Trabajadores de la misi¨®n arqueol¨®gica espa?ola investigada por Egipto: ¡°Hemos podido destapar esta pir¨¢mide de chanchullos¡±
El proyecto, que excavaba desde 2009 en la tumba de un visir cerca de Luxor, ha recibido un aluvi¨®n de cr¨ªticas por parte de extrabajadores, alumnos y mecenas a ra¨ªz de la acusaci¨®n de fraude, abusos y mala praxis
Daniella Mar¨ªa Betancourt, una antrop¨®loga colombiana de 28 a?os que aspira a convertirse en egipt¨®loga, aterriz¨® en octubre en Luxor, una ciudad en el sur de Egipto, con la ilusi¨®n de sumarse a una misi¨®n arqueol¨®gica espa?ola que excavaba desde hac¨ªa a?os en un yacimiento cercano al templo de la faraona Hatshepsut. Sus planes se hab¨ªan empezado a torcer en agosto, cuando se comunic¨® a los alumnos del proyecto que no hab¨ªan recibido a¨²n permisos para trabajar. Pero dado que muchos ya hab¨ªan pagado los vuelos y la inscripci¨®n, se acord¨® viajar y realizar actividades de formaci¨®n mientras esperaban a que Egipto autorizara la campa?a.
Una vez en Luxor, sin embargo, Betancourt se dio cuenta de que no se organizaban cursos de formaci¨®n ni visitas a lugares arqueol¨®gicos, y a los estudiantes se les asignaban tareas administrativas y personales en casa de los directores de misi¨®n, Francisco Mart¨ªn Valent¨ªn y Teresa Bedman. Finalmente, la campa?a fue cancelada sin explicaciones a mediados de noviembre, por lo que Betancourt y otras dos estudiantes decidieron desvincularse y pedir la devoluci¨®n del dinero que hab¨ªan abonado. Los directores no solo no accedieron, sino que cargaron contra ellas, seg¨²n Betancourt, y les exigieron abandonar la residencia donde se alojaban y amagaron con contactar con la polic¨ªa.
Ante esta situaci¨®n, las alumnas acudieron al ministerio de Antig¨¹edades de Egipto para presentar una queja, que luego difundieron en redes sociales y que, sin esperarlo, abri¨® la veda para que muchos otros exintegrantes de la misi¨®n compartieran sus vivencias. EL PA?S ha recogido cerca de una decena de testimonios y revisado decenas de documentos que exponen un patr¨®n de m¨¢s de 15 a?os de aparentes pr¨¢cticas abusivas, falta de profesionalidad, condiciones laborales precarias y un uso indebido de fondos en el seno de la misi¨®n espa?ola. Este peri¨®dico contact¨® con Valent¨ªn y con Bedman, pero su abogada declin¨® hacer comentarios.
¡°Pese al miedo que ten¨ªamos, se dieron las condiciones para darnos cuenta y hemos podido destapar esta pir¨¢mide de chanchullos¡±, desliza ahora Betancourt, que afirma que los funcionarios egipcios fueron ¡°supremamente amables¡± con ellas al realizar la denuncia. ¡°A ra¨ªz de eso vino mucha gente con su testimonio. Nosotras est¨¢bamos abogando por nosotras y por nuestra experiencia y esa era la intenci¨®n; que ellos hayan tenido un castillo de naipes ya es su problema¡±, agrega.
Sin permiso desde mayo
La misi¨®n que dirigen Valent¨ªn y Bedman excava desde 2009 la tumba cerca de Luxor de Amenhotep-Huy, quien fue el funcionario de mayor rango al servicio del fara¨®n Amenhotep III al final de su pr¨®spero reinado a mediados del siglo XIV antes de Cristo, poco antes de la era Tutankam¨®n. Abdelghaffar Wagdy, director general de Antig¨¹edades en Luxor, afirma a EL PA?S que la misi¨®n est¨¢ siendo investigada y que no dispone de permisos desde mayo.
Los testimonios recogidos por este diario denuncian que el matrimonio al mando del proyecto, y sobre todo Bedman, mostraba una actitud y un trato muy racista con los egipcios, desde los trabajadores hasta los inspectores, a los que se faltaba el respeto e insultaba constantemente. Un egipcio que trabaj¨® en la misi¨®n varios a?os afirma que los sueldos de los locales tambi¨¦n eran muy bajos, de apenas unos pocos euros al d¨ªa, lo que lleg¨® incluso a provocar protestas. ¡°En los a?os que trabaj¨¦ con ellos aprend¨ª mucho vocabulario espa?ol, al igual que el resto, como perro, puta, hijo de puta, cerdo, moro, idiota¡±, afirma.
