Sadam desaf¨ªa a EE UU con un desfile de 'comandos' suicidas por las calles de Bagdad

La capital iraqu¨ª se llen¨® ayer de polic¨ªas con uniforme de combate en un nuevo simulacro de defensa contra una invasi¨®n de Estados Unidos, el segundo desfile en 10 d¨ªas. El desfile de agentes armados con fusiles Kal¨¢shnikov, tan vistoso como poco pr¨¢ctico en t¨¦rminos b¨¦licos, inclu¨ªa, sin embargo, otro mensaje. Un centenar de j¨®venes vestidos para el martirio recordaba el peligro de que la guerra contra Irak exacerbe el fanatismo ¨¢rabo-isl¨¢mico con ataques suicidas, una carta que el r¨¦gimen de Bagdad juega desde hace meses.

No fue seguramente casual que la noche anterior la televisi¨®n iraqu¨ª emitiera un reportaje sobre el entrenamiento de "miles de voluntarios ¨¢rabes para lanzarse como bombas humanas contra las tropas estadounidenses". Vestidos como comandos, estos reclutas de la causa de Sadam Husein se lanzaban en paraca¨ªdas, trepaban muros, se descolgaban de cuerdas y practicaban el cuerpo a cuerpo con arma blanca y movimientos t¨¢cticos bajo fuego real. Los ejercicios se realizan en Basora, a pocos kil¨®metros de la frontera con Kuwait, donde EE UU tiene desplegados a 100.000 soldados.

"Llevamos siete d¨ªas de entrenamiento muy duro y ya estamos preparados para entrar en combate", aseguraba a la c¨¢mara un joven armado con un lanzagranadas. Los voluntarios proceden de Siria, Egipto y Libia entre otros pa¨ªses, seg¨²n el presentador de Protectores de la Patria. Se trata de un programa sobre cuestiones militares en el que se ensalza el esp¨ªritu nacional y la defensa de la patria, que en la ideolog¨ªa del Partido Baaz incluye toda la naci¨®n ¨¢rabe.

Pero si el panarabismo de la causa iraqu¨ª tiene ra¨ªces ideol¨®gicas conocidas, m¨¢s novedosa resulta su creciente mezcla con islamismo como f¨®rmula aglutinante. En el desfile de la ma?ana de ayer, 120 j¨®venes iraqu¨ªes destacaban entre varios miles de fuerzas del Ministerio del Interior. Envueltos en telas blancas de las que se usan para amortajar y armados con Kal¨¢shnikovs, los "kamikazes por la patria" se declaraban dispuestos al martirio. "Estamos dispuestos a morir por el gran Irak combatiendo a Estados Unidos", manifestaba uno de los j¨®venes, "y el resto de los iraqu¨ªes tambi¨¦n". No est¨¢ tan claro que el fervor nacional llegue a esos extremos, pero en un pa¨ªs donde el 50% de la poblaci¨®n tiene menos de 15 a?os y escasas expectativas de futuro, cantera existe.

El recurso a los suicidas, bajo la discutida cobertura del concepto religioso de yihad (guerra santa o lucha interior, seg¨²n el exegeta), es no obstante un arma de doble filo. Tal vez con el objetivo de reforzar a quienes temen despertar al lobo, pretenda suscitar los peores temores de un Occidente al que toda su tecnolog¨ªa no puede proteger de esos atentados. Sin embargo, por otro lado, pone a Sadam Husein a la misma altura de un rival ideol¨®gico del que siempre se ha distanciado, Osama Bin Laden, dando argumentos a quienes les quieren equiparar.

En una apuesta arriesgada, el r¨¦gimen iraqu¨ª ha alentado desde el fin de la guerra del Golfo (1991) una islamizaci¨®n de la sociedad que potencialmente constituir¨ªa una bomba de relojer¨ªa contra cualquier agresor. El portavoz del Ministerio de Informaci¨®n iraqu¨ª, Udai al Tai, mencion¨® ese peligro en una reciente entrevista con este diario. "Los ¨¢rabes nunca han sido grandes guerreros, pero vamos a lograr que lo sean", advert¨ªa antes de regresar a su pa¨ªs un embajador europeo convencido de que la actitud de Estados Unidos alimenta ese peligroso juego.

"Hacemos como los palestinos. Traemos nuestras mortajas y esperamos volver a casa en un f¨¦retro, muertos y m¨¢rtires", aseguraba uno de los j¨®venes kamikazes con gran convicci¨®n. La misma con la que el sirio Abdul Halim Jamuz hab¨ªa declarado a Protectores: "Vengo a compartir el destino de mis hermanos iraqu¨ªes". Y es que si bien el respaldo que algunos Gobiernos ¨¢rabes est¨¢n dando a Irak puede atribuirse a motivos espurios, la poblaci¨®n est¨¢ convencida de que la comunidad internacional aplica distinto sistema de pesos y medidas para juzgar a Irak y a Israel.