Nunca hay buenos vientos
Shakespeare dec¨ªa: "Nunca hay buenos vientos para el barco que no sabe a d¨®nde va". Merece atenci¨®n la cita cuando uno hace referencia a temas de Sevilla. En v¨ªsperas del periodo electoral, los mofletes del alcalde se hinchan cada d¨ªa, y su resople conduce a no se sabe qu¨¦, pues ¨¦l no sabe a d¨®nde quiere conducir a esta ciudad.
Los de sus siglas tampoco lo tienen claro, le preguntas a cualquiera de ellos y te comentan: que como mal menor, al menos, este excelent¨ªsimo m¨¦dico, es buena gente. Ellos, tampoco tienen claro que es lo que tienen que hacer, s¨®lo tienen claro que lo que no quieren es perder. Salvo el recoge pelotas, ese del Plan Estrat¨¦gico, es el que lo tiene claro, cuanto menos, es mas instruido que el Currito de la imagen, y, seguro, que nos lo podremos encontrar hasta en una lista, o suced¨¢neo.
A estas alturas de la pel¨ªcula, los socios y opositores buscan posiciones; a unos, se les fastidi¨® el objetivo ol¨ªmpico, y ahora quieren dividir Sevilla en m¨¢s barrios; ser¨¢, digo yo, porque prev¨¦n tocar bola en la nueva Corporaci¨®n, y tienen que instalar m¨¢s casas esas de distrito en las que colocar a sus ac¨®litos, familiares o amigos; a otros, la sombra alargada de su secretario general los tiene un pel¨ªn desconcertados. El que fuera presidente de los aparejadores hace denodados intentos de no moverse, pues como se descuide le meten otra mujer de alguien en el tercer puesto de la lista.
Nosotros, los sufridores ciudadanos, que al parecer no estamos maduros para decidir sobre el programa o candidato id¨®neo, con o sin la participaci¨®n de los partidos, esta comedia nos queda lejana, cada vez m¨¢s lejana.
El gilismo a¨²n, gracias a no se sabe qu¨¦, no ha calado en el sevillanismo, pero s¨ª la apat¨ªa de ver c¨®mo d¨ªa a d¨ªa nos vamos alejando de creer en unas reglas de juego que no se cumplen, al sentirnos cada vez menos representados, o al menos, que en t¨¦rminos generales, alguien o algunos canalice nuestras demandas.
Lo que s¨ª tengo claro, es que sea quien sea el que gane, va ha seguir haciendo lo que le d¨¦ la gana, dentro de un orden establecido por no se sabe qui¨¦n de tal familia (pol¨ªtica). Nos sorprender¨¢ al tercer a?o con zanjas, tubos de andamios, y nos dir¨¢n todo el esfuerzo que les cost¨® llegar a no se sabe qu¨¦ puerto.
Y aunque el Giraldillo ya gira bien e indica por d¨®nde va el viento en Sevilla, creo que ni el PGOU, ni el Plan Estrat¨¦gico nos va a desentra?ar otra Sevilla que, pese a qui¨¦n le pese, es la que nos merecemos, por eso: ???Viva Sevilla!!!
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