El Canal divide

De la reuni¨®n en Le Touquet entre Jacques Chirac y Tony Blair no cab¨ªa esperar un cambio franc¨¦s respecto a Irak. La reciente carta abierta firmada por ocho dirigentes europeos ha oficializado el cisma abierto en la pol¨ªtica exterior de la UE a prop¨®sito de los planes b¨¦licos del presidente Bush, y ning¨²n momento menos propicio para un giro que las v¨ªsperas de la presentaci¨®n ante el Consejo de Seguridad de las pruebas que Washington dice tener sobre las armas de destrucci¨®n masiva en poder de Sadam Husein.

El primer ministro brit¨¢nico no ha convencido al presidente franc¨¦s de la conveniencia de una acci¨®n militar inmediata contra Bagdad, pese a que Blair se ha tra¨ªdo de su reciente entrevista con Bush el bosquejo de una nueva resoluci¨®n de la ONU. Chirac insiste en que la guerra es la peor soluci¨®n posible y en que hay que dar m¨¢s tiempo a los inspectores. Y ha evitado anticipar si, llegado el caso, su pa¨ªs utilizar¨ªa el derecho de veto. En este sentido, junto a la declaraci¨®n hoy de Powell ante el Consejo, cobra especial relevancia la fecha del 14 de febrero, cuando Hans Blix debe presentar un nuevo informe en Nueva York.

La suma de ambas circunstancias puede resultar decisiva para matizar la posici¨®n francesa, caracterizada, a diferencia de la alemana, por una clara disposici¨®n a mantener opciones abiertas. Chirac precis¨® ayer que, si bien las perspectivas de Par¨ªs y Londres divergen, ambos Gobiernos est¨¢n de acuerdo en que hay que desarmar a Sadam y en que el instrumento es la ONU. Francia tiene, como el Reino Unido (las dos ¨²nicas potencias europeas con asiento permanente en el Consejo de Seguridad), una larga tradici¨®n de cultivar sus intereses nacionales a escala planetaria. Su derecho de veto es una herramienta decisiva de esa pol¨ªtica y su utilizaci¨®n contra EE UU casar¨ªa mal con la protecci¨®n de esos intereses. Si Bush finalmente decide derrocar a Sadam a pesar de la ONU, un eventual veto de Par¨ªs vaciar¨ªa de contenido al Consejo de Seguridad y de paso convertir¨ªa en papel mojado las pretensiones francesas de multilateralismo.

A falta de acuerdo sobre Irak, y tal como estaba en el gui¨®n del encuentro, Par¨ªs y Londres afianzan su cooperaci¨®n militar cimentada en 1998 en Saint Malo, semilla del desarrollo de una capacidad b¨¦lica continental ajena a la OTAN. Las dos naciones mejor equipadas de la UE pretenden disponer permanentemente de un portaaviones europeo y su grupo aeronaval, punta de lanza capaz de desplegarse r¨¢pidamente en una zona de crisis. Espa?a e Italia podr¨ªan incorporarse a este plan. Pero la experiencia ense?a que tambi¨¦n en lo tocante a la emancipaci¨®n de la tutela armada estadounidense los proyectos europeos van despacio.