®n, sobre todo en aquellas partes del mundo en las que el Reino de Espa?a tiene un cierto grado de influencia. Me estoy refiriendo, en primer lugar, al mundo ¨¢rabe. Muchas embajadas nos han hecho saber ya que no entienden al Gobierno espa?ol. Muchas embajadas latinoamericanas nos han hecho ver que est¨¢n asombradas de que Espa?a pierda sus perfiles tradicionales de pol¨ªtica exterior y el grado de autonom¨ªa que en ciertos momentos hemos mantenido. Tambi¨¦n en el ¨¢mbito mediterr¨¢neo se est¨¢ empezando a considerar la pol¨ªtica del actual Gobierno como puramente instrumental con respecto a la de EE UU. Nuestra posici¨®n no es antiamericana, en el PSOE somos conscientes de la importancia de la relaci¨®n con EE UU y yo, personalmente, tengo una profunda admiraci¨®n por la sociedad estadounidense y sus valores. Pero no se trata de crear los maniqueos habituales que crea el presidente Aznar a la opini¨®n p¨²blica: o se est¨¢ con Bush, o se est¨¢ con Sadam Husein. Es una manera muy torpe y chata de presentar la realidad. Se trata de que a veces EE UU lleva raz¨®n y a veces no, y cuando pasa esto ¨²ltimo hay que dec¨ªrselo y no pasa nada.
P. El Gobierno razona: el terrorismo es la principal amenaza, el riesgo de que lleguen a sus manos armas de destrucci¨®n masiva desde pa¨ªses como Irak es real y, por tanto, hay que estar codo a codo con EE UU, porque lo que es bueno para ellos en esta guerra es bueno para Espa?a. ?D¨®nde falla el argumento?
R. La cooperaci¨®n para luchar contra el terrorismo internacional es una necesidad que nadie niega. Que hay que cooperar con EE UU -como con el resto de los pa¨ªses de la UE, ¨¢rabes, asi¨¢ticos-, para que la informaci¨®n circule y de esa manera estemos m¨¢s seguros, todos estamos de acuerdo. Lo que no puede hacer el Gobierno es pretender significar que la eventual cooperaci¨®n internacional contra el terrorismo proveniente de EE UU depende de que nos apuntemos o no a una guerra.
P. ?Pero hay o no riesgo de tr¨¢fico de armas de destrucci¨®n masiva a partir de Irak?
R. Si eso fuera as¨ª, conviene demostrarlo y que la informaci¨®n sea muy fiable. Yo nunca hab¨ªa o¨ªdo, hasta hace poco, que Irak tiene una conexi¨®n con Al Quaeda. Quien lo sostenga, tendr¨¢ que demostrarlo. Y si el problema para el mundo es el riesgo que hay de transmitir armas de destrucci¨®n masiva a grupos terroristas, tendremos que empezar a disciplinar no solamente a Irak, sino a muchos otros pa¨ªses que tienen armas nucleares y armas qu¨ªmicas, como Corea del Norte, Pakist¨¢n, India, Ir¨¢n e Israel.
P. Cree usted que Washington coopera eficazmente en la lucha contra ETA?
R. Es una materia delicada. Yo no tengo informaci¨®n especial, pero creo que si Washington coopera con Madrid en la lucha contra ETA es la obligaci¨®n de Washington hacerlo. No puede ser moneda de cambio que para que esta cooperaci¨®n contin¨²e y se aumente tengamos que apuntarnos a la tesis de Washington, quebrando nuestra pol¨ªtica exterior. Adem¨¢s, creo que la insistencia del Gobierno en que EE UU es b¨¢sico y decisivo en la cooperaci¨®n contra el terrorismo de ETA es algo que est¨¢ empezando a irritar profundamente a nuestro vecino del norte, Francia, que s¨ª que est¨¢ cooperando de verdad.
P. ?Por qu¨¦ cree, en definitiva, que Aznar se alinea con Washington de este modo?
R. Sinceramente, no termino de adivinar cu¨¢l es el retorno de esta operaci¨®n. Cuando t¨² te planteas una posici¨®n en pol¨ªtica exterior tan fuerte como la que est¨¢ manteniendo el Gobierno, normalmente es porque hay un retorno tan suculento que corres el riesgo de tomar esta posici¨®n. Para m¨ª, es un misterio por qu¨¦ el Gobierno pretende correr el riesgo de romper el consenso en pol¨ªtica exterior, salvo que sea un elemento m¨¢s de estrategia pol¨ªtica de consumo interno a corto plazo donde se quiere introducir este discurso totalizador sobre el terrorismo, la seguridad y la inmigraci¨®n. Pudiera ser que se quisiera convencer a los espa?oles de que el Canal de Isabel II es objetivo de armas qu¨ªmicas y bacteriol¨®gicas. Es la estrategia que utiliz¨® el Partido Republicano en EE UU: patria, seguridad, terrorismo, enemigo exterior, y sobre eso construyeron su discurso. ?Va a hacer Aznar lo mismo en Espa?a? No lo s¨¦.
P. Esa estrategia es peligrosa para un pol¨ªtico que ha sugerido que su ambici¨®n est¨¢ en Europa.
R. Yo soy firme partidario, y lo he dicho en mi partido, de que si Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar tuviera opciones de ser presidente del Consejo Europeo [tras la reforma de las instituciones comunes], el partido socialista le debe apoyar, porque creo que siempre que exista la posibilidad de que un espa?ol tenga un puesto de representatividad en el exterior es un objetivo de pol¨ªtica de Estado. Eso lo tenemos muy claro. Pero, particularmente, pienso que la actitud que est¨¢ tomando Aznar demuestra que nunca se ha planteado ser presidente del Consejo Europeo, ya que su actitud est¨¢ alarmando, en primer lugar, a los pa¨ªses neutrales, y tambi¨¦n a algunos pa¨ªses muy importantes que hacen que la candidatura de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar pueda progresar o no. Si de verdad hubiera querido hacer campa?a electoral para ser presidente del Consejo Europeo, no habr¨ªa adoptado esta actitud, porque ¨¦l sabe a ciencia cierta que el pr¨®ximo presidente del Consejo Europeo, sobre todo, tiene que ser una persona de equilibrios y, en este momento, la posici¨®n de Aznar y su Gobierno es para muchos europeos una posici¨®n de desequilibrios.
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