"De Tiger Woods s¨®lo envidio los 'putts"
1976: Severiano Ballesteros, a sus 19 a?os, asombra al mundo del golf al estar a punto de ganar el Open Brit¨¢nico, uno de los cuatro torneos del Grand Slam, y ceder s¨®lo ante el estadounidense Johnny Miller. 1999: Sergio Garc¨ªa, a sus 19 a?os, asombra al mundo del golf al estar a punto de ganar el Campeonato de la PGA norteamericana, otro de los cuatro torneos del Grand Slam, y ceder s¨®lo ante el estadounidense Tiger Woods. Todo un paralelismo.
1979: Ballesteros, a sus 22 a?os, gana el Open Brit¨¢nico, el primero de sus cinco t¨ªtulos grandes. 2002: Garc¨ªa, a sus 22 a?os, no gana ning¨²n t¨ªtulo grande a pesar de que ronda la victoria y es el ¨²nico jugador que concluye los cuatro torneos entre los diez primeros. El paralelismo se rompe.
"No estoy obsesionado por ganar ya un torneo del Grand Slam. Si tuviera 40 o 42 a?os, pero teniendo 23..."
"No sufrir¨ªa la presi¨®n de tener que dejar la bola a un metro y medio del hoyo si supiera que desde cuatro la voy a meter"
"?Poco ortodoxo mi 'swing'? Lo prioritario es saber en todo momento por d¨®nde va el palo y d¨®nde ir¨¢ la pelota"
"Lo ideal: mi 'drive', los hierros de Woods, las aproximaciones de Seve u Olaz¨¢bal y el 'putter' del 'Tigre', Els o Goosen"
"Es que este deporte es muy complicado. Por muy bien que lo hagas, siempre hay alguien que puede hacerlo un poco mejor o tener m¨¢s suerte, la del campe¨®n", advierte Garc¨ªa, ese aspirante (Borriol, Castell¨®n; 9 de enero de 1980) seguro de s¨ª mismo y de sus posibilidades que los domingos, el d¨ªa final de las competiciones, siempre marca la posici¨®n de sus bolas con una moneda de plata de un cuarto de d¨®lar como talism¨¢n: "Me la regal¨® en Dallas un aficionado. Ten¨ªa dos: una coincidente con el nacimiento de su padre, 1910, y otra, la que me dio, con el de su madre, 1909. Es mi ¨²nica man¨ªa. Aparte, claro, de la muy com¨²n de colocar cada palo en el sitio correspondiente de la bolsa".
Pregunta. Sin duda, su comienzo como profesional fue impactante. Tras haber sido el mejor amateur en el Masters de Augusta, estuvo en un tris de amargar a Tiger Woods en el Campeonato de la PGA norteamericana.
Respuesta. No ya esas competiciones, sino todo ese curso fue muy bonito. Era el de mi debut entre los mejores. Para m¨ª significaba empezar desde cero. Todos mis triunfos anteriores ya no val¨ªan nada. Y lo hice con buen pie: gan¨¦ torneos pronto, qued¨¦ muy bien en Europa, logr¨¦ la acreditaci¨®n para poder jugar en Estados Unidos... Encima, casi conquist¨¦ mi primer grand slam.
P. ?Se vio realmente capaz de batir al Tigre en la ¨²ltima vuelta?
R. S¨ª. Ten¨ªa mi momento; el momentum, que dicen los norteamericanos. Yo iba de birdie en birdie, cogi¨¦ndole, y la gente estaba conmigo, quer¨ªa que le ganase. ?l se sent¨ªa agobiado, apretado. S¨®lo me falt¨® un acierto m¨¢s. Tuve mis ocasiones en el hoyo 17 y el 18, pero... Me qued¨¦ a un golpe de ¨¦l.
P. Desde luego, a usted no le impresion¨®.
R. Es un gran golfista, pero ah¨ª se queda todo. Hay que intentar imponerse a cualquiera.
P. Si Severiano Ballesteros amag¨® en 1976 y dio en 1979, a los tres a?os, a usted, que amag¨® en 1999, le habr¨ªa tocado estrenar su palmar¨¦s de t¨ªtulos grandes en 2002...
