El universo gastron¨®mico de Lavapi¨¦s
La cocina de medio mundo, generalmente a precios m¨®dicos, se concentra en este barrio multicultural
Lavapi¨¦s, el barrio m¨¢s multicultural de Madrid, es un universo de olores, colores y sabores. La oferta gastron¨®mica de medio mundo se concentra en esta zona, donde es posible, casi siempre por m¨®dicos precios, degustar una deliciosa cufta siria (carne picada de cordero con cebolla asada al horno), un pollo kurma de la India, un doner kebap turco o un arroz biran¨ª de Bangladesh. La mayor¨ªa son peque?os locales, empresas familiares de inmigrantes y punto de encuentro de propios y extra?os.
"Aqu¨ª los platos son diferentes y los ingredientes est¨¢n frescos. Por eso creo que gusta esta comida. Adem¨¢s, a los espa?oles les encantan las especias", cuenta en un t¨ªmido castellano Abir, una mujer siria que, junto a su marido Hyad, de Irak, decidi¨® hace menos de un a?o abrir un local en el que ella misma cocina los mejores platos de su pa¨ªs. Caf¨¦ Babilonia se llama el lugar, en la calle de Ave Mar¨ªa, muy cerca de la plaza de Lavapi¨¦s. Por un presupuesto que en la mayor¨ªa de los casos no supera los siete euros, Abir ofrece, entre otros, crema de garbanzos con salsa de s¨¦samo (hommos), berenjenas, tomate y pimiento verde con cebolla cocida en salsa de tomate (macmur), o una crema de berenjenas con yogur y salsa de s¨¦sano (baba ganush).
Son peque?os locales, empresas familiares de inmigrantes y punto de encuentro de propios y extra?os
Para adaptarse al estilo espa?ol Abir ha introducido en su establecimiento unos bocadillos tawook, elaborados a base de pollo, ensalada y salsa de yogur. Los t¨¦s de hierbabuena, cardamomo y jazm¨ªn, as¨ª como el caf¨¦ ¨¢rabe, ocupan tambi¨¦n un lugar especial en la carta del Caf¨¦ Babilonia, que atiende Natalia, una joven colombiana de 22 a?os que un buen d¨ªa, seg¨²n cuenta con asombrosa naturalidad, dej¨® su pa¨ªs para buscarse la vida "en otras tierras". "Toda mi familia est¨¢ en Colombia. Yo estoy sola aqu¨ª pero con muchas ganas de salir adelante", explica Natalia. Y a?ade: "A m¨ª me resulta muy divertido trabajar con una siria y un iraqu¨ª. Es lo que tienen los barrios de inmigrantes".
La oferta gastron¨®mica de Lavapi¨¦s es rica y variada. A muy pocos pasos de la calle de Ave Mar¨ªa se encuentra Kashimir, un restaurante indio cuyo men¨² del d¨ªa cuesta s¨®lo siete euros. Pollo al curry, pollo kurma, arroz hind¨² frito con verduras o pollo bindali (trozos de pollo deshuesado cocinado con hierbas y mucho picante) son s¨®lo algunas de las especialidades de este establecimiento.
Pero si lo que se quiere es adquirir productos t¨ªpicos de la India, Nasima Store, en la calle de Miguel Servet, es el sitio adecuado. Mohamed Choton, un joven de 19 a?os nacido en Bangladesh y residente en Espa?a desde hace siete a?os, cuenta con un dulce acento espa?ol que este local, propiedad de su padre, fue uno de los pioneros en introducir la modalidad de tienda de alimentaci¨®n de esta clase en el barrio. "Los espa?oles que vienen aqu¨ª compran arroz, curry y picante. ?stos son sus alimentos preferidos", dice Mohamed. Los propietarios de otros restaurantes de la zona tambi¨¦n se abastecen con los productos que vende Nasima Store: semillas de ajwain para la carne y el pescado, tandoori (especia), cilantro, clavo, mukhwas pan masala, que son unos frutos secos para despu¨¦s de la comida, tapioca y kala namak, una "sal negra", seg¨²n explica Mohamed Al¨ª, el dependiente indio que trabaja en la tienda. Casi ninguno de esos productos alcanza los dos euros, excepto los frutos secos, que cuestan 4,10 euros.
En el n¨²mero 61 de la calle de Amparo, Selim y Nasir atienden el restaurante Al Arafat, un sitio que es, adem¨¢s, punto de encuentro de la colonia de Bangladesh en Madrid. Selim y Nasir llevan poco tiempo en Espa?a. Su castellano es pr¨¢cticamente nulo, pero aun as¨ª exhiben con orgullo la carta del lugar, donde sobresalen los platos a base de arroz con pollo, ternera y cordero. En esa misma calle, y a muy pocos pasos de all¨ª se encuentra T¨ªa Doly, un restaurante italo-argentino cuya especialidad son las pastas y la pizza.
En la calle de Mes¨®n de Paredes chinos y marroqu¨ªes comparten oferta culinaria. Nuevo City y la teter¨ªa Al Aman, de Marruecos, son punto de encuentro de los nacionales de aquellos pa¨ªses, aunque no faltan espa?oles, sobre todo los residentes en el barrio.
M¨¢s arriba llegando a Tirso de Molina, en la calle de la Cabeza, Tafsir Dia, un senegal¨¦s con 11 a?os de residencia en Espa?a, abri¨® Kilimanjaro, un bar-caf¨¦ que con el paso del tiempo se ha convertido en algo as¨ª como la sede social de toda la colonia africana en Madrid. Tafsir aclara que su local no es un restaurante, pero, aun as¨ª, ofrece platos combinados cuya base es el arroz.
El 'boom' de los 'kebap'
Dice Najah Faris, un iraqu¨ª que huy¨® de su pa¨ªs hace m¨¢s de una d¨¦cada por las condiciones pol¨ªticas motivadas por la dictadura de Sadam Husein, que el secreto de los doner kebap (mezcla de carne, pollo o cordero con verduras y salsa) radica en que es "una comida r¨¢pida, limpia y que se prepara al momento".
Desde hace unos dos a?os pr¨¢cticamente no hay zona de Madrid donde no exista uno de estos establecimientos, en donde se puede comer hasta por cinco euros. Lavapi¨¦s parece ser, al menos por lo que cuenta Najah, el reino indiscutible de los doner.
A un lado de la plaza de Lavapi¨¦s este iraqu¨ª abri¨® en agosto del a?o pasado su local. Se llama ?ufrates y adem¨¢s de la comida de Oriente Pr¨®ximo que los turcos llaman kebap y otros pa¨ªses shawerma, ofrece guisos especiales de Irak a base de berenjenas, cordero, jud¨ªas y ocra, una verdura que se cultiva en aquel pa¨ªs.
Najah asegura que estos locales se establecieron en Madrid hace ya mucho tiempo, pero que entonces no tuvieron ¨¦xito. S¨®lo ahora es cuando han comenzado a ser aceptados entre la clientela espa?ola. En Lavapi¨¦s ya se acercan a la decena y en el resto de Madrid se reproducen sin parar.
"Lavapi¨¦s es multicultural y su gastronom¨ªa tambi¨¦n. El ¨²nico problema es que hay algunos incidentes en la plaza que hacen que los espa?oles comiencen a hartarse. La acci¨®n de unos pocos perjudica la reputaci¨®n de otros", se?ala Najah mientras estrecha la mano de un residente en la zona, miembro de la asociaci¨®n vecinal La Corrala, que le expresa su solidaridad por la amenaza de guerra contra su pa¨ªs.
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