Una factura de odio
Las hip¨®tesis sobre los m¨®viles de los atentados terroristas buscan la supuesta racionalidad funcional y de oportunidad de esos actos de barbarie. La muerte de Joseba Pagazaurtundua, asesinado el s¨¢bado por la ma?ana en un bar de Andoain mientras desayunaba, ni siquiera se presta a esa pregunta superflua: ETA s¨®lo aguardaba el momento propicio para cobrar su sanguinaria factura de odio a un combativo dem¨®crata vasco cuya biograf¨ªa le ofend¨ªa. Militante del partido socialista y del movimiento c¨ªvico ?Basta Ya!, Joseba Pagazaurtundua reun¨ªa en su persona los rasgos que m¨¢s pueden detestar los terroristas: un vasco euskaldun procedente del nacionalismo radical (fue miembro de ETA pol¨ªtico-militar) que evolucion¨® hasta asumir un valiente compromiso con el pluralismo y las libertades. Designado jefe de la Polic¨ªa Municipal de Andoain a mediados de los 90 por el ayuntamiento socialista, el resultado de las elecciones de 1999 (en esa convocatoria Batasuna, PSOE y PNV lograron el mismo n¨²mero de concejales) cambi¨® el entorno de su vida y prepar¨® las condiciones para su muerte: los nacionalistas radicales consiguieron la alcald¨ªa -con 5 ediles sobre 17 - como lista m¨¢s votada.
La negativa del alcalde de Andoain y de otros concejales de Euskal Herritarrok a condenar el asesinato de Joseba Pagazaurtundua no s¨®lo pone de relieve la indignidad pol¨ªtica y la cobard¨ªa personal de esos encubridores morales de la violencia: muestra asimismo la terrible degradaci¨®n de la vida p¨²blica vasca. Dentro de ese desolador cuadro se inscribe el mezquino boicoteo por el PNV de la moci¨®n de censura presentada por los cinco concejales del PSOE y los dos ediles del PP de Andoain contra el alcalde de Batasuna; el gui?o del partido de Arzalluz al electorado nacionalista radical en v¨ªsperas de los comicios municipales de mayo de 2003 es obsceno. El veto de la familia de Joseba Pagazaurtundua a la presencia en el velatorio del lehendakari Ibarretxe y de los dirigentes de los partidos del Pacto de Estella -PNV, EA e IU- refleja el galopante proceso de fractura de la sociedad vasca inducido desde arriba por las fuerzas nacionalistas. El PNV condena el terrorismo en t¨¦rminos morales pero alimenta en paralelo la ideolog¨ªa de la violencia del nacionalismo radical con sus ensue?os compartidos de una Gran Euskal Herria independiente y soberana (formada por el Pa¨ªs Vasco, Navarra y los tres territorios franceses ultrapirineacos) en la que s¨®lo los vascos de ideolog¨ªa nacionalista tendr¨ªan plenos derechos de ciudadan¨ªa. La teor¨ªa seg¨²n la cual los asesinatos terroristas no son ¨²nicamente cr¨ªmenes sino tambi¨¦n el efecto necesario de un conflicto hist¨®rico cuyos or¨ªgenes se remontar¨ªan a las Guerras Carlistas brinda una coartada pol¨ªtico-moral a los verdugos y subordina la paz en el Pa¨ªs Vasco al cumplimiento a largo plazo de los objetivos soberanistas e independentistas del Pacto de Estella de 1998 o del plan del lehendakari Ibarretxe de 2002.
Esa Euskal Herria modelada por la limpieza ¨¦tnica no es una pesadilla del futuro sino que se halla prefigurada en el presente del Pa¨ªs Vasco: los derechos y las libertades de los vascos sin adscripci¨®n nacionalista -como el malogrado Joseba Pagazaurtundua- est¨¢n siendo recortados en ¨¢mbitos tan decisivos como la protecci¨®n de la vida y de los bienes, la expresi¨®n de las ideas, la lucha electoral ante las urnas y la interdicci¨®n de la discriminaci¨®n oficial en la ense?anza y el empleo p¨²blico. Entre tanto, la c¨²pula del PNV niega las evidencias acerca de las inextricables vinculaciones entre ETA y la amplia constelaci¨®n de organizaciones sociales o pol¨ªticas subalternas situadas en su entorno, entre otras Batasuna. La beligerante campa?a lanzada por el Ejecutivo de Vitoria y la direcci¨®n del PNV contra la Ley de Partidos y las resoluciones judiciales dictadas por el juez Garz¨®n, que abren el camino a la ilegalizaci¨®n de Batasuna por la v¨ªa civil o por la v¨ªa penal respectivamente, desenmascara el doble juego estrat¨¦gico del nacionalismo moderado con respecto al nacionalismo radical. El apoyo moral prometido por el presidente del PNV al brazo pol¨ªtico de ETA ante su eventual ilegalizaci¨®n aspira a ganarse los favores de un segmento del electorado de Batasuna en los comicios municipales del pr¨®ximo mes de mayo si el nacionalismo radical no pudiera presentarse a las urnas con siglas propias o prestadas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.