R. La secuencia matem¨¢tica fall¨®. Esto es muy dif¨ªcil. Y lo cierto es que pude vencer en m¨¢s de un major. Pero a veces las cosas no te salen como esperas o a alguien le salen un poco mejor.
P. En este periodo ha ganado trofeos en Europa, cuatro; Estados Unidos, tres; ?frica, uno, y Asia, otro, y ha figurado siempre en los puestos de honor de la clasificaci¨®n mundial: s¨¦ptimo al cierre de enero. Pero, desde aquellas expectativas tan brillantes, ?se siente satisfecho con lo alcanzado o en deuda consigo mismo?
R. He hecho casi todo lo que quer¨ªa hacer. No he ganado un grande, pero s¨ª en cuatro continentes y, sobre todo, una Copa Ryder con el equipo europeo. Ahora s¨®lo me resta seguir trabajando.
P. ?Ha evolucionado mucho su juego?
R. Bastante. Me noto m¨¢s consistente. Doy mejor a la pelota. Suelo coger m¨¢s calles, m¨¢s greenes. Me cuesta menos firmar tarjetas bajas.
P. Se dijo que su grip [el modo de empu?ar los palos] no era el adecuado y que su swing [el movimiento del cuerpo en los lanzamientos largos] no era ortodoxo.
R. No, no... Creo que cada uno tiene su manera de hacer las cosas bien. Lo perfecto es tener un grip perfecto, un swing perfecto... Pero los swings de los buenos jugadores no son iguales. Lo prioritario es que t¨² sepas lo que vas a hacer con el tuyo y lo que la bola va a hacer cuando la golpees. Hay veces en que uno tiene un swing perfecto y no sabe hacia d¨®nde va a salirle. ?Por qu¨¦? Porque, intentando llegar a ese swing perfecto, ya no sabe por d¨®nde va a ir su palo. Mi padre y yo pensamos que es muy complicado jugar bien si no se siente por d¨®nde va el palo en todo momento.
P. Varios detalles s¨ª que los ha modificado.
R. Cosillas. Algunas, por una sencilla cuesti¨®n de edad. En mi swing, por ejemplo, ya no hago tanto l¨¢tigo. He crecido [1,78 metros] y soy m¨¢s fuerte [72 kilos]. Por eso ya no lo necesito para levantar m¨¢s la pelota o hacerla ir m¨¢s lejos. Por lo dem¨¢s, se mejora lo b¨¢sico: la colocaci¨®n, estar bien cuadrado con la bola... El grip tambi¨¦n lo hemos cambiado un poquito. Pero siempre sinti¨¦ndome c¨®modo, lo que es muy importante.
P. Antes ha mencionado a su padre y maestro, V¨ªctor. ?Le dolieron especialmente esas cr¨ªticas porque le salpicaban a ¨¦l?
R. Me dolieron porque ¨¦l no ten¨ªa nada que ver con el asunto. Es un gran profesor y, l¨®gico, siempre hace lo que cree mejor para su jugador, para su hijo. No tuve un buen a?o [2000] y algunos la tomaron con ¨¦l. Al siguiente, con el mismo entrenador y el mismo swing, todo fue mejor y...
P. ?Ha consultado alguna vez con otros t¨¦cnicos?
R. Con Jes¨²s Arruti y alg¨²n norteamericano, pero no de los afamados. Y s¨®lo para los putts.
P. En el fondo, determinados reproches son halagos. Se exige a los buenos, no a los mediocres.
R. Por supuesto. Son cosas que van con la profesi¨®n, pero a veces resultan injustas y te hacen da?o.
P. El a?o pasado tambi¨¦n tuvo un roce con Ballesteros por no participar en un torneo suyo, el enfrentamiento Gran Breta?a-Europa continental. Se le acus¨® de haberle pedido dinero para hacerlo.
R. El equ¨ªvoco qued¨® aclarado. En su primera edici¨®n, la de 2000, intervine en ¨¦l anulando a ¨²ltima hora mi participaci¨®n en uno norteamericano. Como qued¨¦ mal con sus organizadores, me compromet¨ª a jugarlo en los dos a?os siguientes y, al coincidir con el de Ballesteros...
