Un islote de ayuda para el cambio de sexo

Cuando Iris naci¨®, a su madre le dijeron que hab¨ªa tenido un var¨®n. Y as¨ª fue. Pero el beb¨¦ se convirti¨® en adulto y empez¨® a sentirse mujer, por lo que emprendi¨® un largo y duro camino para feminizar su cuerpo y su vida. Ella es uno de los 64 usuarios del primer centro de atenci¨®n sociosanitaria para transexuales abierto hace un a?o en Tetu¨¢n por las ONG M¨¦dicos del Mundo y Transexualia. El servicio m¨¢s solicitado es la terapia hormonal, con la que se pretende evitar que los usuarios, ante la dificultad de obtener esos tratamientos en la red p¨²blica sanitaria, acaben automedic¨¢ndose. Tambi¨¦n se ofrece el apoyo social necesario en un colectivo dedicado a menudo a la prostituci¨®n y se previene contra pr¨¢cticas nocivas como las inyecciones de silicona.

"Como la sanidad no cubre el cambio de sexo, recurrimos a privados, que cobran 12.000 euros por operaci¨®n"

Iris no responde al estereotipo de transexual despampanante. Ni tampoco ejerce la prostituci¨®n. De aspecto sencillo y deportivo, a sus 46 a?os trabaja de funcionaria en la sanidad y vive temporalmente con su madre. "Me considero integrada entre comillas. Tengo trabajo, no estoy metida en un gueto de transexuales porque entre mis amigos hay de todo y tampoco he sufrido el rechazo de mi familia", explica.

Pero siente que la integraci¨®n real s¨®lo ser¨¢ posible cuando su caso y el de otras personas como ella reciban apoyo social y sanitario. "Empec¨¦ a sentirme mujer en la pubertad y, como todas, comenc¨¦ a tomar hormonas por mi cuenta para feminizarme porque los m¨¦dicos de familia no las recetaban. Es una pr¨¢ctica muy peligrosa que te puede provocar problemas ¨®seos y de h¨ªgado y, por eso, cuando abri¨® este centro decid¨ª venir para seguir la terapia bajo control m¨¦dico", a?ade.

Todav¨ªa le queda por dar el paso definitivo, es decir, operarse para que sus atributos sexuales sean los de una mujer. Y ah¨ª tampoco encuentra apoyo p¨²blico. "Los gobiernos se niegan a incluir la operaci¨®n de reasignaci¨®n de sexo entre sus prestaciones sanitarias y eso nos obliga a recurrir a privados, que cobran hasta 12.000 euros por intervenci¨®n", concluye, convencida de que, aunque tenga que ahorrar esa cantidad "envejecer¨¢ como mujer".

De los 64 usuarios que han pasado por el centro, 46 son transexuales que nacieron varones (el 63% de ellas inmigrantes dedicadas a la prostituci¨®n) y s¨®lo hay 18 que han emprendido el camino opuesto: la masculinizaci¨®n.

Cristina Birseda, responsable de proyectos de M¨¦dicos del Mundo Madrid, explica que la mayor marginaci¨®n la sufren las mujeres transexuales. "Muchas se dedican a la prostituci¨®n porque no encuentran otros trabajos. La exclusi¨®n es a¨²n mayor entre las numerosas extranjeras, ya que suelen carecer de papeles.

Juana Ramos, presidenta de Transexualia, desconoce cu¨¢ntos transexuales viven en Madrid: "Se dice que somos de 5.000 a 10.000 en toda Espa?a, pero son estimaciones". Considera que el centro de Tetu¨¢n (que atiende los mi¨¦rcoles de 16.00 a 19.00 previa cita en el 91 315 60 94) era necesario y destaca que se ha convertido en un "referente" para el colectivo. S¨®lo existe un servicio similar en Canarias y quieren abrir otro en Valencia. "Como el diagn¨®stico de transexualidad no est¨¢ incluido por la sanidad espa?ola, los endocrinos no est¨¢n obligados a atendernos cuando solicitamos un tratamiento hormonal; unos lo hacen y otros no, seg¨²n su voluntad, y nuestro objetivo era paliar ese vac¨ªo hasta que lo asuma la sanidad p¨²blica", puntualiza Ramos.

Nancy, mediadora del centro, explica que su misi¨®n es acercar el servicio a otras transexuales. "Les prevengo sobre h¨¢bitos muy nocivos y muy implantados en nuestro colectivo, como el de inyectarse silicona en pecho, caderas y gl¨²teos para lograr curvas femeninas. Se hace porque sale m¨¢s barato que la cirug¨ªa est¨¦tica, pero es da?ino", detalla.

Eva, de 29 a?os, quiere dejar la prostituci¨®n. "Es algo muy penoso, pero a ver qui¨¦n te da un empleo con cuerpo de mujer y carn¨¦ de identidad de hombre. Eso s¨ª, yo me cuido, no consumo drogas ni me inyecto siliciona; lo que s¨ª he hecho es tomar hormonas por mi cuenta hasta ahora, que he iniciado un tratamiento en el centro de Tetu¨¢n", explica.

Tras pasar por el quir¨®fano ha conseguido un DNI con la identidad femenina que llevaba a?os buscando y eso le est¨¢ abriendo nuevos horizontes. "Quiero trabajar de mediadora con Transexualia y tambi¨¦n me gustar¨ªa estudiar", asegura, al tiempo que culpa al Gobierno de la marginaci¨®n que sufren los transexuales, "porque sigue pensando que lo nuestro es un capricho".