Universidades con 'copyright'
Los rectorados aprovechan la reforma obligatoria de Estatutos para crear sus propias 'marcas' La comisi¨®n es partidaria de ratificar al rector Tom¨¢s, el primero elegido por la LOU
Las universidades p¨²blicas valencianas han optado por hacer de la dificultad, una virtud. De manera que el proceso de reforma estatutaria -al que se han visto abocadas por imperativo legal con la entrada en vigor de la impopular Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU)- se convierta, en la medida de lo posible, en un proceso ¨²til que transforme un instrumento jur¨ªdicoadministrativo nacido con la democracia (y, por tanto, que se hab¨ªa anquilosado con los a?os) en un moderno software que imprima operatividad y flexibilidad a la organizaci¨®n, docencia e investigaci¨®n en el sistema de ense?anza superior.
Los equipos rectorales valencianos -seg¨²n han adelantado en entrevista cuatro vicerrectores a EL PA?S- se proponen, adem¨¢s, que los nuevos Estatutos sirvan para proyectar y catapultar una imagen singularizada y propia de cada universidad que haga posible competir por nuevos clientes universitarios, en un mercado en franco retroceso -con una ca¨ªda oficial en el ¨²ltimo quinquenio del 25% de la matr¨ªcula-. Y todo ello, en un momento complejo como el actual donde el Gobierno popular ha apostado por la implantaci¨®n de un modelo universitario que busca claramente la liberalizaci¨®n y/o privatizaci¨®n de titulaciones y centros.
Para salir a competir por un mercado estudiantil que, adem¨¢s, tiene que prever desde ya su incorporaci¨®n al espacio ¨²nico europeo antes de la fecha tope fijada en la Declaraci¨®n de Bolonia en el 2010, las universidades valencianas -fieles al talante innovador demostrado en proyectos que han sido exportados luego a otras autonom¨ªas- se proponen convertir los futuros Estatutos en sus propias "marcas corporativas". Sin abandonar la vocaci¨®n de consolidar instituciones n¨ªtidamente "democr¨¢ticas y participativas", como las que inauguraron los Estatutos nacidos de la Constituci¨®n y que el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar invalid¨® en julio de 2001 al obligar a toda la universidad espa?ola a disolver sus claustros electos y a redactar un nuevo marco.
En la Comunidad Valenciana, las universidades, sin excepci¨®n, reivindican pues ese origen democr¨¢tico. As¨ª, en el pre¨¢mbulo redactado por la Universitat se subraya el esfuerzo actual por "conservar lo mejor" de "una ordenaci¨®n y de un talante democr¨¢tico de la vida universitaria" que hicieron "posibles los Estatutos de 1985". Tambi¨¦n, por ello, hay un esfuerzo coherente por "mantener intactas las se?as de identidad", por superar y normalizar el tratamiento y el uso de la lengua propia, que ha sido tradicional foco de conflicto pol¨ªtico y social. As¨ª, "superada la etapa en la que se buscaban unas reglas, ahora se trata de fomentar el uso y modernizar el servicio de normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica". La apuesta reside en un modelo de plantilla docente e investigadora que "se adecue al perfil de las necesidades propias de la universidad", resume el vicerrector de Estatutos, Joan Carles Carbonell, que destaca como novedad "la inclusi¨®n en el nuevo texto de la apuesta de la casa por los Institutos Universitarios de Investigaci¨®n".
En esa direcci¨®n, pero con un car¨¢cter marcadamente tecnol¨®gico y de plena incorporaci¨®n al tejido socioecon¨®mico de la Comunidad Valenciana, Javier Sanz, n¨²mero dos de la Polit¨¦cnica, resume la "marca corporativa de la casa" como una apuesta por la "internacionalizaci¨®n del estudiante" y la tranferencia tecnol¨®gica a las pymes.
Alicante se destapa con una apuesta pionera que, por primer vez, patenta una "marca propia [el concepto Med]" para transferir la investigaci¨®n al mercado, seg¨²n describe el vicerrector Juan Rosa. Por su parte, la Jaume I de Castell¨®n, apuesta por hacer de los nuevos Estatutos un "instrumento que haga viable una apuesta clara por la interdisciplinariedad y por la integraci¨®n en la vida del campus" y "refuerce la apuesta de esta universidad por las nuevas tecnolog¨ªas de la informaci¨®n", seg¨²n apunta Juan Luis Colomer, catedr¨¢tico de Derecho Procesal.Entre las novedades que m¨¢s incertidumbre genera en la LOU est¨¢ el hecho de que las universidades no podr¨¢n implantar titulaciones ni centros. Esta rebaja de la autonom¨ªa universitaria, denunciada hasta la saciedad, incluso por los constitucionalistas, es uno de los principales escollos con los que trabajan todos los equipos y comisiones encargados de las reformas estatutarias de las universidades valencianas. Definir el concepto de universidad -sin tener primero claro el marco legal definitivo porque a¨²n no est¨¢n definidas con claridad las competencias en materia de acreditaci¨®n y control de profesores, cient¨ªficos, centros y titulaciones que tendr¨¢ la nueva macroestructura concebida por el Ministerio como Agencia Nacional de Evaluaci¨®n y Calidad (Aneca)- es, pues, una tarea harto compleja.
