Un supuesto apaleado por unos 'mossos' pide penas de c¨¢rcel para 16 agentes
Driss Zraidi, el detenido presuntamente apaleado en el calabozo de la comisar¨ªa de los Mossos d'Esquadra de Roses el 3 y 4 de agosto de 1998, solicita para 16 agentes penas que van de tres meses a seis a?os de c¨¢rcel y reclama una indemnizaci¨®n de un mill¨®n de euros. Adem¨¢s de los delitos de lesiones y torturas, la acusaci¨®n considera que los agentes policiales deben responder por los delitos de omisi¨®n de persecuci¨®n del delito y de omisi¨®n de deber de socorro, as¨ª como de falsedad en la tramitaci¨®n de los expedientes. Zraidi, detenido por una infracci¨®n de tr¨¢fico, acab¨® con tres costillas rotas, neumot¨®rax y erosiones compatibles con una paliza.
Los 16 acusados se declaran inocentes y ser¨¢n defendidos por diversos letrados particulares contratados al margen de los letrados de la Generalitat. Las defensas intentar¨¢n demostrar que las lesiones se produjeron en el momento de la detenci¨®n, a causa de una violenta resistencia, e insistir¨¢n en los contradictorios resultados de las ruedas de reconocimiento de los polic¨ªas en las que particip¨® Zraidi.
La instrucci¨®n del caso ha sido compleja a la hora de precisar los polic¨ªas que deber¨¢n sentarse en el banquillo. La acusaci¨®n particular, ejercida por Joan de Anguera, acusaba a 18 agentes, aunque algunos no coinciden con los 16 contra los que el juez abrir¨¢ juicio. El fiscal acusa s¨®lo a siete y pide una indemnizaci¨®n de 2.250 euros. La acusaci¨®n particular pide el indulto para un agente en pr¨¢cticas -considera que su confesi¨®n permiti¨® que los mandos conocieran el caso- a quien el fiscal considera responsable de torturas por omisi¨®n.
Saco de boxeo
La acusaci¨®n mantiene que Zraidi, vecino de Sant Pere Pescador, de origen marroqu¨ª y de 45 a?os, recibi¨® en la comisar¨ªa hasta tres agresiones m¨²ltiples, con intervalos de tiempo entre s¨ª. Zraidi asegur¨® que uno de los mossos le utiliz¨® como un saco de boxeo, puesto que se puso a dar saltitos de p¨²gil a su alrededor mientras le asestaba pu?etazos.
El servicio de audio que registr¨® la supuesta agresi¨®n puede ser una prueba decisiva, aunque fuentes cercanas al caso aseguran que resultar¨¢ complejo identificar a qu¨¦ agente corresponden las voces y el verdadero sentido de sus comentarios. En las cintas se escucha a los polic¨ªas refiri¨¦ndose a un "comit¨¦ de bienvenida". Aseguran que a Zraidi "le han dado una de buena". En otro momento, se oyen gritos y las quejas del detenido: "?Basta, basta, por favor, no me pegues m¨¢s!".
En algunos pasajes, los comentarios de los polic¨ªas podr¨ªan tener un sarc¨¢stico doble sentido: "Cay¨® y se hizo da?o". "?Qu¨¦ mala suerte! Si no sabe andar no tenemos la culpa". La defensa no ha conseguido aclarar por qu¨¦ no funcionaban en aquellas fechas las c¨¢maras de la comisar¨ªa que registran lo que sucede en el vest¨ªbulo, los pasadizos y las celdas.
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