Nunca m¨¢is
Las investigaciones que ven¨ªa practicando un juzgado de instrucci¨®n de M¨¢laga para conocer las causas que originaron la muerte de siete inmigrantes marroqu¨ªes y que tuvieron lugar durante su detenci¨®n en uno de los calabozos de una comisar¨ªa han concluido. El juez ha acordado el archivo de las diligencias. No existe responsabilidad penal alguna por parte de los polic¨ªas encargados de la vigilancia y custodia de los detenidos. Se cierra as¨ª -y a expensas de lo que decida la Audiencia, si se presentan los recursos anunciados- una de las p¨¢ginas m¨¢s negras de la historia de la inmigraci¨®n en Espa?a, como no hace mucho denunci¨® la Asociaci¨®n de Jueces para la Democracia con motivo de estas muertes.
Un libro que tiene que cambiar el rumbo que est¨¢ tomando. Son, ya, demasiados los casos en los que da la impresi¨®n que la p¨¦rdida de vidas humanas y la privaci¨®n de derechos fundamentales, cuando afectan a inmigrantes, tienen un trato diferenciado y distinto. Parece como si existieran dos clases de normas. Unas para negros y otras para los dem¨¢s, siendo el Derecho el mismo. Y no se trata de una sensaci¨®n, motivada por la tristeza de que alguien se muera en el cuarto oscuro de tu casa, se trata de algo m¨¢s. No hace mucho lo hemos visto con motivo del encierro en la Pablo de Olavide. Se cursaron denuncias por diversos delitos cometidos contra los inmigrantes. Al d¨ªa de hoy nada se ha actuado para saber de la certeza de estas denuncias. Situaciones que contrastan con otras, como la de un juez de Almu?¨¦car, que hace un a?o mand¨® a prisi¨®n a un inmigrante durante tres meses, sin practicar la comparecencia previa, y hasta anteayer -un a?o despu¨¦s- no se le ha recibido declaraci¨®n por un presunto delito contra la libertad individual y, sin duda, continuar¨¢ dictando autos y sentencias.
Una realidad a la que hay que empezar a faltarle el respeto si no queremos que estas historias se sigan escribiendo y terminen siendo le¨ªdas por una sociedad indiferente. Una falta de respeto que busca que exista una ¨¦tica de la responsabilidad. S¨®lo su exigencia puede permitir que nunca m¨¢is acompa?e la muerte a aquellos que, como los inmigrantes de M¨¢laga, estando privados de libertad y de hacer da?o, lo puedan sufrir durante su custodia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.