La actualidad
No hay que perder el pulso de la actualidad, se supone. Hablar de lo que pasa. Hablar de lo que sale en los peri¨®dicos y en la televisi¨®n ?Qu¨¦ pasa? Pasa que una muchacha de Galdakao ha ganado un concurso de canci¨®n popular, una especie de versi¨®n multimedia (multimierda, que dir¨ªa Albert Pla) y multimillonaria de las historias de la radio y la televisi¨®n que cont¨® Saenz de Heredia con el gran Pepe Isbert haciendo el indio vestido de esquimal.
Pasa que nada pasa m¨¢s que eso, la historia de la chica del concurso. Incluso Arnaldo Otegi, tan inactual y tan originario, lanza su cuarto a espadas y sospecha que detr¨¢s del triunfito de Ainhoa hay algo m¨¢s: oscuras asechanzas espa?olas. Las mismas que podr¨ªa haber habido en el ¨²ltimo Premio Nacional de Literatura que se ha llevado un joven getxotarra. Pero Otegi es esclavo, como todos, de la dichosa actualidad, y la literatura no se suele llevar muy bien con ella. ?Qu¨¦ puede levantar un premio literario? Ni siquiera sospechas. Ni siquiera las sospechas de Otegi. Un premio literario no parece algo serio. Los peri¨®dicos serios reproducen en sus primeras p¨¢ginas la foto de la chica del concurso junto al ¨²ltimo anuncio de la pr¨®xima guerra de Bush. Antes de que comience la batalla la campa?a ha empezado. Una autopromoci¨®n salvaje. Publicidad y guerra de la mano. No son tan diferentes. Hablamos cuando hablamos de la publicidad tambi¨¦n de bombardeos y campa?as. Y lo mismo sucede en la televisi¨®n con las guerras de audiencias. Todo aparece entonces, ahora mismo, rebozado en un mismo albondig¨®n absurdo. Aparecen el triunfito de Ainhoa y la macabra, la aut¨¦ntica operaci¨®n triunfo del T¨ªo Sam compartiendo portadas y caretas en los informativos. As¨ª es la actualidad, parece, se supone. Y nadie pone en duda que la que manda es ella.
Manda la actualidad y por eso anda Ainhoa, esa pundonorosa chica de Galdakao, fatigando los medios de comunicaci¨®n de masas apenas encef¨¢licas. Pero la actualidad no es inocente, ni por supuesto natural (ya ni la meteorolog¨ªa es natural). La actualidad se fabrica lo mismo que esos bares tem¨¢ticos que pueblan las ciudades de provincias, llenos de antig¨¹edades fules. El pasado se fabrica en discretos talleres perif¨¦ricos, con moldes y cartones y bet¨²n de judea a destajo. La actualidad tambi¨¦n, s¨®lo que se fabrica en los despachos de las grandes empresas. Alguien decide qu¨¦ debe ser actual y qu¨¦ debe ser arrumbado en los trasteros de la desmemoria. La actualidad es la televisi¨®n y una chica de Galdakao que canta. No hay nada tan caduco.
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