La delincuencia se adapta a los nuevos tiempos
El mundo del hampa inventa m¨¦todos delictivos, con menos riesgo y m¨¢s beneficio, vali¨¦ndose de las tecnolog¨ªas de vanguardia y de la readaptaci¨®n de las t¨¦cnicas de toda la vida
Los criminales han desarrollado una incre¨ªble capacidad de adaptaci¨®n que les confiere una ventaja evolutiva sobre las fuerzas de seguridad (sus competidores naturales) y las v¨ªctimas (su nicho ecol¨®gico). Las t¨¦cnicas delictivas mutan r¨¢pidamente porque la delincuencia se beneficia de lo que los genetistas llaman el efecto Baldwind y que puede resumirse (con permiso de James Mark Baldwind) as¨ª: el aprendizaje se hace instinto. Este instinto les permite mutarse, inventar nuevos delitos y t¨¦cnicas, sin olvidar las de toda la vida. Los evolucionistas le llaman a esto la carrera de armamentos, esa que ha hecho que polic¨ªas y ladrones, a fuerza de perseguirse, hayan perfeccionado sus habilidades. El cat¨¢logo de nuevas t¨¦cnicas es extenso, pero las m¨¢s de moda son ¨¦stas.
Las estafas con tarjetas de cr¨¦dito, l¨ªneas 906 o los sorteos fabulosos se han puesto de moda
- El lazo liban¨¦s. Consiste en colocar en las ranuras de los cajeros autom¨¢ticos un saquito de pl¨¢stico que simula la abertura. El fondo y el lateral del saquito est¨¢n hechos de cinta de v¨ªdeo, lo que evita que el cajero lea la tarjeta, que queda atascada. Entonces, aparecen los estafadores con el cuento de que a ellos les ha pasado lo mismo y lo han solucionado en un periquete llamando a un n¨²mero de tel¨¦fono. Si la v¨ªctima llama, al otro lado de la l¨ªnea, un compinche suele decirle esto: "Marque en el cajero 1,2,3, luego asterisco y la clave de su tarjeta". Al hacerlo, los samaritanos se quedan con la copla, pero la tarjeta no sale y el inocente se va. Los delincuentes volver¨¢n a recuperar la tarjeta: con ¨¦sta y la clave, el saldo es suyo.
- El lector y la microc¨¢mara. Es un trabajo muy especializado. Requiere sustituir en las puertas de los cajeros autom¨¢ticos el lector de las bandas magn¨¦ticas que abre el pestillo. Con ello, cada vez que un usuario pasa la tarjeta, los malos leen y copian la banda magn¨¦tica. Adem¨¢s, necesita que se manipule el cuadro de luces del cajero en s¨ª, donde se coloca una microc¨¢mara conectada v¨ªa radio a un receptor. As¨ª, los delincuentes conocen la banda magn¨¦tica y ven a la v¨ªctima marcar su clave. El afectado s¨®lo se enterar¨¢ del desastre cuando le llegue el extracto bancario.
- El 906 de pega. Miles de ciudadanos han sufrido esta estafa. As¨ª cont¨® la polic¨ªa un caso reciente: "Un ciudadano llam¨® a un 906 por una oferta para extra de cine, pero lo ¨²nico que consigui¨® de la persona que estaba al otro lado de la l¨ªnea fue la dilaci¨®n innecesaria de la conversaci¨®n, grandes silencios, petici¨®n de datos continua y otras circunstancias, con el consiguiente encarecimiento de la llamada". Se han descubierto timos id¨¦nticos y masivos en servicios de empleo, erotismo, tarot... Y ojo con Internet, porque los desaprensivos han colocado enlaces en miles de p¨¢ginas web que conectan con 906 y retienen la l¨ªnea. Luego vendr¨¢ la factura telef¨®nica.
- El sorteo de vacaciones. Una agencia de viajes, real o ficticia, organiza un sorteo de promoci¨®n cuyo premio es una semana gratis en un apartamento en la playa. El contacto se hace por correo y se pide a la v¨ªctima que devuelva un cup¨®n con sus datos personales. Los afectados reciben luego una carta inform¨¢ndole de que ha ganado el premio, pero para obtenerlo tiene que abonar 50 euros de gastos de tramitaci¨®n. Hecho el ingreso, se remite un contrato con las condiciones del premio, pero cuando el afectado intenta ocupar el piso que le ha tocado resulta que ni existe. Una empresa andaluza recaud¨® as¨ª 420.000 euros de unos 8.000 incautos en 2002.
- Esc¨¢ner para coches. El robo de coches de gran cilindrada o de lujo, por encargo o de un modelo con gran salida en el mercado, se ha sofisticado. Los ladrones fabrican un esc¨¢ner con un mando universal de televisi¨®n y un ordenador. Con este instrumento, se colocan junto al coche marcado. Cuando su due?o lo abre con el mando a distancia, el aparato de los chorizos detecta el c¨®digo y el coche queda a su disposici¨®n. Los todo-terreno de Audi, Mercedes, BMW y Mitsubitshi son los m¨¢s apreciados, seg¨²n la relaci¨®n entre unidades vendidas y las robadas.
- La tragaperras loca. Hay dos modelos, repartidos por cientos de bares, que sufren fallos de memoria que han sido difundidos por Internet. Primero hay que fijarse en las monedas para cambio que hay en el bar: si hay muchas, la m¨¢quina acaba de dar un premio (no conviene) y si hay pocas est¨¢ cebada. Luego hay que escuchar la ca¨ªda de las monedas (si van al caj¨®n pagador o al de premios), lo que permite saber el ciclo de premios. Entonces los estafadores juegan para acumular premios menores, detectan qu¨¦ fallo sufre la m¨¢quina que tienen delante y la marean apretando una secuencia de botones. La m¨¢quina lo suelta todo y se aver¨ªa. El fabricante de las "tragaperras locas" supo los fallos y no inform¨® a sus clientes. Un grupo de chinos se ha especializado en esto.
