El mundo, patas arriba

Monta?as Rocosas, Canad¨¢, 25 de junio de 2002. El presidente Bush pone los pies sobre la mesa; Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, a su lado, le imita. Y adem¨¢s se fuma un puro. Aquella imagen en las Monta?as Rocosas se ha traspuesto ahora en otra: Aznar pone Europa patas arriba.

Fue como cuando eres un adolescente un poco macarra y est¨¢s en clase sin moros en la costa. El hombre sentado en el sof¨¢ blanco, George W. Bush, puso los pies sobre una mesa baja y ech¨® un trago a la botella de cerveza. El que estaba sentado a su lado, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, pareci¨® interpretarlo como una se?al. Descarg¨® como un muelle los pies sobre la mesa y encendi¨® un puro. En otro de los tresillos, el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, y el premier japon¨¦s, Junichiro Koizumi, s¨®lo cruzaron las piernas. Quiz¨¢, qui¨¦n sabe, porque estaban algo m¨¢s lejos. Los amos del universo -los siete grandes pa¨ªses industrializados m¨¢s Rusia y la presidencia de la UE- se aprestaban a reunirse en la estaci¨®n invernal Delta Lodge, en la porci¨®n canadiense de las Monta?as Rocosas. ?Qu¨¦ hac¨ªa Aznar all¨ª? Eran los ¨²ltimos d¨ªas de vino y de rosas -aguados por la huelga general del 20 de junio de 2002- de la presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea.

Lo que m¨¢s ha impresionado a los ministros espa?oles que acudieron a Lanzarote fue la rotunda oposici¨®n de Schr?der a impulsar un ataque a Irak

Algunas fuentes del PP insisten en la teor¨ªa de que Aznar se ha lanzado de cabeza hacia la ¨®rbita norteamericana por un c¨¢lculo estrat¨¦gico

Desde luego, no todo comenz¨® all¨ª. Pero es cierto que cuando Aznar habl¨® en la cumbre anticip¨® que Espa?a, en su calidad de octava potencia mundial, iba a pedir el ingreso al Club de los M¨¢s Ricos y Rusia, el llamado G-8, una aspiraci¨®n que se remonta a los a?os noventa, cuando Felipe Gonz¨¢lez hizo gestiones para ingresar al llamado Grupo de los Diez. Sin ¨¦xito.

En la cumbre hispano-alemana de Lanzarote, Aznar pudo apreciar, el pasado d¨ªa 11, que Schr?eder est¨¢ en una posici¨®n firme. Hasta entonces, los asesores de Aznar vaticinaban que tarde o temprano alemanes y franceses volver¨ªan al redil norteamericano. A partir de esa fecha, la previsi¨®n s¨®lo se refiere a Francia.

"Ellos han optado por una apuesta muy fuerte", dijo a este peri¨®dico un alto cargo poco despu¨¦s de la reuni¨®n bilateral. "Y nosotros estamos en una situaci¨®n parecida, pero en la posici¨®n opuesta", admiti¨® acto seguido. Esta afirmaci¨®n s¨®lo puede describir la siguiente ecuaci¨®n: Schr?eder est¨¢ contra el ataque preventivo y a favor de m¨¢s inspecciones para lograr el desarme de Sadam; Aznar, por el uso de la fuerza en semanas para lograr desarmarle.

Lo que m¨¢s ha impresionado a los ministros espa?oles que acudieron a Lanzarote fue la rotunda oposici¨®n de Schr?der a impulsar un ataque a Irak y su compromiso de autorizar el uso de las bases militares a los aliados de la OTAN y la utilizaci¨®n de misiles para defensa. "Schr?der es un animal pol¨ªtico", dijo la fuente consultada.

Esta idea pretende describir a un dirigente con rasgos oportunistas, como si ¨¦stos no fueran cong¨¦nitos a la clase pol¨ªtica. Con todo, las diferencias de Schr?der y su ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, y Aznar y la ministra Ana Palacio, son evidentes.

Los alemanes no tienen constancia, seg¨²n explic¨® el canciller alem¨¢n al Parlamento el d¨ªa 13, de que Irak posea armas de destrucci¨®n masiva, mientras que los espa?oles creen que las tiene porque en el pasado las tuvieron. Los alemanes no han dado cr¨¦dito a las pruebas del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, y en todo caso sostienen que las inspecciones deben ser reforzadas; los espa?oles creen a pie juntillas lo que dice Powell.

"El discurso de Alemania y Francia no es un discurso pacifista", admite una fuente gubernamental. "Y el problema es que no aceptan la estrategia de EE UU, que pasa por la sustituci¨®n del r¨¦gimen iraqu¨ª", subraya. "Pero si el Gobierno norteamericano ya tiene casi 150.000 soldados en el golfo P¨¦rsico y se est¨¢ gastando miles de millones de d¨®lares, o logra cambiar el r¨¦gimen, o se tiene que suicidar", a?ade.

Una Espa?a ascendente

Algunas fuentes del PP insisten en la teor¨ªa de que Aznar se ha lanzado de cabeza hacia la ¨®rbita norteamericana por un c¨¢lculo estrat¨¦gico. A saber: que Espa?a puede pintar m¨¢s en el mundo que dise?an Bush; su vicepresidente, Cheney, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.

Mel Mart¨ªnez, secretario de Vivienda norteamericano, es un cubano expansivo. De visita por Madrid, reforz¨® la hip¨®tesis de una Espa?a ascendente. Ante la SER dijo: "Espa?a ha tomado una posici¨®n de liderazgo en Europa. La direcci¨®n de Europa va dirigida por Espa?a, Inglaterra, Polonia, Italia, pa¨ªses que son afines al deseo de Naciones Unidas de ver a Irak desarmado". Mart¨ªnez a?adi¨® que "es un momento de que Espa?a d¨¦ un paso adelante en lo que es el liderazgo mundial que le toca a un pa¨ªs de esta importancia. Hay problemas en la relaci¨®n [de Estados Unidos] con Francia y Alemania, pero donde hay problemas con uno se puede dar oportunidad a otros".

"Lo que plantea Mart¨ªnez es interesante. A veces los espa?oles no nos damos cuenta de nuestro peso, tanto en la UE como en la ONU", se?ala Jes¨²s Andreu, director general del ¨¢rea internacional de Presidencia. ?Tiene algo que ver el aviso de Aznar en Delta Lodge de que pedir¨ªa el ingreso en el Club de los M¨¢s Ricos con el apoyo entusiasta y convencido a Estados Unidos? "Yo no lo creo. No tiene nada que ver. Merecemos estar ah¨ª por nuestro peso en la econom¨ªa mundial. Todo lo dem¨¢s no tiene sentido", dice Andreu.

La presunta estrategia de liderazgo -asumir como hechos probados las argumentaciones de Estados Unidos con la excusa de que Espa?a conoce bien lo que es el terrorismo- ya ha tenido un coste para el PP: su divorcio de la mayor¨ªa de este pa¨ªs. Aznar culpa de ello al l¨ªder del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, por pronunciarse contra la guerra.

Pero el Gobierno, lejos de ser coherente y responsable, hace doble juego. A Zapatero le crucifica; a los Gobiernos de Francia y Alemania, que sostienen posiciones parecidas a las del PSOE, les trata de manera respetable.