Catalanes de ojos rasgados
Uno de cada cuatro vecinos del barrio del Fondo, en Santa Coloma de Gramenet, es de origen chino
El barrio del Fondo se est¨¢ transformando. Cada vez tiene m¨¢s rasgos orientales. En esta densificada barriada de Santa Coloma de Gramenet se ha afincado en los ¨²ltimos a?os una de las colonias chinas m¨¢s numerosas de Catalu?a. Los nuevos vecinos empezaron a recalar a este lado del Bes¨°s en 1995 y ocho a?os despu¨¦s son ya unas 2.800 las personas de rasgos orientales que, seg¨²n c¨¢lculos del Ayuntamiento, viven en este barrio de 14.846 habitantes. De modo que la comunidad china representa ya el 19% de la poblaci¨®n del barrio.
Los oriundos del gran gigante asi¨¢tico son ya el segundo grupo m¨¢s numeroso de inmigrantes de Santa Coloma, despu¨¦s de los marroqu¨ªes. La inmensa mayor¨ªa procede de la provincia china de Zhejiang y de la peque?a ciudad de Qintian, lugares adonde todav¨ªa no ha llegado el proceso de industrializaci¨®n.
No cuestionan ni los valores ni las costumbres de la sociedad de acogida
La familia extensa es una instituci¨®n viva: un primo lejano es un "hermano peque?o"
Cuanto m¨¢s se profundiza en el trato con este colectivo, menos se entiende el halo de misterio que les rodea. Seguramente la barrera idiom¨¢tica -su lengua es el chino mandar¨ªn, la m¨¢s hablada en la China continental- ha contribuido en gran medida a distanciarles de la poblaci¨®n aut¨®ctona. La decisi¨®n de emigrar se toma en familia. Primero lo hace uno de sus miembros, unas veces el padre, otras la madre, y luego le siguen los dem¨¢s. La lengua es el primer gran obst¨¢culo que dificulta su incorporaci¨®n al mercado laboral. De ah¨ª la tendencia a agruparse y la gran importancia que tiene para ellos poder trabajar con sus compatriotas. La restauraci¨®n y la confecci¨®n son, con diferencia, los sectores que absorben mayor numero de empleados.
Cuando llegan, se acomodan donde pueden, pero la mayor¨ªa tienen una aspiraci¨®n: montar su propio negocio tan pronto como logren reunir el capital necesario. Trabajan sin descanso hasta que consiguen reagrupar a su familia y ahorrar suficiente para instalarse por su cuenta.
La familia extensa sigue siendo una instituci¨®n viva. Un primo lejano es para ellos un "hermano peque?o". Por eso a veces resulta harto complicado desentra?ar el grado de parentesco que les une. Tan pronto como el inmigrante llega al lugar de acogida, contacta con sus parientes o conocidos. No es dif¨ªcil acceder al primer empleo. Talleres repletos de m¨¢quinas de coser les esperan. La restauraci¨®n es otra posibilidad.
En los talleres textiles, las m¨¢quinas de coser echan humo. Trabajan las 24 horas. Los empleados se turnan, de manera que el traj¨ªn de las m¨¢quinas no se detiene. Los inmigrantes orientales son apreciados por su talante laborioso y por su actitud siempre respetuosa. Ni sus costumbres ni su forma de comportarse provocan tensiones, salvo entre los vecinos que tienen la mala suerte de vivir encima de uno de los talleres de confecci¨®n, quienes llegan a odiar al inventor de la m¨¢quina de coser.
?Son ilegales muchos de estos talleres? El Ayuntamiento de Santa Coloma insiste en que se trata de un t¨®pico que no responde a la realidad. En los dos ¨²ltimos a?os, los servicios municipales se esfuerzan por empadronar a los distintos colectivos de inmigrantes y destacan la respuesta especialmente positiva de los orientales. Seg¨²n los datos de la Delegaci¨®n del Gobierno en Catalu?a, ocho de cada 10 chinos empadronados en Santa Coloma tienen permiso de residencia. Otro dato que ilustra su deseo de normalizar la situaci¨®n son los escolares: los ni?os chinos que acuden a las escuelas locales tienen su documentaci¨®n en regla, algo que no siempre sucede con otros colectivos.
