M¨¢s madera, ?es la guerra!
En el escenario del ¨²ltimo Festival de San Sebasti¨¢n, la premiada Jessica Lange agradeci¨® estar alejada de su pa¨ªs, al menos por unos d¨ªas: "Hay all¨ª un clima envenenado y extremadamente desalentador". Momentos antes, en la rueda de prensa, y aprovechando las televisiones, hab¨ªa sido m¨¢s expl¨ªcita: "Los actos contra Irak son una locura. Tiene que surgir un movimiento en contra de lo que Bush est¨¢ proponiendo...". Puede que Pedro Almod¨®var la recordara cuando, al recibir triunfante su reciente Globo de Oro, dedic¨® el premio "a los que luchan por la paz y a todos los que no tienen miedo en declararlo", desatando con ello una ovaci¨®n. (Al d¨ªa siguiente, autoridades espa?olas se felicitaron p¨²blicamente por el ¨¦xito de Almod¨®var).
La gente del cine ha usado libremente los micr¨®fonos de que dispon¨ªa en cualquier gala, festival o columna y ha estimulado a los dem¨¢s ciudadanos
?No a la guerra! El mundo del cine ya lo hab¨ªa gritado contra la invasi¨®n en Vietnam. No hemos olvidado la imagen de Jane Fonda en la entrega de los Oscar haciendo un alegato pacifista. Hemos visto a actores y actrices luciendo el lazo rojo contra el sida, o, lo que es lo mismo, exigiendo del Gobierno mayor atenci¨®n al problema, o el lazo azul contra ETA. Recordamos a aquel se?or en pelotas que haciendo con los dedos el signo de la paz correte¨® ante las narices del elegante David Niven cuando ¨¦ste presentaba los Oscar de 1974. O a aquella india que Marlon Brando envi¨® en su nombre para que al recoger el Oscar protestara por el maltrato que a¨²n segu¨ªan recibiendo los indios... (Luego se dijo que la india no era tal, sino una actriz contratada, pero ¨¦sa es otra historia).
Y hemos visto a Jos¨¦ Luis Borau en los Goya, con las palmas de las manos pintadas de blanco, rebel¨¢ndose contra un asesinato de ETA -o en San Sebasti¨¢n y otros lugares, saltos al escenario en defensa de ¨¦sta-. O a Susan Sarandon denunciando en los Oscar una disposici¨®n del Gobierno de Clinton contra los haitianos enfermos. Cuando le preguntaron por qu¨¦ lo hab¨ªa hecho, no dud¨® en responder: "Tengo m¨¢s posibilidades que otra gente para difundir ciertas informaciones, y considero que eso tambi¨¦n forma parte de mi trabajo...". La gente del cine, actores, productores (y guionistas) han usado libremente los micr¨®fonos de que dispon¨ªan en cualquier gala, festival o columna, y cuando han participado en manifestaciones su presencia ha estimulado a los dem¨¢s ciudadanos. El "no" a cualquier guerra ha sido proclamado en muchas pel¨ªculas, que precisamente por ello han recibido galardones o son parte de la historia del cine que nadie discute.
No hace mucho que el c¨®mico Fernando Fern¨¢n-G¨®mez coment¨®: "Creo que la pol¨ªtica tiene la obligaci¨®n de organizar la convivencia de los seres humanos y, como gran prioridad, la de evitar la guerra. Por eso creo que en el momento en que estalla una guerra deber¨ªan dimitir los pol¨ªticos. Su misi¨®n es justamente la contraria y, por lo tanto, fracasan si estalla una guerra". Esta vez, nuestra ministra, al o¨ªr protestas contra esta guerra de ahora, dedujo que hubo deslealtad en los Goya y hasta se pregunt¨® si acaso el cine era el brazo armado de la oposici¨®n... Amenazan con que el a?o que viene van a tomar medidas, y la frase da miedo. Hay hasta quien ha pedido la cabellera, ?ay, antes cana!, de Marisa Paredes, y otros, a¨²n m¨¢s dr¨¢sticos, piden que "la Academia entera se marche con su presidenta al frente". M¨¢rchese, se?ora Academia. A r¨ªo revuelto, cada cual saca a colaci¨®n sus propias reivindicaciones. Todo vale. ?Y de la invasi¨®n de Irak, qu¨¦?
Al parecer, es bueno premiar un alegato contra la guerra como el de El pianista, pero no tratar de impedir una guerra m¨¢s. Se puede consentir que se premie como el mejor un documental solidario con los empleados de Sintel, pero no que se diga en directo lo mismo que en la pel¨ªcula. As¨ª, pues, ?que los ganadores que no est¨¦n ansiosos por matar iraqu¨ªes devuelvan esos mal recibidos trofeos! Que decapiten de una vez a Marisa Paredes, que ya se la reemplazar¨¢ por quienes tanto lo desean; que Jeanne Moreau sea considerada persona non grata por lucir una pegatina antib¨¦lica en una fiesta del cine espa?ol; que expulsen a Almod¨®var por opinar contra la guerra en el mism¨ªsimo Hollywood; que apliquen aceite de ricino a Javier Bardem en lugar de los percebes que tanto le encantan; que fusilen a Manuel Alexandre por no gustarle la palabra guerra; que exterminen a los del cine espa?ol que piensan que esta guerra es un problema mucho m¨¢s importante que su crisis industrial... ?Al pared¨®n!
...?Y a ver qui¨¦n recibe ahora ayudas para el cine o firma contratos con las televisiones oficiales! "S¨®lo faltar¨ªa", dice Guti¨¦rrez Arag¨®n, "que para conseguir dinero para el cine tuviera uno que estar a favor de la guerra". Pero Manolo... ?hijo!
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