El orfe¨®n catal¨¢n
En las dos ¨²ltimas semanas ha pasado a ser un lugar com¨²n entre la opini¨®n p¨²blica catalana que las famosas palabras de Jim¨¦nez de Parga en su conferencia de Madrid se inscriben en la actual ola de nacionalismo espa?ol. En todo caso, lo cierto es que su utilizaci¨®n pol¨ªtica, tan desmesurada, en Catalu?a hay que inscribirla en la nueva imagen que CiU pretende aparentar ante la larga campa?a electoral que ya ha comenzado.
En efecto, tras el verano pasado CiU lleg¨® a la conclusi¨®n de que estaba perdiendo intenci¨®n de voto por el flanco nacionalista, tal como reflejaban no s¨®lo los sondeos de opini¨®n, sino tambi¨¦n las obsesivas cr¨ªticas de que era objeto el PP, su principal aliado parlamentario, entre sus propios militantes y simpatizantes, bien visibles tambi¨¦n entre los columnistas y tertulianos afines. Ante tan arriesgada situaci¨®n, la c¨²pula convergente decidi¨® dar un aparente golpe de tim¨®n, volver a la cl¨¢sica escenograf¨ªa pujolista e interpretar de nuevo su ya conocida obra Espa?a no nos entiende, Madrid nos ataca, sainete que tiene como protagonista a la Catalu?a agraviada con el r¨ªtmico acompa?amiento musical de cantinela victimista. Pere Esteve, una persona honesta, no se lo crey¨® y dio el portazo; los dem¨¢s siguieron, prietas las filas.
El gui¨®n inicial consist¨ªa en un progresivo pero lento y prudente distanciamiento del PP y en la propuesta de un nuevo estatuto que se har¨ªa p¨²blico pocas semanas antes de los primeros comicios electorales. Por el camino, ir¨ªan aprovechando todo aquello que se pusiera a tiro. De momento, ante la leg¨ªtima presi¨®n de la Plataforma de Defensa de la Llengua para hacer cumplir la Ley de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica, se han aprobado los decretos para el uso social del catal¨¢n y se han aprovechado en todo lo posible las palabras de Jim¨¦nez de Parga para el cap¨ªtulo de supuestos agravios. No s¨¦ si esta nueva t¨¢ctica le ser¨¢ ¨²til a CiU para mejorar sus resultados electorales. A veces, al final, lo que se gana por un lado se pierde por otro. Seguramente todo es cuesti¨®n de calcular bien hasta d¨®nde puede tensarse la cuerda y de confiar en que sus adversarios pol¨ªticos caer¨¢n, una vez m¨¢s, en las trampas populistas patrioteras.
Por ahora, esto ¨²ltimo lo est¨¢n consiguiendo. El caso Jim¨¦nez de Parga ha sido inteligentemente aprovechado por Artur Mas, y la oposici¨®n se ha mostrado, como siempre, m¨¢s papista que el Papa.
Iniciativa ha estado especialmente beligerante, con una baja calidad democr¨¢tica en sus posiciones que no era la t¨®nica de otras ¨¦pocas. Su diputado Boada ha argumentado que el Rey deb¨ªa destituir a Jim¨¦nez de Parga. Cualquier alumno de primero de Derecho sabe -y el ciudadano medio probablemente tambi¨¦n- que el Rey no tiene poderes pol¨ªticos y que si fuera competente para decidir el cese del presidente del Tribunal Constitucional nuestra Monarqu¨ªa ser¨ªa parecida a la canovista del siglo XIX, pero no a la propia de un Estado democr¨¢tico. Por otra parte, tambi¨¦n ICV ha propuesto que le declaren persona no grata los ayuntamientos de la comarca donde reside cuando est¨¢ entre nosotros el antiguo profesor de la Universidad de Barcelona. Si no ignoran las personas que tales cosas proponen el significado del t¨¦rmino no grata -que es lo m¨¢s probable-, tal actitud denota una ideolog¨ªa subyacente que muestra un inquietante desprecio por los derechos fundamentales b¨¢sicos de las personas. Y esto, en los a?os veinte y treinta del siglo pasado, dio origen en Italia y Alemania a un nombre que prefiero callarme.
Maragall, por su parte, ha dicho que un Senado reformado podr¨ªa revocar a Jim¨¦nez de Parga, lo cual es una barbaridad que si no fuera debida a la ignorancia pondr¨ªa seriamente en cuesti¨®n el concepto de Estado de derecho que tiene el candidato socialista. A su lado, las demandas temerarias y las recusaciones sin fundamento jur¨ªdico que ha aprobado el Gobierno de la Generalitat por motivos de propaganda pol¨ªtica son casi minucias. El caso Jim¨¦nez de Parga, adem¨¢s, le va bien a CiU, ya que le permite enfrentarse a lo que ellos llaman "Madrid" sin la incomodidad de tener que atacar al PP, su aliado parlamentario. Pero nuestra izquierda con s¨ªndrome de Estocolmo tiene, una vez m¨¢s, la masoquista vocaci¨®n de ser el coro que acompa?a al tenor. O a la diva de turno.
Comparemos, por ejemplo, la utilizaci¨®n del caso Jim¨¦nez de Parga con el fraude ilegal que, por lo menos desde 1999, efect¨²a el Gobierno de Pujol al publicar los resultados de los sondeos electorales pagados con fondos de los contribuyentes. Este peri¨®dico ha dado una informaci¨®n precisa y detallada de los mismos. El esc¨¢ndalo deber¨ªa ser may¨²sculo. Sin embargo, ello casi no ha trascendido a la opini¨®n p¨²blica, tal es el control -a veces disimulado- que sobre ella ejercen el entorno convergente y sus representantes en los medios de comunicaci¨®n. En lo que le interesa, CiU busca la complicidad de la izquierda y la encuentra con creces. Si quiere ocultar algo, lo hace con la mayor facilidad, ante una oposici¨®n cogida a contrapi¨¦ e ideol¨®gicamente desarmada. En todo caso, siempre es el nacionalismo el que traza los l¨ªmites de lo correcto e incorrecto en Catalu?a.
Si el PSC quiere ganar, no puede esperar tranquilamente que se cumplan los buenos augurios de los sondeos, tal como hizo en 1980. Debe lograr -como est¨¢ intentando CiU- el pleno de los suyos -de los que votan en las generales- y optar a un resultado que no le fuerce a una alianza parlamentaria con ERC o con CiU. Cualquiera de ellas ser¨ªa letal para Zapatero, ya que los argumentos del PP contra el PSOE en las elecciones espa?olas estar¨ªan escritos.
El PSC debe convencerse de que su adversario en Catalu?a no es el PP, sino el populismo nacionalista del cual el partido de Pujol es el pal de paller. Hacerles el juego es un grave error y desmarcarse siempre de sus t¨¢cticas habituales es la ¨²nica salida inteligente. El Orfe¨® Catal¨¤ lo fund¨® el maestro Millet. El orfe¨®n catal¨¢n podr¨ªa ser un buen t¨ªtulo, por ahora, para los 23 a?os de pujolismo.
Francesc de Carreras es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la UAB.
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