- El timo del negativo. La v¨ªctima suele picar con el cebo de una beneficiosa operaci¨®n de exportaci¨®n. Los timadores hacen peque?os negocios previos con la v¨ªctima para ganarse su confianza y proponerle, m¨¢s adelante, un suculento asunto que tiene una pega: van a pagar, pero el dinero procede de una subvenci¨®n, una ayuda o un programa de cooperaci¨®n, y para moverlo lo han tenido que impregnar de una sustancia que vuelve los billetes blancos, aunque sea dinero negro. "Para que recobren su apariencia", explican a la v¨ªctima, "debe poner los billetes blancos en contacto con otros de curso legal y, por negatividad, el papel blanco se hace dinero, pero para eso debe traer una cantidad similar para acelerar el proceso". No hace falta decir m¨¢s.
- Las cartas nigerianas. Empieza con un anuncio en Internet o prensa, en el que se ofrece participar en una herencia fabulosa (la ¨²ltima conocida era de 20 millones de d¨®lares) a quien pueda pagar los gastos de tramitaci¨®n y los impuestos para sacar el dinero del pa¨ªs donde est¨¢ depositado. Los estafadores se aparecen como personas pudientes, moran en hoteles de lujo, alquilan coches... Cuando el deslumbrado primo accede, le ofrecen garant¨ªas de que con los 18.600 d¨®lares que aportar¨¢ (seg¨²n un caso de noviembre) recibir¨¢ varios millones. Cuando los malos tienen el dinero en mano, vuelan. Las v¨ªctimas suelen ser empresarios.
- Las empresas buz¨®n. Son sociedades mercantiles inoperantes, que se usan para ofrecer empleo a extranjeros, a quienes se les exigen unos 3.000 euros para obtener dicha oferta. Cuando una de esas empresas tima a un n¨²mero elevado de personas, cambia de due?o, de forma que si alguien reclama lo lleva claro. Lo que no sabe el estafado es que los nuevos due?os son socios de los primeros. Una trama descubierta hace 15 d¨ªas constaba de 43 empresas y hab¨ªa estafado en dos meses a 500 inmigrantes.
- Fecha de caducidad. Tiene m¨²ltiples variedades, pero la del extintor est¨¢ de moda. Los delincuentes suelen visitar un bar para fijarse en la fecha de caducidad de los extintores y la empresa que los revisa. Al d¨ªa siguiente vuelve, en el horario de m¨¢s l¨ªo, haci¨¦ndose pasar por agentes de la empresa revisora. Por unos 240 euros revisar¨¢n el extintor y lo devolver¨¢n en nada, evit¨¢ndole as¨ª al due?o problemas con Industria. As¨ª lo hacen. El afectado se enterar¨¢ cuando toque la revisi¨®n de verdad. En noviembre fue desarticulada una red que estaf¨® a 200 locales en Barcelona.
Consejos para evitar acabar de 'primo'
Las fuerzas de seguridad est¨¢n hartas de ver c¨®mo la gente cae una y otra vez en las trampas que les ponen los delincuentes, aunque algunas est¨¦n tan trilladas como la estampita o el nazareno. "Si todos los a?os tenemos cientos de esos casos, imagine los miles que tenemos con los nuevos delitos, especialmente los inform¨¢ticos y los de l¨ªneas 906", aseguran fuentes policiales. Por ello, ofrecen consejos para evitar en lo posible acabar convertido en primo o en mirlo blanco.
- En el banco. Cuando saque una gran cantidad de dinero, aseg¨²rese al salir de que no le siguen. Si ve un movimiento extra?o, vuelva atr¨¢s y reingrese el dinero. Puede que quien le siga pretenda darle un cogotazo. Le abordar¨¢n por detr¨¢s con un golpe (o un amago de asfixia). En los cajeros, desconf¨ªe de los samaritanos que se ofrezcan a desatascar su tarjeta. Ap¨¢rtese y comunique con su entidad. Le dar¨¢n el n¨²mero llamando al 1003.
- En la calle. Las ofertas callejeras para limpiarle una mancha o para echar un bailecito corto son peligrosas. Posiblemente le est¨¦n quitando la cartera. Sujete bien el tel¨¦fono m¨®vil, especialmente si es caro.
- En Internet. No d¨¦ datos personales si no tiene completa seguridad sobre qui¨¦n los va a recibir. Debe exigir conexiones seguras y asegurarse de que, al transmitir datos delicados, en la parte inferior del navegador Explorer aparece un candado amarillo (en el caso de Nestcape, un candado cerrado).
- Al tel¨¦fono. Controle las facturas y compruebe los n¨²meros a los que se ha llamado, ya que se dan casos de facturaci¨®n de llamadas no hechas. No d¨¦ su n¨²mero a desconocidos que lo pidan y cuelgue r¨¢pido ante llamadas equivocadas, ya que pueden pretender desviarle una l¨ªnea. No acepte un cobro revertido de un desconocido.
- En el coche. Si su coche es de lujo, no lo deje abierto ni para pagar en la gasolinera. Si le falla el mando a distancia e inmediatamente vuelve a funcionar, puede que se lo est¨¦n interceptando. Toda medida de seguridad vale. Si el coche de al lado ofrece m¨¢s facilidades, los ladrones tender¨¢n a escogerlo. Existe un sistema de localizador por sat¨¦lite que permite inmovilizar el coche con una llamada de tel¨¦fono. Puede ser un antirrobo eficaz.
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