P. Deportivamente, ?en qu¨¦ se parece a Ballesteros y en qu¨¦ se diferencia de ¨¦l?
R. Nos parecemos en el car¨¢cter. Los dos somos luchadores natos. Bueno, todos los espa?oles lo llevamos en la sangre. No nos damos nunca por vencidos, tenemos mucha garra... En el juego somos distintos. Yo suelo pegar el drive bastante mejor de lo que lo pegaba ¨¦l. Alrededor del green, en cambio, ¨¦l fue mucho mejor.
P. ?Qu¨¦ opina de que ahora, con su drive m¨¢s err¨¢tico que nunca, se empe?e en seguir jugando y arrastre su prestigio?
R. No s¨¦... Es algo que no se lo deseas a nadie. Y menos, a un amigo, al ¨ªdolo de la ni?ez. Desafortunadamente, alguien que lo ha sido todo no est¨¢ pudiendo encontrar el camino del retorno al buen juego. Pero ¨¦l ya es mayorcito para saber lo que tiene que hacer. Tambi¨¦n debe de ser muy dificultoso para quien lo ama tanto dejar de repente el golf porque s¨ª.
P. ?Respecto a Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal?
R. Algo similar a lo de Ballesteros. Mi drive es mejor que el suyo, pero ¨¦l tiene unos hierros muy buenos que para m¨ª los quisiera. Sus approachs [aproximaciones] a la bandera tambi¨¦n son excelentes.
P. En concreto, ?en qu¨¦ le gustar¨ªa mejorar?
R. En los putts y los approachs, en los golpes de 100 metros para abajo.
P. ?Y en la fuerza mental, decisiva en su deporte?
R. Hay que tener, s¨ª, una buena mente. Pensar lo correcto es siempre importante. Porque, a diferencia de otros juegos, la pelota est¨¢ parada. Debido a eso, la mente te puede jugar malas pasadas, ya que tienes m¨¢s tiempo para pensar. Claro, eso puede ser malo o bueno. Yo, entre golpe y golpe, hablo mucho con mi caddie. Nos re¨ªmos. Es para relajarme, para no pensar de continuo en el pr¨®ximo. Ser¨ªa demoledor.
P. ?Le falt¨® en el partido de fourballs que el ingl¨¦s Lee Westwood y usted perdieron contra Woods y Davis Love en la ¨²ltima Copa Ryder, en septiembre, tras tenerlo ganado?
R. En absoluto. Ni Westwood ni yo perdimos la cabeza. Love meti¨® un approach en el hoyo 17 y a m¨ª me hizo la bola una corbata en el 18. Son cosas que pasan. Es la propia belleza del golf, de la Ryder.
P. Un torneo apasionante en el que la responsabilidad es mayor porque cada punto es vital para el equipo, no ya para uno mismo.
R. S¨ª. Pero no s¨®lo porque sea por equipos, sino porque sabes que s¨®lo se juega cada dos a?os. No es como los otros, que afrontas veintitantos en la temporada, unos pocos los ganas y los m¨¢s los pierdes. Adem¨¢s, es muy dif¨ªcil entrar en el conjunto. Y es Europa contra Estados Unidos. Las derrotas duelen m¨¢s. Cada uno se exige un esfuerzo mayor. Por eso es tan bueno el juego. Ves el entusiasmo de los aficionados y por ellos y por tus compa?eros intentas m¨¢s de lo que normalmente intentar¨ªas.
P. A Woods no parece irle demasiado lo de formar un equipo. En el campo se le vio a su aire. No sintonizaba con nadie.
R. Salvo dos o tres, es el modo general de jugar de los norteamericanos. Nosotros, por contra, hacemos una pi?a. Bernhard Langer [alem¨¢n] y Colin Montgomerie [escoc¨¦s] nos dieron el alma. Que ellos, con tanta calidad, con tantas victorias, con tanto demostrado..., descendieran hasta ponerse al nivel del m¨¢s bajo fue fundamental.
P. El caso es que en 2002, al fin, gan¨® la Ryder tras haberla perdido la vez anterior. Ahora le resta entrar en la historia del Grand Slam.
R. Pero no me obsesiona. Si tuviera 40 o 42 a?os, pero teniendo 23... No se me han acabado las oportunidades. Desde luego, siempre intento llegar a estas citas en la mejor forma f¨ªsica y t¨¦cnica.
