Pruebas definitivas
Se nos viene anunciando que Estados Unidos posee las pruebas definitivas de la culpabilidad deIrak, lo que les autoriza a una agresi¨®n militar contra aquel pa¨ªs. No es la primera vez que se nos presentan pruebas con fines similares. En septiembre de 1939, la Alemania nazi nos brind¨® pruebas definitivas de la perfidia polaca, lo que justificaba el inicio de la Segunda Guerra Mundial: un peque?o puesto fronterizo alem¨¢n fue sorprendido por un ataque polaco. En ¨¦l perecieron todos los soldados alemanes del puesto, pero, antes de retirarse, los polacos dejaron el terreno esparcido de cad¨¢veres propios, debidamente uniformados. M¨¢s tarde se comprob¨® que este montaje se hizo con presos comunes alemanes, vestidos con los correspondientes uniformes, alemanes y polacos.
En la primera guerra del Golfo, poco despu¨¦s de la invasi¨®n de Kuwait, apareci¨® en las pantallas de la televisi¨®n norteamericana una enfermera kuwait¨ª, debidamente uniformada, quien, entre lloros y sollozos, explic¨® c¨®mo en el hospital donde trabajaba, en Kuwait, entraron los soldados iraqu¨ªes y con las culatas de sus fusiles hicieron a?icos las incubadoras, donde perecieron todos los neonatos all¨ª incubados. Los periodistas que visitaron el hospital no pudieron encontrar ninguna confirmaci¨®n, ni nadie conoc¨ªa all¨ª a la supuesta enfermera, muy conocida en Nueva York, en las tiendas elegantes de la Quinta Avenida: la hija del embajador de Kuwait, perfectamente adiestrada por los servicios de desinformaci¨®n del T¨ªo Sam.
Estos mismos servicios est¨¢n ahora fabricando pruebas irrefutables de que Irak posee armas bioqu¨ªmicas y que Sadam Husein y Bin Laden se re¨²nen en secreto. ?A qui¨¦n pretenden enga?ar?
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