Con todo, la Universitat de Val¨¨ncia, decana de las universidades valencianas con m¨¢s de 55.000 estudiantes y una potente estructura de personal, trabaja en el dise?o de un mecanismo propio que, sin exceder por supuesto las competencias de la LOU ni de los respectivos decretos auton¨®micos que fijan los requisitos para conceder una plaza docente a un profesor habilitado, incorpore "matices propios de cada universidad". Es decir, no ya para medir el grado de conocimiento del ¨¢rea (baremo fijado por la Aneca) del aspirante a ser contratado, sino para valorar el grado de adecuaci¨®n de las plazas "a las necesidades espec¨ªficas y concretas" de la universidad. La Universitat apuesta claramente, en ese sentido, por el modelo de Institutos Universitarios de Investigaci¨®n.
Otra de las grandes novedades del nuevo marco, seg¨²n detalla el vicerrector de Estatutos, Joan Carles Carbonell, reside en la definici¨®n de las estructuras, no s¨®lo desde el punto de vista administrativo y organizativo, sino por "¨¢reas". Este modelo completa la reagrupaci¨®n de centros por campus, iniciada hace dos legislaturas para resolver problemas de tipo geogr¨¢fico y de gesti¨®n, pero en este momento primar¨¢ las fusiones por adscripci¨®n de ¨¢reas de conocimiento multidisciplinares. As¨ª, en el futuro modelo "primar¨¢n los centros grandes sobre los peque?os", lo cual tendr¨¢ incidencia sobre el n¨²mero de representantes final de cada ¨¢rea en los ¨®rganos de participaci¨®n de gobierno.
Tambi¨¦n contempla una definici¨®n que revalorice la funci¨®n de los j¨®venes investigadores para que, pese a estar muy acotada la funci¨®n del becario por la restrictiva normativa estatal, quede regulada a nivel interno en una especie de estatuto de becarios. La ponencia pretende mantener los ¨®rganos leg¨ªtimamente electos con el nuevo procedimiento de elecci¨®n universal introducido por la LOU, a trav¨¦s de un art¨ªculo transitorio. En ¨¦l se apuesta por que el claustro cumpla sus 4 a?os de mandato y se mantenga hasta el ¨²ltimo trimestre de 2005 y, por tanto, la elecci¨®n de rector siga su curso hasta el primer trimestre del 2006, considerando que Francisco Tom¨¢s fue el primer rector espa?ol elegido por la nueva ley.
Un proceso lento y costoso
El ritmo adoptado por cada universidad en la reforma de sus Estatutos muestra en la pr¨¢ctica una notable elasticidad. La Universidad Carlos III ha sido la primera instituci¨®n espa?ola en tener vigentes los nuevos Estatutos en cumplimiento del mandato de la LOU, tras su aprobaci¨®n por el gobierno aut¨®nomo madrile?o y la publicaci¨®n, el 20 de enero pasado, en el bolet¨ªn oficial de esa comunidad. Tambi¨¦n ha superado el control de la comunidad aut¨®noma la Universidad de Salamanca. Otras universidades, como las de Ja¨¦n, M¨¢laga, Las Palmas, Extremadura o la Pablo Olavide de Sevilla s¨®lo est¨¢n pendientes del visto bueno del gobierno regional. En la Comunidad Valenciana, la m¨¢s avanzada en el proceso es la Universitat de Val¨¨ncia, que colg¨® el viernes pasado de la web oficial el anteproyecto de estatutos. Con ello, se ha abierto un plazo de un mes para presentar enmiendas al texto provisional, algo que puede hacer cualquier miembro de la comunidad universitaria. El documento resultante ser¨¢ el proyecto estatutario definitivo que se someter¨¢ a la aprobaci¨®n del Claustro. En la Universidad Polit¨¦cnica, el proceso ha sido m¨¢s alambicado. En una primera fase, un grupo de trabajo ha elaborado un documento de bases que ser¨¢ remitido al Claustro el pr¨®ximo 20 de febrero, para debate y aprobaci¨®n. Con este documento aprobado, se abrir¨¢ una segunda fase en la que el Claustro nombrar¨¢ una comisi¨®n que redactar¨¢ el anteproyecto de Estatutos. A partir de ah¨ª, el proceso seguir¨¢ los pasos que ahora inicia la Universitat de Val¨¨ncia. En la Jaume I, se ultima un borrador de anteproyecto que habr¨¢ de ser discutido y consensuado en comisi¨®n antes de final de mes, de forma que el proyecto de Estatutos pasar¨ªa al Claustro en la segunda quincena de abril. En la Universidad de Alicante, el anteproyecto deber¨ªa estar listo hacia mediados de marzo. Hacia el pr¨®ximo mes de junio, todas las universidades valencianas tendr¨¢n aprobados sus nuevos Estatutos en los plazos previstos. En todos los casos, el proceso est¨¢ siendo m¨¢s lento y costoso de lo pretendido, pero todas las previsiones apuntan hacia el mes de noviembre como fecha en la que podr¨ªan estar ya aprobados por los respectivos claustros y, tras la preceptiva aprobaci¨®n del Consell y su publicaci¨®n en el DOGV, entrar en vigor con todas sus consecuencias.
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