La clausura cautelar de 'Egunkaria'
La clausura temporal de la empresa editora de Euskaldunon Egunkaria (y de la propia publicaci¨®n: un diario en euskera fundado hace 13 a?os) decidida hace siete d¨ªas por el titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 6 de la Audiencia Nacional fue seguida ayer por la prisi¨®n preventiva dictada contra cinco de los diez detenidos (entre ellos un jesuita y un franciscano) acusados de pertenencia a banda armada. La medida cautelar sufrida por Egunkaria, tomada al amparo del art¨ªculo 129 del C¨®digo Penal, fue aplicada tambi¨¦n en su d¨ªa al diario Egin y a su empresa editora. Aunque el secreto sumarial no permita adelantar conclusiones ciertas al respecto, la irregular y esperp¨¦ntica nota sobre el caso fabricada al alim¨®n por el Ministerio del Interior y la Audiencia Nacional ofrece una base para establecer ciertos paralelismos: tanto Egunkaria como Egin depender¨ªan secretamente de ETA y habr¨ªan servido para facilitar la financiaci¨®n ilegal y el lavado de dinero negro de la banda. No parece, en cambio, que las p¨¢ginas de Egunkaria fuesen utilizadas por los terroristas para enviar desde Francia instrucciones operativas a los comandos encargados de realizar atentados en Espa?a, tal y como ocurri¨® -seg¨²n el juez Garz¨®n- con el diario Egin.
Como sucede con las resoluciones judiciales capaces de influir sobre la vida pol¨ªtica, las medidas dictadas por el magistrado Del Olmo han sido recibidas con atronadoras palmas o con ruidosos pitos desde el grader¨ªo: as¨ª como los hinchas futbol¨ªsticos ovacionan o linchan a los ¨¢rbitros seg¨²n el trato dado a sus equipos, as¨ª los dirigentes de los partidos aplauden o abroncan a los jueces en funci¨®n de que beneficien o perjudiquen sus intereses particularistas. Aunque el ministro de Justicia apela siempre al sentido com¨²n como justificaci¨®n de sus ultraconservadoras opiniones, el entusiasta respaldo dado por Michavilla al cierre de Egunkaria nada mas conocer la noticia y su valoraci¨®n jur¨ªdico-t¨¦cnica del "fundamento" del auto (supuestamente probatorio de que el diario clausurado "es un instrumento de la acci¨®n terrorista") sin conocer todav¨ªa el contenido de un sumario oficialmente secreto corresponden m¨¢s al figur¨ªn de un fr¨ªvolo chisgarab¨ªs que a la figura de un gobernante responsable. Tampoco los populares suelen guardar las formas frente a las decisiones judiciales que les disgustan: el actual titular de Interior, ?ngel Acebes, embisti¨® contra el Supremo -cuando era titular de Justicia- por desestimar la petici¨®n de procesamiento de Otegi.
Por su lado, el Gobierno de Vitoria y los partidos nacionalistas tambi¨¦n han opinado de forma alegre sobre un sumario cuyo contenido ignoran igualmente. Mientras el portavoz Egibar afirma que el auto del magistrado Del Olmo es "una medida propia de los Estados totalitarios", Xabier Arzalluz aprovecha el viaje para pedir la disoluci¨®n de la Audiencia Nacional; resulta parad¨®jico, sin embargo, que las primeras sospechas acerca de los nexos de Egunkaria con ETA fuesen lanzadas a comienzos de los noventa precisamente por Egibar y Juan Mar¨ªa Atutxa. Los nacionalistas critican la clausura de Egunkaria en nombre de la libertad de expresi¨®n y de la protecci¨®n al euskera, dos limpias banderas; aunque esa l¨ªnea argumental plantea problemas reales y debe ser examinada con cuidado, s¨®lo el levantamiento del secreto sumarial permitir¨¢ en su d¨ªa saber a ciencia cierta si la adopci¨®n de medidas judiciales desproporcionadas o abusivas han lesionado o no bienes constitucionalmente protegidos en este supuesto concreto.
Resulta preocupante, a este respecto, que el auto del juez Del Olmo no s¨®lo fundamente el cierre de Egunkaria sobre la base de los servicios prestados por su empresa editora a la financiaci¨®n ilegal de ETA sino que tambi¨¦n se refiera a la difusi¨®n por su "estructura informativa" del "ideario" y de los "valores" de la organizaci¨®n terrorista. La impugnaci¨®n de las subvenciones concedidas por el Gobierno de Vitoria al peri¨®dico -econ¨®micamente inviable de contar s¨®lo con el mercado- corre igualmente el riesgo de confundir indebidamente el hipot¨¦tico desv¨ªo il¨ªcito de esos fondos presupuestarios hacia ETA con "el especial respeto y protecci¨®n" que el art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n garantiza a lenguas minoritarias como el euskera.
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