?Hay f¨²tbol detr¨¢s de Piterman?
Pese al ruido, el due?o del Racing no inventa nada: el conjunto, m¨¢s retrasado, juega como antes
Ni novedades estruendosas ni atrevimientos t¨¢cticos. Futbol¨ªsticamente, el Racing de Dimitri Piterman, dirigido realmente por Chuchi Cos, es una revoluci¨®n ficticia. "Todo aquello que se dijo al principio era una exageraci¨®n. De cuatro delanteros, nada", afirma Cos, el t¨¦cnico m¨¢s joven, 34 a?os, en una Primera Divisi¨®n europea. "Queremos gente arriba con talante ofensivo e intentamos que tengan una cierta libertad para hacer su juego. Respecto a la defensa, un equipo como el nuestro no se puede tirar hacia arriba. No tenemos la calidad de otros. La defensa tiene que entender que ha de trabajar para que los de arriba resuelvan". M¨¢s juntos atr¨¢s, m¨¢s sitio por delante. He ah¨ª la revoluci¨®n.
Cos: "No me importa que digan que es el equipo de Piterman si reconocen mi trabajo"
Las primeras noticias futbol¨ªsticas de Piterman hablaban de que el Racing jugar¨ªa con cuatro delanteros, a la antigua usanza, al ataque feroz, como si pretendiera romper por la v¨ªa r¨¢pida con el tacticismo. Pero, en realidad, el estadounidense de origen ucranio hablaba de otra cosa, del habitual 4-2-3-1. "Lo que buscamos es que cuatro jugadores lleguen al remate, no s¨®lo uno a ver si la caza", afirma Cos; "es lo habitual. El caso del Atl¨¦tico es el m¨¢s claro con Luis Garc¨ªa, Correa, Jos¨¦ Mari y Fernando Torres, cuatro delanteros. Al Madrid le pasa igual con Figo, Zidane, Raul y Ronaldo. Todos se defienden con cinco o seis y atacan con otros tantos. Lo que pasa es que el Madrid tiene tanta calidad que puede permitirse el lujo de que los defensas se incorporen al ataque, caso de Roberto Carlos. Pero nosotros tenemos que guardarnos m¨¢s las espaldas".
De hecho, el ¨²nico cambio perceptible respecto a la ¨¦poca de Manolo Preciado, el anterior preparador, es defensivo: "Ahora jugamos m¨¢s retrasados para intentar el contragolpe y estar m¨¢s arropados" asegura el portero y capit¨¢n, Ceballos; "con Preciado se jugaba un f¨²tbol m¨¢s ofensivo y alegre. ?sa es la diferencia m¨¢s importante. Porque el sistema es el mismo que el de Preciado".
Cos no lo desmiente: "Es cierto que, con Preciado, el Racing presionaba muy arriba. A nosotros nos gusta presionar m¨¢s atr¨¢s, dejar salir al contrario, para que, si se produce el robo del bal¨®n, tengamos espacios para el contragolpe. Si presionas muy arriba y te superan, los espacios son para el rival. Tenemos que estar muy arropados atr¨¢s".
Nada de jugadores fuera de su sitio. El f¨²tbol detr¨¢s de la aureola de Piterman no admite muchos sobresaltos. Si se comparan las alineaciones de los ¨²ltimos partidos con Preciado y con Cos, los futbolistas, lesiones aparte, son casi los mismos. Si se except¨²a el cambio de Pineda por Corominas, en el lateral derecho, el grueso de la alineaci¨®n es la misma, con intercambios puntuales en funci¨®n del tipo de partido.
El Racing ha vencido el miedo en un mes. "Hubo cambios en el entorno y el ambiente", recuerda Ceballos, 14 temporadas en el club; "estuvimos en la boca de todos los medios internacionales. Ah¨ª anduvimos un poco desquiciados. Pero los cambios no han sido tantos. No fue lo que se vendi¨® en los medios. Lo que tiene de diferente es que la otra parte del cuerpo t¨¦cnico es el presidente, pero en muchos aspectos es para bien, porque encuentras una soluci¨®n m¨¢s directa".
Las primeras semanas fueron duras para todos. Para Piterman, acosado por los medios de comunicaci¨®n -ahora no quiere entrevistas-; para Cos, puesto bajo sospecha en su condici¨®n de entrenador virtual, de t¨ªtere del adinerado presidente, y para los jugadores, especialmente para los m¨¢s significados, como Munitis, a los que les entr¨® un sudor fr¨ªo. Hoy, aparentemente, todo est¨¢ solucionado. Piterman es uno m¨¢s en los calentamientos y los estiramientos, no chilla en el banquillo y dialoga mucho en privado con los futbolistas.
Cos es reconocido por todos como el entrenador real. "A m¨ª", dice, "no me importa que digan que es el equipo de Piterman porque es verdad, pero siempre que reconozcan mi trabajo, que es tan importante como el suyo. Pero para los medios soy consciente de que seguir¨¢ siendo el equipo de Piterman".
Los jugadores tambi¨¦n han asumido qui¨¦n dirige al equipo. Ceballos, que coincidi¨® con Cos hasta el juvenil nacional del Racing -le lleva un mes-, reconoce: "Est¨¢bamos un poco a la expectativa, como todos. Pero en el f¨²tbol pocos cambios puede haber. Influye m¨¢s la psicolog¨ªa en la relaci¨®n con los futbolistas y en el trato individual. Por eso no es importante la edad del entrenador, sino sus maneras y formas".
Piterman delega en Cos el grueso del trabajo. Al presidente le gusta participar en la preparaci¨®n f¨ªsica y compartir los an¨¢lisis con ¨¦l. Cos, un trotamundos del f¨²tbol en activo, echaba en falta a Piterman cundo ¨¦ste se ubicaba como fot¨®grafo lejos del banquillo. Componen una sociedad formalmente revolucionaria pero futbol¨ªsticamente ficticia. Quieren cambiar las formas, no el f¨²tbol. De momento, los resultados les avalan y la plantilla les responde. "Tenemos mucha calidad arriba. Por eso debemos amarrar atr¨¢s para encontrar el equilibrio", concluye Cos, a quien el partido del Bernabeu es el que menos le preocupa: "Si ganamos habremos tenido suerte. Si perdemos, la gente lo entender¨¢". La revoluci¨®n ficticia seguir¨¢ adelante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.