Guti da una lecci¨®n magistral

Por encima de la victoria del Madrid, que se desempe?¨® de forma administrativa, se elev¨® nuevamente Guti, jugador de maravilloso talento que no encuentra acomodo en el equipo. Su caso es sangrante porque siempre tiene que luchar contra los prejuicios y contra el lastre de su principal virtud: la versatilidad. Parece extra?o que una cualidad se vuelva en contra de alguien, pero ¨¦ste es el caso. Durante su larga trayectoria en el Madrid, Guti ha jugado en tres puestos, con nota siempre. Ha marcado goles, y algunos asombrosos, en las ausencias de Morientes; ha funcionado como un reloj en la media punta cuando ha sido necesario; ha dirigido el equipo con la prestancia de los grandes en el papel de medio centro. No uno de esos pivotes inocuos que tanto abundan en estos tiempos, sino un medio centro de verdad, de los que hacen que ocurran cosas, que los partidos se muevan a su antojo, que el equipo cobre el aspecto de una gran orquesta. Guti, h¨¦roe en Dortmund, no consigue instalarse como titular, pero frente al Racing ofreci¨® en 20 minutos una hermosa actuaci¨®n, coronada con un gol excepcional.

Tiene la facilidad y la elegancia de Zidane, la astucia de Ra¨²l y el gol de cualquier delantero

A Guti no le sirve su hoja de servicios, ni la certeza de su enorme categor¨ªa. Makelele es un jugador crucial en el Madrid, pero futbolistas de su corte se encuentran con cierta facilidad en el mercado. Flavio es un jugador cualquiera; uno con suerte, a decir verdad. Nada le distingue como jugador del Madrid, si por ello se considera algo parecido a la excelencia. Guti es el caso contrario, el de un jugador que cabe imaginarse en el Gotha de los grandes equipos del mundo. Desde luego, le sobra para jugar en el Madrid, y no parece f¨¢cil en estos tiempos, con el equipo trufado de figuras mundiales. Pues, bien, Guti no cede un cent¨ªmetro a ninguno de ellos. Tiene la facilidad y la elegancia de Zidane, la astucia de Ra¨²l y el gol de cualquiera de los delanteros. Es impensable verle de suplente, pero no abandona la suplencia ni a tiros. No hay jugador m¨¢s exigido, menos valorado y tan importante como ¨¦l. Lo normal es comenzar a medirle con un reproche: la discontinuidad y la falta de vocaci¨®n defensiva como principales acusaciones, cosa que no sucede con las figuras, algunas de las cuales tienen bula. Sin embargo, su inmenso repertorio no merece ninguna consideraci¨®n. El caso comienza a alcanzar cotas de grav¨ªsima injusticia. No hay m¨¢s que observar lo que Guti hizo en Dortmund, en los minutos finales frente al Alav¨¦s y ayer ante el Racing.

Entr¨® cuando el partido estaba en el filo. El Racing olfateaba el empate y el Madrid se hab¨ªa desentendido de muchas obligaciones. Hab¨ªa marcado dos goles en el primer tiempo sin demasiado esfuerzo y con un f¨²tbol discreto. Algunas cosas de Zidane y poco m¨¢s: lo suficiente para anotar dos goles frente a un rival asustado. El Racing no ofreci¨® ninguna oposici¨®n en el primer tiempo, a pesar de algunos indicios lastimosos de Rub¨¦n, al que la hinchada sigui¨® con atenci¨®n porque era el momento de medirle. Decepcion¨® en casi todos los aspectos, con graves errores que estuvieron a punto de provocar una cat¨¢strofe. Estuvo superado por el partido y por la tensi¨®n. A d¨ªa de hoy, no parece una alternativa razonable como central. No le ayud¨® su desv¨ªo en el remate de Nafti, gol que coloc¨® al Racing ante la razonable posibilidad de empatar el partido. El Madrid jugaba mal y se defend¨ªa con muchos apuros. El fracaso era clamoroso a la hora de mover la pelota, especialmente a trav¨¦s de Flavio, que no puede hacerlo y que tiene la inclinaci¨®n de esconderse cuando las cosas se ponen duras. Vicente del Bosque le sac¨® del campo y puso a Guti en su lugar con un efecto instant¨¢neo. Guti comenz¨® a mover el equipo con sabidur¨ªa, con una mezcla deliciosa de pases, uno de los cuales sirvi¨® como arranque del tercer tanto, anotado por Portillo y concedido por Ra¨²l. Pero nada mejor¨® al cuarto, precedido por dos conexiones perfectas con Ra¨²l. Luego lleg¨® el acabose: Ra¨²l dej¨® pasar la pelota en el pase de Zidane y desde atr¨¢s lleg¨® Guti como un mariscal. Control¨® y se acomod¨® la pelota hacia su perfil izquierdo, apunt¨® al ¨¢ngulo y all¨ª clav¨® el remate como s¨®lo pueden hacerlo los grandes. ?l es uno.