"Me gustan todas las tendencias art¨ªsticas, pero no me he quedado en ninguna"
El Museo Municipal de M¨¢laga acoge hasta el 28 de febrero una retrospectiva con un centenar de cuadros de Jos¨¦ Luis Bola Barrionuevo (Torremolinos, 1949): Profeta en su tierra. Cart¨®grafo, proyectista de jardines, artista vinculado al grupo de figurativos madrile?os de mediados y finales de los a?os 70, Bola ha creado desde 1983 un mundo personal, cuya evoluci¨®n hasta ahora puede apreciarse en esta antolog¨ªa seleccionada por Alfredo Taj¨¢n, quien sostiene que "Bola ha sacado el arte moderno del congelador". Guillermo P¨¦rez Villalta lo pint¨® en Grupo de personas en un atrio (1975), en el que es considerado el retrato fundacional de la corriente de la neofiguraci¨®n.
Pregunta. ?Se siente identificado con una generaci¨®n precisa?
Respuesta. Nunca he pintado un cuadro abstracto. Se supone que mi generaci¨®n era la de la figuraci¨®n. He visto pasar todo tipo de tendencias a lo largo de mi vida y me gustan todas, pero no me he quedado en ninguna.
P. ?A alguna moda ha sucumbido m¨¢s tiempo?
R. A finales de los a?os 70 y principios de los 80 me gustaba mucho lo cl¨¢sico. Nuestra cultura mediterr¨¢nea est¨¢ muy conectada con el clasicismo.
P. ?Tiene alguna caracter¨ªstica diferencial la nueva figuraci¨®n?
R. Somos todos muy ir¨®nicos, nos re¨ªmos del arte, del mundo, incluso de nosotros mismos.
P. En esta retrospectiva hay varias de sus series cartogr¨¢ficas y paisajes interiores.
R. Intento poner al espectador en sitios raros, en puntos de vista raros: debajo del mar, dentro de un huevo, dentro de su propio cerebro, desde un avi¨®n y no en la visi¨®n frontal cl¨¢sica.
P. En los beach parties hay influencias hasta de El Bosco.
R. Lo hago al azar. Saldr¨¢ El Bosco, Dal¨ª y miles de cosas. Es lo m¨¢s cl¨¢sico que he pintado. Es como la copia de un friso del Parten¨®n. Una procesi¨®n de gente, a la que le pongo el mar y lo sit¨²o todo en una playa nudista de hoy d¨ªa. Primero tiro las manchas y luego voy perfeccion¨¢ndolas hasta sacar una persona.
P. Usted se relacion¨® mucho en Madrid, en los 80, en la ¨¦poca de la movida, con el grupo de P¨¦rez Villalta. ?La esencia de su estilo se cuaja en ese momento?
R. P¨¦rez Villalta y yo somos muy amigos, tenemos una educaci¨®n com¨²n, estudi¨¢bamos los dos arquitectura. Nos conocimos a los 16 a?os y hemos aprendido muchas cosas juntos. En ese grupo estaba un pintor de M¨¢laga, Jos¨¦ Carlos Dur¨¢n, los tres ¨¦ramos inseparables. Pero yo pintaba aqu¨ª, solo, todo el tiempo, separado de mi grupo de amigos.
P. Su afici¨®n al mar, le lleva a convertir Soria o Ja¨¦n en islas.
R. Quer¨ªa pintar el color de la carne y de la tierra y el color del aire y del agua. Como la materia y lo que no es materia. Y en seguida aparece una provincia como isla; me gusta esa iron¨ªa.
P. Sus abanicos los puso de moda la baronesa Thyssen, le regalaron uno y todo el mundo quer¨ªa un abanico de Bola.
R. Poco m¨¢s o menos. Tambi¨¦n hice muchos para el Ayuntamiento de M¨¢laga, para una feria. Pero, es odioso pintar sobre un abanico.
P. ?Y qu¨¦ motivos pinta?
R. En esta antol¨®gica hay vistas. El de la Thyssen eran una especie de ¨¢ngeles que, al abrir el abanico, iban andando. Flores, he pintado s¨®lo en uno.
P. Un cr¨ªtico neoyorquino le recomend¨® que tuviera una gran producci¨®n...
R. Dan Cameron, un cr¨ªtico muy importante, que conoc¨ª en Madrid a principios de los 80, me pregunt¨® cu¨¢ntos cuadros pintaba en una tarde. Se notaba que era americano, que ven¨ªa de un mercado grande y que le interesaba la cantidad. Yo estaba empezando y la frase me impresion¨®.
P. Es usted un pintor que est¨¢ fuera de los circuitos de galer¨ªas.
R. He trabajado con galer¨ªas, sin exclusivas. Los marchantes son ¨²tiles, sobre todo, porque es muy dif¨ªcil vender un cuadro de uno mismo. Pero tambi¨¦n es dif¨ªcil trabajar con ellos. Mi pr¨®xima serie van a ser dibujos a tinta china sobre la cuesti¨®n social de los artistas. No hay papeles firmados, ni seguridad social...
P. ?Le gustan las discotecas, como la de la portada del cat¨¢logo?
R. En realidad las detesto. Pero me gustan como objeto para pintarlas. Me pasa igual con las piscinas, o con los helados, que me gusta verlos, pintarlos, pero no comerlos.
P. Es usted muy prol¨ªfico. Cameron estar¨ªa muy orgulloso.
R. S¨ª, tuvo una gran influencia. Y tambi¨¦n una influencia decisiva sobre mi obra posterior tuvo una galerista de Madrid, Mar Estrada, que me dijo que no hab¨ªa unidad en mi pintura.
P. ?Como un reproche?
R. S¨ª. Y entonces fue cuando empec¨¦ a pintar el mapa de Espa?a, tratado de cien maneras Y dije "no habr¨¢ unidad, pero la hay".
P. ?Su pintura es muy c¨¢lida, vitalista? Se parece usted a ella.
R. Es algo que ocurre cuando cojo un pincel, por lo dem¨¢s no soy una persona nada alegre. Sin embargo, al coger un pincel cambia todo. Es curioso, siempre he tenido un problema que es que me temblaban las manos, pero cog¨ªa un pincel y se acababa el temblor. Lo soltaba y a temblar.
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