Los proyectos de los faraones de Pek¨ªn
El Gobierno chino ha invertido 761.000 millones de d¨®lares en obras de infraestructura
La mayor presa del mundo, el mayor trasvase, el tren m¨¢s r¨¢pido... La vor¨¢gine constructora que barre China no s¨®lo se limita a la lluvia de rascacielos que ha transformado el paisaje del pa¨ªs en los ¨²ltimos 20 a?os. Tambi¨¦n ha afectado a las infraestructuras, que, a la sombra de la inversi¨®n p¨²blica, se han convertido en motor de una econom¨ªa obligada a crecer a un ritmo del 7% para mantener la estabilidad social.
"Aqu¨ª el mercado es inagotable, se est¨¢ vendiendo de todo", dice el director de una firma europea al valorar los nuevos proyectos
El pasado 31 de diciembre, Zhu Rongji y Gerhard Schr?der levitaron juntos en Shanghai. Pocas horas antes de despedir el a?o, el primer ministro chino y el canciller alem¨¢n, confortablemente instalados en sus asientos, vieron deslizarse a 430 kil¨®metros por hora el paisaje que une el distrito financiero de la ciudad con el aeropuerto. Fue un vuelo sin alas de 31 kil¨®metros en poco m¨¢s de siete minutos durante la inauguraci¨®n del primer tren de levitaci¨®n magn¨¦tica (maglev) que se explota comercialmente en el mundo.
Que el maglev reci¨¦n inaugurado vaya a tener una continuaci¨®n en la futura l¨ªnea de alta velocidad Shanghai-Pek¨ªn est¨¢ por ver. Los expertos chinos consideran su coste excesivo y recuerdan que no est¨¢ en servicio en ning¨²n otro pa¨ªs del mundo, ni siquiera en su Alemania natal. Pero su puesta en marcha da una idea del esp¨ªritu que domina los proyectos de infraestructuras lanzados por Pek¨ªn para los pr¨®ximos a?os. Son cientos de obras repartidas por el inmenso territorio chino, que abarcan desde puertos a aeropuertos, de puentes a autopistas, de l¨ªneas de metro a l¨ªneas de ferrocarril.
Igual que poco despu¨¦s de la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Popular China, en 1949, Mao Zedong inici¨® una serie de obras claves, las autoridades han puesto en marcha un conjunto de proyectos emblem¨¢ticos que, seg¨²n dicen, "abrir¨¢n un nuevo cap¨ªtulo en la historia del pa¨ªs en el nuevo siglo". Con un objetivo: equilibrar el desarrollo econ¨®mico entre las diferentes regiones.
"El pa¨ªs est¨¢ lanzado a una carrera hacia adelante", dice el director de una empresa europea dedicada al desarrollo de proyectos de infraestructuras en China, que pide el anonimato. "No dudo de que hagan falta estas grandes obras, pero el Gobierno busca tambi¨¦n mostrar al mundo que van a ser los primeros. Estas iniciativas fara¨®nicas les encantan. Es una nueva forma de generar actividad por medio de gasto p¨²blico hasta que el sector privado se anime".
Sue?os milenarios
M¨¢s que de fara¨®nicas se podr¨ªa hablar de obras din¨¢sticas. El emperador Qin Shi Huang, impulsor de la ¨²nica construcci¨®n humana que se ve desde la Luna, la Gran Muralla, palidecer¨ªa s¨®lo con imaginar alguna de las iniciativas en marcha en el denominado en la actualidad Imperio del Centro. Porque el sue?o milenario chino de dominar los r¨ªos va camino de convertirse en realidad.
En el pr¨®ximo mes de junio el agua comenzar¨¢ a llenar la presa de las Tres Gargantas, el mayor complejo hidr¨¢ulico del mundo. Estar¨¢ finalizada en 2009. Para entonces, sus 26 generadores producir¨¢n 18,2 millones de kilovatios. ?El precio? M¨¢s de 24.000 millones de d¨®lares, un mill¨®n de personas desplazadas, pueblos y reliquias culturales sumergidos, corrupci¨®n y la modificaci¨®n del medio ambiente. ?Sus ventajas? El fin de las inundaciones que todos los a?os origina el r¨ªo Yangts¨¦, con las consiguientes v¨ªctimas; su producci¨®n el¨¦ctrica y una navegaci¨®n m¨¢s segura en el r¨ªo.
El dominio de los dirigentes sobre la naturaleza no se detendr¨¢ aqu¨ª. "El norte de China necesita agua y el sur tiene de sobra. Si es posible, el sur deber¨ªa prestarle al norte", dijo Mao durante un viaje de inspecci¨®n al r¨ªo Amarillo en 1952. Si todo marcha seg¨²n las previsiones, su deseo se ver¨¢ cumplido en una d¨¦cada.