Otro elemento destacado por la mayor¨ªa de los testimonios es la falta de profesionalidad y de metodolog¨ªa cient¨ªfica de la misi¨®n, la poca consideraci¨®n de las sugerencias que se hac¨ªan y las constantes intromisiones en las labores de los trabajadores. Exmiembros del equipo denuncian que, por lo que observaron durante su participaci¨®n en la misi¨®n, no se realizaba un estudio adecuado de los estratos del yacimiento, que los encargados de ¨¢reas a menudo no dispon¨ªan de la formaci¨®n requerida, y que exist¨ªan graves irregularidades en el registro de piezas y su almacenamiento.
¡°Al final, lo ¨²nico que quieren es buscar piezas para fardar¡±, asegura un ex miembro de la misi¨®n, que como la mayor¨ªa ha preferido hablar en condici¨®n de anonimato. Otra persona que trabaj¨® con el matrimonio hace m¨¢s de una d¨¦cada afirma que ¡°est¨¢n convencidos, y en particular ella, de que son eminencias de la egiptolog¨ªa¡±. Los testimonios coinciden en se?alar que Valent¨ªn es un experto, pero dudan que Bedman tenga ni siquiera formaci¨®n acreditada.
Falta de seguridad
La mayor¨ªa de los testimonios tambi¨¦n alertan de una falta general de inversi¨®n en material y de la consecuente falta de seguridad para los trabajadores de la misi¨®n, que en ocasiones acab¨® causando accidentes, aunque con el paso de los a?os parece que se registraron algunas mejoras despu¨¦s de que se produjeran quejas. Un exmiembro de la misi¨®n se?ala que cuando trabaj¨® en el yacimiento, hace casi 15 a?os, los trabajadores no dispon¨ªan ni de cascos ni de guantes, y que a muchos se les hac¨ªa cargar piedras pesadas y cestos llenos de tierra.
Desde 2011 se hab¨ªa alertado de irregularidades en la misi¨®n en al menos tres ocasiones, incluida una queja a las autoridades egipcias, una denuncia p¨²blica en el diario digital Siglo XXI, y una evaluaci¨®n de la situaci¨®n de la tumba del visir. Este ¨²ltimo informe, visto por EL PA?S, afirma que, en la campa?a del a?o 2011, el mal estado de la estructura representaba ¡°un riesgo para la excavaci¨®n, el yacimiento arqueol¨®gico y los propios trabajadores¡±.
Los responsables del proyecto, tanto en las labores de la misi¨®n como fuera, tambi¨¦n son descritos por la mayor¨ªa de los testimonios como sectarios. Valent¨ªn es retratado como alguien m¨¢s bien calmado y pragm¨¢tico pero muy dependiente de Bedman, que es definida en cambio como alguien profundamente racista, de car¨¢cter vol¨¢til y enfadadizo, rencorosa, vengativa y muy hostil con aquellos fuera de su c¨ªrculo, lo que generaba una fuerte ansiedad y conduc¨ªa al aislamiento de las personas de su entorno ¨Dsobre todo j¨®venes¨D para no caer en desgracia.
¡°Ella es como un novio abusivo: un d¨ªa te grita, te trata mal, hace comentarios s¨²per fuera de luego y al d¨ªa siguiente [te viene diciendo] ¡®mi ni?a querida¡¯¡±, ilustra Betancourt. ¡°Cuando le dices la verdad o cuando le dices [algo] que va en contra de su voluntad, ella lo carga sobre ti y empieza a tratarte mal¡±, afirma un segundo testimonio de un egipcio que trabaj¨® en la misi¨®n.
Gesti¨®n opaca de fondos
La forma de financiar la misi¨®n de Amenhotep-Huy y la gesti¨®n de fondos de sus directores tambi¨¦n levanta sospechas. La entidad que sustenta el proyecto, el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto (IEAE), se fund¨® en Madrid en 1997 como una instituci¨®n privada y en 2023 se inscribi¨® como fundaci¨®n, seg¨²n el registro del ministerio de Justicia espa?ol. En su p¨¢gina web, el IEAE declara que para sufragar la misi¨®n depende de voluntarios, patrocinadores y mecenas, entre los cuales figuran algunos ayuntamientos e instituciones p¨²blicas espa?olas.
