Aquel esplendoroso Torremolinos
Una p¨¢gina 'web' destaca el papel de la Costa del Sol en la modernizaci¨®n de la sociedad en los ¨²ltimos a?os del franquismo
La necesidad constante de actualizar los referentes est¨¦ticos hace que a veces se mire el pasado reciente con desd¨¦n. De lo que supuso Torremolinos entre los a?os cincuenta y los setenta del pasado siglo, por ejemplo, muchos s¨®lo recuerdan ya la imagen caricaturizada del fen¨®meno tur¨ªstico que ofrec¨ªan las pel¨ªculas de Alfredo Landa y Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez.
Jos¨¦ Luis Cabrera y Lutz Petry, funcionario malague?o nacido en Casablanca uno y fot¨®grafo de origen alem¨¢n el otro, decidieron un buen d¨ªa romper t¨®picos y, de la mano de dos inform¨¢ticos, Fernando G¨¢mez y Daniel M. Rey, dise?aron una p¨¢gina web (www.mundopop.net/torremolinoschic) donde se recogen hitos arquitect¨®nicos y de decoraci¨®n, locales m¨ªticos, libros, pel¨ªculas, fotograf¨ªas y postales que hablan, tanto a los que lo vivieron como a los que no, de la verdadera dimensi¨®n de aquel fen¨®meno, de sus protagonistas y de sus an¨¦cdotas.
"Mucha gente asocia aquel Torremolinos con las pel¨ªculas de Cine de barrio, pero nosotros consideramos que el desarrollo de la Costa del Sol, y especialmente de esta zona, con todos sus errores, fue la primera apuesta seria en Espa?a por la modernidad y la internacionalidad. Por eso nuestro inter¨¦s no es simplemente nost¨¢lgico, sino de reivindicaci¨®n de un patrimonio que, quiz¨¢ por familiar, a veces no somos capaces de valorar", explica Cabrera.
Tanto ¨¦l como Petry defienden que el desarrollismo de Torremolinos no es comparable al de ning¨²n otro lugar de Espa?a. "La diferencia es que aqu¨ª hubo mucha m¨¢s gracia, m¨¢s fantas¨ªa, m¨¢s excentricidad que en Benidorm o Mallorca", explican. En el plano arquitect¨®nico, las publicaciones especializadas les dan la raz¨®n. Edificios como el hotel Pez Espada, de Juan J¨¢uregui Briales y Manuel Mu?oz Monasterio, son ahora elogiados en publicaciones especializadas. El Pez Espada ha sido remodelado recientemente, pero no ha corrido la misma suerte la urbanizaci¨®n La Nogalera, de Antonio Lamela Mart¨ªnez, hoy bastante deteriorada.
"En aquel momento hubo mucha especulaci¨®n urban¨ªstica, y por supuesto nosotros no consideramos que todo lo que se construy¨® merezca ser salvado. La urbanizaci¨®n de Playamar, por ejemplo, fue muy pol¨¦mica en su tiempo porque eran torres de gran altura a pie de playa, pero hoy sigue existiendo una enorme especulaci¨®n, incluso m¨¢s depredadora, porque se da la ocupaci¨®n total del litoral, y encima son edificaciones carentes de ambici¨®n est¨¦tica", insiste Cabrera.
Pero el cap¨ªtulo arquitect¨®nico es s¨®lo uno m¨¢s de la p¨¢gina. "Hemos querido rememorar todo el fen¨®meno en su conjunto. En Torremolinos, por ejemplo, se abri¨® una tienda de 24 horas en una ¨¦poca en que s¨®lo pod¨ªa existir alguna en Barcelona o Madrid. Se abrieron discotecas y boleras; los primeros restaurantes de comida internacional, tiendas de moda donde se vend¨ªa ropa que s¨®lo era posible encontrar en el extranjero, y todo quer¨ªa ser el ¨²ltimo grito", recuerda Cabrera.
Para Petry, que lleg¨® a la ciudad a los seis a?os, cuando sus padres decidieron trasladarse a vivir desde Alemania, el fen¨®meno tiene una explicaci¨®n: "La Costa del Sol era un lugar con un clima privilegiado, donde cualquier extranjero de clase media pod¨ªa vivir c¨®modamente. Eso abri¨® tambi¨¦n la mentalidad de la gente del lugar, que se adapt¨® r¨¢pidamente a la modernidad".
Un gato con un collar de diamantes
El escritor James A. Michener, ganador de un Premio Pulitzer, escribi¨® en 1968: "Torremolinos es algo que nunca se hab¨ªa visto en el mundo. Te dir¨¦ lo que es: un refugio en el que se puede huir de la locura del mundo. Aunque resulta que es un refugio totalmente loco".
Esta frase, recogida en la presentaci¨®n de la web, refleja la excentricidad que rezumaba el lugar en los sesenta. Cabrera da otra pista: "En una joyer¨ªa de la calle San Miguel ten¨ªan en el escaparate un gato vivo con un collar de diamantes, y la discoteca Cleopatra, una de las que reinaban en la noche de la ¨¦poca, se publicitaba con un grupo de actores disfrazados de la reina Cleopatra y su s¨¦quito, que se paseaban por las playas repartiendo invitaciones".
Michener no fue ni mucho menos el ¨²nico personaje que sucumbi¨® a los encantos del para¨ªso loco. Algunos en el lugar recuerdan haber visto a Brigitte Bardot pase¨¢ndose descalza por la calle San Miguel -entonces principal pasarela del lugar- en su etapa de mayor relumbr¨®n como actriz. Tambi¨¦n Frank Sinatra anduvo por all¨ª. "Se aloj¨® en el Pez Espada, pero su estancia acab¨® en una pelea a pu?etazos con los periodistas", evocan los autores de la p¨¢gina.
Tambi¨¦n pulularon por all¨ª los primeros caricaturistas callejeros, y se adoptaron modas como abarrotar las paredes de los restaurantes con fotograf¨ªas de los clientes, algo hasta entonces poco usual. A diferencia de otros destinos tur¨ªsticos, adem¨¢s, Torremolinos ten¨ªa la ventaja de ser asequible para casi todos los bolsillos. "Cab¨ªa todo el mundo. Desde el m¨¢s rico hasta la incipiente clase media nacional. Se iba de viaje de novios, de viaje de estudios, o a derrochar todo lo posible", dice Cabrera.
Las im¨¢genes y an¨¦cdotas que pueblan la p¨¢gina van aumentando gracias a las colaboraciones de sus visitantes. Algunos recriminan a los autores la escasez de referencias sobre el ambiente gay, la m¨²sica o el Torremolinos actual. Los padres de la p¨¢gina responden que ya est¨¢n trabajando en ello.
Otro cap¨ªtulo interesante es el dedicado a pel¨ªculas y libros de la ¨¦poca dorada. Aparte de la ristra de espa?oladas, que tambi¨¦n tienen su inter¨¦s sociol¨®gico, en el cap¨ªtulo de cine Cabrera destaca D¨ªas de viejo color, de Pedro Olea, o El Puente, de Juan Antonio Bardem. En libros, destacan Torremolinos gran hotel, de ?ngel Palomino, hoy pieza de coleccionista, o Hijos de Torremolinos, de Michener.
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