En el pasado mes de diciembre comenzaron las obras de tres gigantescos canales que cruzar¨¢n m¨¢s de 1.300 kil¨®metros para trasvasar 48.000 millones de metros c¨²bicos anuales del irrigado sur al sediento norte, un volumen suficiente para abastecer la ciudad de Nueva York durante un periodo de 25 a?os. El agua del Yangts¨¦ llegar¨¢ a los grifos de Pek¨ªn en 2010. El tercer canal, que discurrir¨¢ por la meseta tibetana, no estar¨¢ finalizado hasta el a?o 2050. Coste total: unos 59.000 millones de d¨®lares.
A estas dos megaobras se suman la construcci¨®n del primer ferrocarril al T¨ªbet y dos relacionadas con la energ¨ªa. Un gasoducto desde la regi¨®n aut¨®noma de Xinjiang, donde China reprime con dureza al movimiento separatista isl¨¢mico uigur, hasta Shanghai a trav¨¦s de 4.000 kil¨®metros. Estar¨¢ completado en 2004. En paralelo, Pek¨ªn va a construir una red para enviar energ¨ªa el¨¦ctrica desde el excedentario oeste a las regiones costeras.
Llegan las multinacionales
El tren del T¨ªbet unir¨¢ la provincia de Qinhai con Lhasa mediante una l¨ªnea a altitudes hasta de 5.000 metros. Muchas voces han criticado su rentabilidad y dicen que s¨®lo servir¨¢ para diluir la cultura budista tibetana. Pek¨ªn afirma que se trata de "una v¨ªa hacia la prosperidad y la felicidad" para el techo del mundo. Sus 1.118 kil¨®metros costar¨¢n 3.300 millones de d¨®lares. Se prev¨¦ que entre en funcionamiento durante el ejercicio de 2007.
Todas estas iniciativas han abierto un abanico de oportunidades para las multinacionales extranjeras. "No en la obra civil, que la hacen siempre las empresas chinas, salvo que se trate de algo muy especializado", dice el directivo europeo. "Pero s¨ª en el suministro de equipos. Aqu¨ª el mercado es inagotable, se est¨¢ vendiendo de todo".
Entre 1989 y 2001, el Gobierno invirti¨® 761.000 millones de d¨®lares en infraestructuras para modernizar el pa¨ªs. Este impulso seguir¨¢ en los pr¨®ximos a?os. Seg¨²n han reconocido las autoridades, la econom¨ªa necesita crecer a un ritmo del 7% anual para absorber los millones de trabajadores despedidos por la reestructuraci¨®n de las empresas p¨²blicas y mantener la estabilidad social. El a?o pasado el producto interior bruto (PIB) aument¨® un 8%, hasta 1,23 billones de d¨®lares. La inversi¨®n p¨²blica subi¨® cerca del 25%.
Seg¨²n Paul Cavey, analista de The Economist Intelligence Unit, aunque "la inversi¨®n extranjera creci¨® mucho en 2002 , lo que mantiene en alza el sistema es la inversi¨®n del Gobierno". Y esas inversiones parece que est¨¢n presentes en los planes para el futuro de los dirigentes de Pek¨ªn.
Una carrera hacia la trampa del d¨¦ficit fiscal
Zhao Xiao, investigador de la Comisi¨®n Estatal de Econom¨ªa y Comercio, advert¨ªa recientemente: "El Gobierno se ha metido en aguas pantanosas en su dura batalla contra la amenazante deflaci¨®n. China est¨¢ corriendo hacia la trampa del d¨¦ficit fiscal". En la actualidad, ronda 37.400 millones de d¨®lares, el 3% del PIB. Pero si se tienen en cuenta los cr¨¦ditos impagados en los bancos y la deuda oficial, el porcentaje, seg¨²n Zhao, subir¨ªa al 70%. Algunos economistas lo elevan incluso al 140%, igual al de Jap¨®n. Consciente de la situaci¨®n, Pek¨ªn ha tomado medidas, y la emisi¨®n de bonos del Tesoro para financiar el desarrollo pasar¨¢ este a?o de los 18.200 millones de d¨®lares de 2002 a 17.000 millones.
"El problema es que el Gobierno tiene que luchar contra el desempleo y la deflaci¨®n", explica un economista de Beida (Universidad de Pek¨ªn) que vivi¨® varios a?os en EE UU. "Es dif¨ªcil decir si son necesarios o no estos grandes proyectos. Pero la inversi¨®n p¨²blica no es eficiente, no es una buena idea para absorber el desempleo. Hay que crear trabajos en empresas privadas. Lo que ocurre es que no se toman decisiones econ¨®micas, sino ideol¨®gicas".
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