Durante los primeros seis a?os de la misi¨®n, de 2009 a 2014, uno de los principales mecenas del proyecto fue la Fundaci¨®n Gaselec, una instituci¨®n cultural privada espa?ola. Seg¨²n un documento al que ha tenido acceso EL PA?S, Gaselec aport¨® 196.000 euros al IEAE a lo largo de las seis campa?as, y entre las facturas del IEAE hab¨ªa decenas de billetes de avi¨®n, seguros m¨¦dicos, comida y agua. Sin embargo, muchos de estos gastos eran duplicados, ya que los estudiantes deb¨ªan pagarse sus propios vuelos, seguros y comida, seg¨²n se?alan el secretario de Gaselec, Gustavo Cabanillas, varios testimonios y dos documentos revisados por este peri¨®dico.
Whisky y bombones
Al mismo tiempo, los directores de la misi¨®n pasaron a Gaselec facturas por valor de miles de euros en concepto de gastos personales, como compras de botellas de whisky y bombones en tiendas Duty Free, comidas en restaurantes de Espa?a y pagos en estaciones de servicio, seg¨²n documentos vistos por EL PA?S. Tambi¨¦n los gastos de su casa en Luxor de todo el a?o, a pesar de que las campa?as arqueol¨®gicas duran unos tres meses. ¡°Me ten¨ªan abducido por mi amor por Egipto y por la egiptolog¨ªa, que era superior a las peque?as cosillas que yo ve¨ªa¡±, admite Cabanillas. ¡°Ellos trabajan en la tumba de un visir para vivir como visires¡±.
A partir de 2014 se conocen menos detalles sobre la financiaci¨®n de la misi¨®n, aunque parece que una parte importante proven¨ªa de los pagos que ten¨ªan que hacer al IEAE los cooperantes de las campa?as, que pod¨ªan rondar la quincena por a?o, seg¨²n coinciden varios testimonios. Aunque uno de ellos apunta que estos pagos son habituales en misiones arqueol¨®gicas, en este caso ¨Dagrega¨D los alumnos no recib¨ªan un trato acorde. Entre 2014 y 2024, los cooperantes pagaron de 1.500 a 2.500 euros para participar en un mes de campa?a, seg¨²n una decena de documentos de aceptaci¨®n de condiciones que deb¨ªan firmar y consultados por EL PA?S.
Dinero recaudado
En los ¨²ltimos a?os, el IEAE tambi¨¦n lanz¨® campa?as de micromecenazgo en plataformas como GoFundMe y Cafecitos para supuestamente ayudar a restaurar la tumba de Amenhotep-Huy. Para la campa?a arqueol¨®gica de 2024, que no lleg¨® a realizarse, el IEAE recaud¨® al menos casi 16.000 euros en una campa?a de GoFundMe que ha sido desactivada, pero que EL PA?S ha podido recuperar a trav¨¦s de la plataforma de archivado web Wayback Machine. Betancourt, que afirma que contribuy¨® a la campa?a, asegura que no se ha devuelto el dinero.
Varios de los exmiembros de la misi¨®n que han hablado con este medio, incluidos algunos que consideran que llegaron a ser cercanos a Valent¨ªn y Bedman, afirman que el matrimonio pudo en parte mantener tantos a?os la concesi¨®n arqueol¨®gica porque destinaba importantes sumas de dinero a pagar o agasajar a funcionarios del servicio de antig¨¹edades de Egipto. EL PA?S ha tenido acceso a documentos de pagos y facturas a un ex alto cargo del servicio, pero no ha podido confirmar la existencia de tal trama.
La mayor¨ªa de las personas entrevistadas aseguran que su pasi¨®n por el antiguo Egipto y la arqueolog¨ªa, y el af¨¢n de abrirse paso en el sector, les empuj¨® a aceptar condiciones y conductas que ahora consideran que no deber¨ªan permitirse, y que esperan que las generaciones futuras no tengan que experimentar. ¡°Para mucha gente de cualquier parte del mundo, pero m¨¢s a¨²n a los que nos gusta la egiptolog¨ªa¡±, afirma una de estas personas, ¡°trabajar en Luxor es tocar el cielo con las manos¡±.
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