El escudero de Duncan
El argentino Ginobili se convierte en los Spurs de San Antonio en el novato de moda de la Liga norteamericana
En Argentina se puede acorralar al dinero, pero al talento no hay verja que lo aprisione. Cuando no es el arte, es el deporte, pero la creatividad de este pa¨ªs suramericana es su mejor referente exportador. Ahora que el f¨²tbol blanquiazul hace a?os que adolece de una gran estrella mundial, el baloncesto redime las penas: sus jugadores se han lanzado a la conquista del hemisferio norte.
La Liga espa?ola est¨¢ plagada de ellos: Oberto, Hermann, Wol-kowisky... Pero el mejor representante de esta quinta, Emanuel Ginobili, comienza a reivindicar esa condici¨®n en el segundo mejor equipo de la norteamericana, de la NBA. "Nosotros vencimos por experiencia y porque Ginobili estaba lesionado". As¨ª se sincera el m¨ªtico entrenador Ranko Zeravica cuando habla del desenlace de la final del pasado Campeonato del Mundo entre las selecciones de Yugoslavia (Serbia) y Argentina.
Durante los tres ¨²ltimos partidos, el escolta del San Antonio Spurs ha promediado 17,3 puntos; 4,6 asistencias y 3,7 robos del bal¨®n. En un equipo automatizado y fan¨¢tico de la t¨¢ctica, est¨¢ proporcionando algo tan importante como la fantas¨ªa y la imaginaci¨®n.
Durante los ¨²ltimos a?os, el conjunto tejano se ha dado de bruces contra el muro de los Lakers de Los ?ngeles. Tim Duncan es capaz de subirse a las barbas del mism¨ªsimo Shaquille O'Neal, pero para mantener a raya al campe¨®n necesita que haya compa?eros al quite. Uno de ellos podr¨ªa ser Ginobili, que decidi¨® abdicar de su cargo de monarca del baloncesto europeo para ganarse la vida en la corte de la NBA. Y, aunque sus comienzos fueron duros, la riqueza t¨¦cnica que posee comienza a encandilar tanto a sus compa?eros como a sus rivales. Los elogios hacia su juego comienzan a ocupar columnas en los peri¨®dicos de Estados Unidos. "Es la clase de jugador que transforma a un buen equipo en un gran equipo". La alabanza es de David Robinson, toda una instituci¨®n de los Spurs.
Ginobili es ahora el sexto hombre de la plantilla. Pero, si su progresi¨®n sigue en alza, no ser¨ªa extra?o que Greg Popovich, el t¨¦cnico del club, le diese una oportunidad como titular. Su juego ha necesitado alguna modificaci¨®n. Ya no se trata de ese jugador que en el Kinder de Bolonia era el due?o de la pelota y ten¨ªa licencia para lanzar a canasta cuando le viniera en gana. "Ac¨¢ tiro mucho menos, pero, teniendo a Duncan a mi lado, no me interesa ser el m¨¢ximo anotador del equipo", reconoce Ginobili.
Pero no s¨®lo es llamativa su aportaci¨®n en el ataque. Ya es el segundo jugador en los robos del bal¨®n de la Liga, tan s¨®lo superado por Doug Christie, del Sacramento Kings. "Al principio, durante el primer mes, el entrenador se volv¨ªa loco cuando intentaba un robo. Ahora se enfada, pero mucho menos", admite el argentino.
Con Robinson y Duncan como murallas infranqueables junto al aro, los Spurs nunca hab¨ªan tomado muchos riegos defensivos y prefer¨ªan forzar un tiro en mala posici¨®n a apostar por una p¨¦rdida del bal¨®n del rival. La aportaci¨®n de Ginobili tambi¨¦n ha hecho modificar los conceptos defensivos.
Popovich nunca ha sido muy partidario de contar con jugadores extranjeros. Algo cabezota, se neg¨® una y otra vez a ver en v¨ªdeo al que ahora es el base titular de su equipo, el franc¨¦s Tony Parker. Ahora el viejo militar ha claudicado ante el juego de su nuevo hombre: "Su creatividad es incre¨ªble. Se trata de un jugador especial y cada vez m¨¢s importante para el conjunto. Contribuye en todos los aspectos del juego. Roba balones, captura un rebote cuando lo necesitas, anota un triple en un momento decisivo, es capaz de dar un buen pase bajo presi¨®n... Hace lo que sea para ganar el partido", subraya con entusiasmo.
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