Francia permitir¨¢ la clonaci¨®n terap¨¦utica s¨®lo en casos excepcionales
Francia se vuelve atr¨¢s en el intento de permitir la clonaci¨®n con fines terap¨¦uticos. El Senado prohibi¨® ayer la "investigaci¨®n con embriones", bajo pena de siete a?os de prisi¨®n, a impulsos del actual Ejecutivo de derechas. Se cierra as¨ª el portillo abierto por el anterior Gobierno de Lionel Jospin a la clonaci¨®n terap¨¦utica, si bien el temor a una "fuga de cerebros" ha dejado abierta la rendija de que la prohibici¨®n general pueda ser levantada en ciertos casos, sometidos a reglamentaci¨®n estricta.
Este planteamiento fue combatido por la minor¨ªa de izquierda, contraria al principio general de penalizar la investigaci¨®n m¨¦dica para la fabricaci¨®n de tejidos con los que puedan regenerarse ¨®rganos del cuerpo humano. El ex ministro Robert Badinter defendi¨® la necesidad de "abrir la investigaci¨®n" con fines terap¨¦uticos, sin perjuicio de apoyar que se proh¨ªba "la clonaci¨®n a lo Huxley", en referencia al escritor que imagin¨®, en 1932, la posibilidad de crear seres humanos sin pasar por el m¨¦todo tradicional; una suerte de siervos biol¨®gicos de otros hombres.
Este planteamiento, nacido en plena era de expansi¨®n del fascismo, sigue generando el miedo suficiente como para que todas las fuerzas pol¨ªticas del Senado franc¨¦s prometan 30 a?os de c¨¢rcel al que intente la "clonaci¨®n reproductiva", considerada como un crimen contra la humanidad.
Confusi¨®n de t¨¦rminos
Pero la confusi¨®n entre clonaci¨®n con fines de reproducci¨®n humana y clonaci¨®n terap¨¦utica ha jugado en contra de la investigaci¨®n m¨¦dica. "No ha llegado la hora de abrir puertas", replic¨® a Badinter el ministro de Sanidad, Jean-Fran?ois Mattei, quien puntualiz¨® que ¨¦l s¨ª distingue entre clonaci¨®n reproductiva y terap¨¦utica, pero "no hay que quemar las etapas".
Desde el punto de vista jur¨ªdico, el paso atr¨¢s es evidente respecto al proyecto intentado por el Gobierno de Lionel Jospin en los primeros meses de 2002, que cont¨® con el visto bueno de las Academias Nacionales de Medicina y de Ciencias, y tambi¨¦n el del Consejo Consultivo de ?tica. Este relativo consenso de las instituciones cient¨ªficas -que no fue un¨¢nime, porque algunos nombres de relieve se opusieron- tropez¨® con el rechazo del presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, la Iglesia cat¨®lica y el Consejo de Estado. El debate desemboca en un proyecto muy cambiado respecto al inicial, aunque el ex ministro socialista de Sanidad, Bernard Kouchner, contin¨²a pensando que el voto del Senado "no evitar¨¢ la clonaci¨®n terap¨¦utica". En ese mismo texto legal, la donaci¨®n de ¨®rganos para injertos, tomados de personas vivas, queda limitado al c¨ªrculo familiar pr¨®ximo al donante, pero se acepta tambi¨¦n entre personas que prueben dos a?os de vida en com¨²n con el receptor. La transferencia de embriones post mortem sufre una prohibici¨®n definitiva.
Este proyecto no se convertir¨¢ en ley hasta que pase por la Asamblea Nacional. Pero el Gobierno tambi¨¦n tiene mayor¨ªa absoluta en ella, por lo que el ministro no tendr¨¢ dificultades para hacer valer su postura hasta el final.
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