La m¨²sica del sonido ausente
Coincidiendo con el d¨¦cimo aniversario de la muerte de John Cage el a?o pasado, las actuaciones del d¨²o japon¨¦s Filament y del pianista brit¨¢nico John Tilbury ofrecieron, dentro del Festival de M¨²sica Contempor¨¢nea de Barcelona, dos puntos de vista muy distintos de c¨®mo la ausencia de sonido sirve para construir un discurso musical basado en la indeterminaci¨®n y el concepto cageiano de interpenetraci¨®n. Sostiene John Cage en su libro Silencio que el silencio absoluto, como el espacio o el tiempo vac¨ªo, no existe. Incluso encerrados en una c¨¢mara completamente insonorizada, explica el compositor neoyorquino, seguimos escuchando los sonidos que desde nuestro propio cuerpo emiten el riego sangu¨ªneo y el sistema nervioso. "Siempre hay algo que escuchar".
En esta idea de connotacio-
nes filos¨®ficas reside el sentido de 4'33''; sin duda, la obra m¨¢s c¨¦lebre y controvertida de Cage. Escrita para cualquier formaci¨®n instrumental, esta pieza consiste en un fragmento de cuatro minutos y treinta y tres segundos en el que nada se ejecuta; el int¨¦rprete o int¨¦rpretes permanecen sin tocar sus instrumentos durante el tiempo indicado en el t¨ªtulo de esta partitura de pentagramas vac¨ªos. Conceptualmente an¨¢loga a las pinturas blancas de Robert Rauschenberg, esta obra de Cage da al concepto silencio un nuevo significado: ya no se trata de una ausencia de sonido en el sentido ac¨²stico, sino de la ausencia de un sonido emitido intencionadamente por un sujeto.
Claramente influido por las ideas morales budistas sobre la apetencia y la inapetencia, Cage propone una pieza en la que ni el compositor, ni el int¨¦rprete, ni el director de orquesta aportan nada voluntariamente. La obra, met¨¢fora de un orden social ideal, est¨¢ exclusivamente destinada a la audiencia, que debe entender el acto de escuchar como un acto ¨ªntimo y subjetivo. Otro concepto clave presente en 4'33'' es la "interpenetraci¨®n" derivada de un silencio integrador, en el que los sonidos no intencionales del ambiente constituyen el ¨²nico material audible. La pieza de Cage es un espacio (o, m¨¢s exactamente, un fragmento de tiempo) reservado a los acontecimientos accidentales; una obra con unas caracter¨ªsticas sonoras ¨²nicas, irrepetibles y forzosamente ef¨ªmeras (aunque existen grabaciones de la pieza, Cage s¨®lo conceb¨ªa 4'33'' en el ¨¢mbito del directo).
Diez a?os despu¨¦s de la muerte de Cage y cincuenta a?os m¨¢s tarde de la primera puesta en escena de 4'33'', el d¨²o japon¨¦s Filament (formado por Otomo Yoshihide y Sachiko M), parte del sonido agudo y est¨¢tico emitido por un sample vac¨ªo y de los microsc¨®picos ruidos extra¨ªdos de un tocadiscos para tejer una atm¨®sfera de frecuencia alt¨ªsima, sobre la que cualquier sonido externo, por inaudible que fuera, cobraba una dimensi¨®n ensordecedora. Consciente de esta constante intromisi¨®n del sonido ambiente en el interior de la m¨²sica propiamente dicha, Otomo Yoshihide expone una idea claramente conectada con el concepto de "interpenetraci¨®n" enunciado por Cage hace ya medio siglo: "Me interesa la dicotom¨ªa entre silencio y ruido y la imprecisa frontera que separa lo uno de lo otro. Lo m¨¢s interesante, en mi opini¨®n, es el criterio subjetivo que cada uno utiliza para decidir qu¨¦ es m¨²sica y qu¨¦ es un sonido intruso. Lo cierto es que ni yo mismo s¨¦ establecer con certeza qu¨¦ forma parte del concierto y qu¨¦ no. Hoy, por ejemplo, el ruido que hac¨ªan los ascensores del edificio al subir y al bajar me ha parecido que se integraba muy bien, as¨ª que podr¨ªamos decir que tambi¨¦n formaban parte de la m¨²sica".
La obra del compositor Morton Feldman (1926-1987) -junto a John Cage, uno de los representantes destacados de la Escuela de Nueva York- incide en la cuesti¨®n del silencio desde otra direcci¨®n. Tal como explica John Tilbury (prestigioso pianista y miembro del colectivo experimental AMM), los silencios (o para ser m¨¢s exactos, las pausas) en la obra de Feldman juegan un papel de tipo estructural. Estos par¨¦ntesis en los que las notas se desvanecen hasta casi desaparecer, impresos sobre el papel y delimitados con precisi¨®n por el int¨¦rprete, no tienen un sentido conceptual o metaf¨®rico como el de 4'33''. S¨ª mantienen, sin embargo, la indeterminaci¨®n que Cage atribu¨ªa a cualquier m¨²sica experimental. Tilbury ilustra esto con una bella comparaci¨®n: "El piano es el instrumento experimental por excelencia porque el sonido se desarrolla fuera de tu control en el interior de la caja de resonancia. S¨®lo puedes escuchar la evoluci¨®n de un sonido que, tras pulsar una tecla, se convierte en aut¨®nomo. Es algo fascinante, es como seguir a un animal en la jungla. Creo que Feldman era consciente de esta autonom¨ªa del sonido y que por eso hay tantas pausas y notas sostenidas en sus partituras para piano".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.