P. A sus 27 a?os, Woods ya ha coleccionado ocho grandes. ?Qu¨¦ es lo que envidia de ¨¦l, de su juego?
R. Sinceramente, s¨®lo sus putts. Y estoy trabajando para mejorar al m¨¢ximo. Porque el drive es dif¨ªcil que lo pegue mejor de lo que lo pego. Y con los hierros tampoco voy mal. Lo ¨²nico que necesito es patear un poquito mejor para quitarme presi¨®n en otros aspectos. No tendr¨ªa que obligarme a dejar la pelota a metro y medio del hoyo si supiera que dej¨¢ndola a cuatro tambi¨¦n la voy a meter.
P. Intimidarle no le intimida.
R. Eso es m¨¢s cosa de la prensa que de la realidad. Todos los jugadores de la ¨¦lite sabemos que, si estamos bien, le podemos ganar. Aparte de eso, es humano y tiene sus altibajos. Lo que ocurre es que los suyos, por su gran clase, son m¨¢s peque?os.
P. Parece que, hoy por hoy, el surafricano Ernie Els es su alternativa m¨¢s seria.
R. Est¨¢ en un momento muy bueno. Siempre he o¨ªdo que cuando comenz¨®, hace ya m¨¢s de diez a?os, era espectacular. Pero no es f¨¢cil enfrentarse a lo que supone estar arriba del todo. A muchos les cuesta asumirlo. No s¨¦... ?l tiene ahora una familia, est¨¢ m¨¢s asentado, empieza a ser el que se supon¨ªa que llegar¨ªa a ser.
P. Si tuviera que construir el prototipo del golfista ideal con lo mejor de cada cual...
R. Probablemente, coger¨ªa mi drive, los hierros de Woods, los golpes de aproximaci¨®n de Ballesteros -sigue approachando de maravilla; sus problemas son con el drive- u Olaz¨¢bal y los putts del propio Woods, de Els, de Retief Goosen [tambi¨¦n surafricano]...
P. A todo esto, usted, a una edad en que la inmensa mayor¨ªa de los j¨®venes est¨¢n terminando sus carreras universitarias y temblando ante el mercado laboral, ya es multimillonario. ?C¨®mo lo ha asimilado?
R. La verdad es que no he pensado en ello. S¨®lo veo que ahora puedo darme alg¨²n caprichillo y antes no. Pero lo m¨¢s importante para m¨ª es que hago lo que amo, lo que siempre me ha gustado, y que me est¨¢ saliendo bien.
P. En su infancia y en su adolescencia, tan volcado en el golf como ha estado casi desde la cuna por la profesi¨®n de su padre, tambi¨¦n habr¨¢ hecho sus renuncias. Incluso en los estudios.
R. Comparado con los chicos de mi edad, por descontado que s¨ª. Pero no me arrepiento de nada. Mi deporte me ha tra¨ªdo muchas cosas que estoy seguro de que esos mismos chicos habr¨ªan deseado tener. Creo que todo se nivela al final. ?Estudiar? Hice hasta el COU. Ahora carezco de tiempo. Para encararse a los libros hay que contar con mucha energ¨ªa y yo s¨®lo tengo ganas de descansar cuando acabo de entrenarme, de jugar.
P. ?C¨®mo distrae la soledad en su vida tan ajetreada?
R. Me paso fuera unas 30 semanas al a?o. Pero no estoy tan solo. Mi padre me acompa?a a muchos de los torneos, unos 27, que suelo jugar. Siempre est¨¢ en los importantes. Y tambi¨¦n otros familiares.
P. ?Juega al golf Martina Hingis mejor que usted al tenis?
R. [Risas] No, claro que no. Pero... en octubre pasado, despu¨¦s de diez meses, dejamos lo nuestro. Yo estuve a gusto con ella y creo que ella lo estuvo conmigo. Pero las cosas no funcionaron en un momento dado. Cuando tienes una novia y dispones de una semana libre, lo que m¨¢s te apetece es irte a casa con ella. Pero entre su calendario y el m¨ªo... O yo me iba a su torneo o al rev¨¦s. Y una relaci¨®n en plena competici¨®n no es lo mismo. Pero seguimos siendo amigos y nos telefoneamos con regularidad. ?Su grave lesi¨®n? Se est¨¢ tomando un descansillo tras siete a?os sin parar. ?Qu¨¦ podr¨ªa pasar en el futuro? Nunca se sabe.

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