Bufidos
La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n ha solicitado de la Fiscal¨ªa General del Estado hacerse cargo de la denuncia que, por los delitos de falsedad documental y apropiaci¨®n indebida, ha interpuesto la Consejer¨ªa de Econom¨ªa contra Cajasur. No es, ¨¦sta, una cuesti¨®n que pueda esconderse tras los bufidos que Antonio Sanz, secretario general del PP-A, ha largado en la sesi¨®n parlamentaria del jueves. Estos ruidos no hacen desaparecer ni la denuncia, ni el hecho de que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n la haya hecho suya. Pretender esconder, bajo bramidos, esta realidad, o confundir, como ha hecho la se?ora Mart¨ªnez, orden judicial penal -el de la denuncia- con orden judicial administrativo -el del an¨¢lisis de la licitud contractual de la p¨®liza de los 500 de Castillejo, y dem¨¢s- es confundir churras con merinas, y algo m¨¢s. Un algo m¨¢s que implica ignorar como funcionan las instituciones. Un funcionamiento que, en este caso, se despliega en una doble direcci¨®n. Por una parte est¨¢ el hecho de que los inspectores, en sus labores de inspecci¨®n en Cajasur, han detectado unas irregularidades que consideran tienen relevancia penal. Son las que se incorporan a la denuncia. Por otra que, la Fiscal¨ªa, le ha dado valor. De ah¨ª que reclame su competencia para continuar investigando. De lo contrario, las hubiera archivado. No lo ha hecho.
Lo dem¨¢s, lo que queda, lo de los gritos de Antonio Sanz, reflejan un arte parlamentario carente de ideas. Un arte en el que la rabieta surge contra el funcionamiento normal de las instituciones, cuando ¨¦stas no act¨²an al gusto de estos actores.
Claro que, a estos actores, siempre les queda el consuelo de la comedia. Felipe Gonz¨¢lez, refiri¨¦ndose a Aznar, lo ha comentado. Dice que ha ido a Roma a confesarse del pecado de llevarnos a una guerra que el pueblo no quiere. Aqu¨ª, por lo escuchado en el Parlamento, ser¨¢ Antonio Sanz el que pida a Castillejo, siempre que le dejen tiempo sus labores mercantiles, que le confiese de su pecado de educaci¨®n parlamentaria y le d¨¦ absoluci¨®n por su rabieta. Eso s¨ª, mientras unos se confiesan, la Fiscal¨ªa se pone a investigar y Castillejo se jubila, hay caixas que en el ¨²ltimo a?o han conseguido que uno de cada siete andaluces abran una cuenta en su entidad.
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