El Bar?a no llega a m¨¢s
Los azulgrana conceden ante un buen Valladolid su segundo empate consecutivo
No pudo el Barcelona anoche con el Valladolid como tampoco logr¨® la semana pasada tumbar a Osasuna. No le falt¨® empe?o ni tampoco ambici¨®n. De juego, en cambio, anda m¨¢s bien escaso, tanto como de grandes futbolistas, y los rivales se le agrandan de mala manera, al punto que parecen m¨¢s o menos igual de buenos y de malos. Las lesiones, por lo dem¨¢s, no le han ayudado nada. Los jugadores caen como moscas y ni el factor campo es ya determinante.
Al Valladolid se le vio enseguida como un equipo cuerdo y animado, por no decir envalentonado. Haber descolgado a la Real del liderato le ayud¨® a desplegarse por el Camp Nou como un pavo real. Muy bien armado en defensa a partir de una l¨ªnea de tres centrales y agrupado en la divisoria alrededor del espabilado Colsa, entr¨® como una bala por las bandas, con Olivera a la izquierda y Fernando Sales por la derecha.
BARCELONA 1 - VALLADOLID 1
Barcelona: Bonano; Gabri, Reiziger, De Boer, Sor¨ªn; Overmars, Mendieta, Xavi, Riquelme (Luis Enrique, m. 67) (Rochemback, m. 76); Kluivert y Saviola.
Valladolid: Bizarri; Torres G¨®mez (Jonathan, m. 82), Gaspar, Mustaf¨¢, Pe?a, ?scar S¨¢nchez; Fernando Sales, Colsa, Olivera; ?scar; Pach¨®n (Caminero, m. 90).
Goles: 1-0. M. 28. Torres G¨®mez desv¨ªa a propia puerta un tiro de Overmars desde la frontal del ¨¢rea.
1-1. M. 46. Bonano intenta despejar de pu?os un c¨®rner botado por Olivera y acaba colando el bal¨®n en propia meta.
?rbitro: Iturralde Gonz¨¢lez. Mostr¨® la tarjeta amarilla a Sales, Gabri, ?scar S¨¢nchez, Pe?a y Olivera.
68.131 espectadores en el Camp Nou. Se guard¨® un minuto de silencio por el ex jugador azulgrana Antoni Torres.
Muy obligados y superados sus dos laterales, sobre todo Gabri ante Olivera, al Bar?a le cost¨® encontrar la carta de navegaci¨®n. La ausencia de Motta, lesionado, provoc¨® un boquete en el coraz¨®n del campo y dej¨® sin aire a los delanteros y a los volantes. Mendieta no es un medio centro, porque ni sabe jugar de primera ni tiene sentido t¨¢ctico. Con ¨¦l ah¨ª, el Bar?a es un equipo que defiende o ataca, que est¨¢ arriba o abajo, y pocas veces en el centro.
El Bar?a qued¨® expuesto a la racionalidad del Valladolid, que tuvo hasta tres ocasiones antes de que Pach¨®n se plantara ante Bonano y quedara planchado en el ¨¢rea. La hinchada se tap¨® los ojos a la que el ¨¢rbitro enfil¨® la zona de castigo. Pareci¨® penalti y, sin embargo, el colegiado se dio la vuelta y en lugar de mirar a la porter¨ªa se puso de espaldas para pitar falta en ataque.
Del posible penalti y expulsi¨®n del portero del Bar?a, acciones que Iturralde no sancion¨® en clara sinton¨ªa con la bonanza del Camp Nou, se pas¨® acto seguido al gol de Overmars, por no decir de Torres G¨®mez, en una acci¨®n muy afortunada para los azulgrana, que iban a la deriva, concediendo terreno, incapaces de encontrar un punto de inflexi¨®n. Partido por la mitad, falto de medios, el Bar?a vivi¨® a expensas de los detalles de Riquelme, tan bueno como solista como malo en tanto que jugador de equipo. A los azulgrana les faltaba gobierno y control y, en cambio, tuvieron suerte al encontrarse con un gol a favor cuando se presum¨ªa que iba a ser en contra.
No cerrar el partido cuando lo tuvo de su lado, le cost¨® al Bar?a el empate en el arranque del segundo acto. El Valladolid encontr¨® consuelo a su desgracia en un c¨®rner que se comi¨® Bonano, que puso el pu?o malamente, como si fuera un piloto y diera gas en lugar de pegar como un boxeador.
El Barcelona toc¨® entonces a rebato, con Mendieta m¨¢s asentado y especialmente solvente en la recuperaci¨®n, y se gan¨® el ¨¢rea contraria con relativa frecuencia. A Sor¨ªn, sin ir m¨¢s lejos, le hicieron un penalti que Iturralde tampoco vio pese a ser tan claro como el de Pach¨®n. Hechas las paces m¨¢s o menos, en penas m¨¢ximas no marcadas y goles regalados, los dos equipos se arremangaron. Sor¨ªn se estir¨® y con el argentino por delante el equipo cogi¨® vuelo, sobre todo Saviola, especialmente afilado pese a encarar cada vez hasta a tres zagueros. El partido demandaba una vuelta de tuerca y nadie mejor para activar al Bar?a que Luis Enrique, que sent¨® a Riquelme, contariado y malhumorado con Antic, aunque con una gran parte de la afici¨®n de su parte.
Jug¨® el Bar?a a pecho descubierto, ambicioso en ataque y expuesto al mismo tiempo a la rapidez de la contra forastera, as¨ª que el partido adquiri¨® viveza, pese a la reca¨ªda de Luis Enrique, que volvi¨® a romperse. La ansiedad les pudo a los azulgrana, demasiado acelerados e impacientes, sin el juego de banda suficiente por la derecha, faltos tambi¨¦n de un futbolista capaz de poner el punto y final al agobio. Tras cambiar de flanco y pasarse a la izquierda, Overmars puso por lo menos cuatro pelotas de gol para el delantero centro, que en el Barcelona ni estaba ni se le esperaba. Le falta un poco de todo al Bar?a para ser un grande, de manera que no es extra?o que se pelee con los peque?os.
El drama de Luis Enrique
Cocu, Motta, Gerard... y otra vez Luis Enrique. El centro del campo del Bar?a est¨¢ corrompido por una ola de lesiones y Luis Enrique es la ¨²ltima v¨ªctima. Si la grave lesi¨®n de Cocu en San Siro, ante el Inter, fue un serio problema para Antic, anoche, ante el Valladolid, el t¨¦cnico del Bar?a recurri¨® a Mendieta para el puesto de medio centro defensivo por la lesi¨®n de ¨²ltima hora de Motta. El italo brasile?o no se recuper¨® a tiempo de una contractura muscular en el s¨®leo y Gerard, llamado a ser el relevo natural de Cocu por similitud de caracter¨ªsticas, convalece de una lesi¨®n que sufri¨® hace mes y medio en M¨¢laga.
La lesi¨®n de Motta supuso la titularidad por accidente de Riquelme, que termin¨® sustitu¨ªdo por Luis Enrique. Pero Luis Enrique,lesionado, no pudo terminar el partido. El primer diagn¨®stico fue preocupante: posible rotura muscular en el b¨ªceps femoral de la pierna izquierda.
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