Los chinos no quieren conflictos y se desviven por complacer a la poblaci¨®n anfitriona. Sus deseos de agradar les juegan a veces malas pasadas debido a las diferencias culturales. Por ejemplo: la sonrisa tiene para ellos un significado distinto al nuestro. Bego?a Ruiz de Infante, traductora de chino contratada por el Ayuntamiento, explica a modo de ejemplo que algunas empresas chinas que desplazan trabajadores a Europa les entregan un folleto en el que se les indica: "Cuando un superior le recrimine por no haber hecho suficientemente bien su trabajo, nunca sonr¨ªa". Bego?a Ruiz residi¨® 11 a?os en Pek¨ªn donde estudi¨® filolog¨ªa de chino mandar¨ªn, y explica que cuando un chino sonr¨ªe ante una reprimenda, lo ¨²nico que intenta decir es: "Lo siento, no volver¨¢ a ocurrir". Se trata de una comunidad pragm¨¢tica que no escatima esfuerzos para abrirse camino. Y para ello considera la educaci¨®n una herramienta fundamental. No cuestionan ni los valores ni las costumbre de la sociedad de acogida y est¨¢n especialmente agradecidos al sistema sanitario p¨²blico, que valoran bastante m¨¢s que los propios nacionales.
Agradecen en grado sumo cualquier gesto de buena acogida por parte del vecindario y tratan de corresponder con un regalo a quien le recogi¨® un d¨ªa la correspondencia o el butano. Entre los viejos del lugar son muy frecuentes los comentarios sobre "la cantidad de chinos que est¨¢n llegando", pero no les consideran problem¨¢ticos. Su car¨¢cter silencioso contribuye a que sean bien recibidos. En general, estos inmigrantes son poco propensos a pedir ayuda a los organismos p¨²blicos. ?nicamente lo hacen cuando han agotado todas las posibilidades. Las pol¨ªticas de control de la natalidad que desde hace a?os aplica China parecen haber calado: las parejas afincadas en Santa Coloma suelen tener dos hijos y raramente tres.
La provincia de Zhejiang, situada al este de China, no es de las m¨¢s pobres del pa¨ªs. Las condiciones de vida all¨ª no son tan m¨ªseras como en otros lugares, por eso, al llegar a Catalu?a, lo pasan mal porque tienen que soportar condiciones de hacinamiento urbano a las que no estaban acostumbrados. Vienen por sus hijos. Para darles perspectivas de un futuro pr¨®spero. Y por ello est¨¢n dispuestos a trabajar hasta la extenuaci¨®n.
El 'efecto llamada'
El precio de la vivienda es m¨¢s barato que en otros barrios del ¨¢rea metropolitana. ?sa es tal vez la raz¨®n por la que llegaron los primeros inmigrantes orientales. Luego, una vez instalados unos pocos, ellos mismos ejercieron como reclamo de los dem¨¢s. En este barrio fronterizo con Badalona son numerosas las viviendas modestas de autoconstrucci¨®n levantadas por los inmigrantes andaluces en los a?os sesenta.
El ¨¢rbol sigue siendo un bien escaso en su tupida trama de calles empinadas. Abundan las pendientes que desembocan en la plaza del Rellotge, rodeada de tiendas, el n¨²cleo central de esparcimiento del barrio. Algunos rincones del interior presentan un aire oriental: de los letreros de bares, restaurantes y comercios de hilaturas cuelgan farolillos rojos con flecos. Extra?a ver bares amplios atendidos por chinos en los que durante el d¨ªa no entra ni un alma. Cuentan los vecinos que la clientela los frecuenta de noche, al finalizar sus inacabables jornadas laborales.
El Ayuntamiento de Santa Coloma est¨¢ haciendo serios esfuerzos por facilitar la integraci¨®n de los reci¨¦n llegados. Han creado una asociaci¨®n y una escuela, en la calle de Wagner, a la que de momento acuden 60 ni?os para aprender chino.Tienen previsto ampliar las clases para que los adultos estudien castellano y catal¨¢n. Tambi¨¦n hay un centro de atenci¨®n a los inmigrantes que abri¨® sus puertas en 1993.
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