El partido de Sadam organiza la defensa de Bagdad

Al primer misil, nadie podr¨¢ salir a la calle. Las instrucciones son claras: la poblaci¨®n debe permanecer encerrada en sus casas y dejar las tareas de defensa en manos de los miembros del Baaz que tienen orden de disparar contra cualquiera que contravenga la norma. As¨ª lo establece el plan de emergencia contra la guerra que se ha distribuido entre las diferentes c¨¦lulas del partido gobernante y que cada responsable de barrio deber¨¢ comunicar a sus vecinos en el momento oportuno. Mientras tanto, la consigna es mantener la normalidad.

Los planes se difunden en el seno de las reuniones vespertinas de cada forqa (divisi¨®n) del Baaz. Los participantes, en su mayor¨ªa funcionarios del r¨¦gimen, han recibido consignas precisas de c¨®mo actuar nada m¨¢s empiece el ataque que los propios responsables pol¨ªticos empiezan a considerar inevitable. Al secretario general de cada forqa, que suele tener a su cargo un centenar de familias a las que conoce y visita peri¨®dicamente, ha sido asignado grado de capit¨¢n (tres estrellas).

El plan est¨¢ destinado a mantener el orden interno m¨¢s que a la defensa del pa¨ªs

"Nadie debe salir de casa. Si alguien se pone enfermo o tiene una emergencia, debe colocar una bandera blanca en su ventana y los miembros del partido se acercar¨¢n a conocer su caso", explica a EL PA?S una fuente familiarizada con el plan. Las milicias disparar¨¢n a quienes violen la prohibici¨®n. De momento, a¨²n no se ha informado a la poblaci¨®n "para evitar la alarma". El toque de queda m¨¢s parece destinado a mantener el orden interno que a la defensa contra un eventual bombardeo estadounidense.

"Eso es imposible. Todos sabemos que no podemos hacer nada si nos atacan con misiles", reconoce la fuente. "En un primer momento, s¨®lo podemos aguantar".

Sin embargo, si se cumplen las peores pesadillas de los iraqu¨ªes, el enfrentamiento terminar¨¢ llegando a las calles de Bagdad. Tal posibilidad centra el temor de los civiles y los preparativos del r¨¦gimen. El riesgo de que las hostilidades de Estados Unidos desaten una revuelta como las que siguieron a la guerra del Golfo en 1991, puede estar detr¨¢s de la decisi¨®n de movilizar y armar voluntarios leales, reforzar los puestos de vigilancia frente a algunos edificios oficiales o instalar pozos de tirador en cruces estrat¨¦gicos.

"Hombres armados del partido tomar¨¢n las esquinas y los tejados de los edificios m¨¢s altos para garantizar la vigilancia", prosigue el interlocutor. Esta seguridad interior permitir¨¢ que el Ej¨¦rcito regular y las unidades de ¨¦lite como la Guardia Republicana se concentren en la defensa del per¨ªmetro de Bagdad, seg¨²n se deduce de las explicaciones.

Para ello, el r¨¦gimen cuenta con el ej¨¦rcito Al Quds (Jerusal¨¦n), siete millones de voluntarios, seg¨²n el r¨¦gimen. Resulta dif¨ªcil calcular cu¨¢ntos de ellos son realmente capaces de empu?ar un arma. Los entrenamientos que realizan en las calles de Bagdad muestran una tropa m¨¢s voluntariosa que disciplinada de amas de casa, estudiantes y jubilados. Seg¨²n las informaciones a las que ha tenido acceso esta enviada, las autoridades esperan sacar partido de los veteranos de la guerra con Ir¨¢n.

"Si me llaman, por supuesto que participar¨¦", asegura a este diario uno de esos veteranos, pese a no simpatizar con el r¨¦gimen. "Da igual, es en defensa de mi pa¨ªs; usted en Espa?a ?no har¨ªa lo mismo?". "S¨¦ c¨®mo lanzar una granada, utilizar un lanzamisiles contra un carro de combate o manejar una bater¨ªa antia¨¦rea", manifiesta este hombre, que pas¨® ocho a?os en las trincheras. "Tenemos m¨¢s experiencia de combate que los estadounidenses", concluye como queriendo convencerse a s¨ª mismo.

"Todos los iraqu¨ªes son baazistas aunque no tengan carn¨¦ del partido", ha asegurado en alguna ocasi¨®n el presidente Sadam Husein. Lo sean o no, est¨¢n bajo su control. Un sistema piramidal de c¨¦lulas asegura el funcionamiento de su democracia central: "Las instrucciones se cumplen primero y se discuten despu¨¦s".

En cada barrio, el Baaz tiene varias forqa (divisiones) que constituyen una shuba y al frente de cada cual hay un responsable con un centenar de familias a su cargo. Las shuba se integran en una unidad superior llamada farah. Cada provincia tiene dos farah, pero en el caso de Bagdad, con seis millones de habitantes, son seis. Por encima de las farah, est¨¢n las maktab u oficinas regionales, el Mando Nacional Iraqu¨ª y la Mesa del Partido o Mando Pan¨¢rabe. Su penetraci¨®n en la sociedad es casi total.

"El sistema de grupos peque?os y cerrados hace casi imposibles las deserciones", explica un observador local. "En nuestra cultura, no es posible que uno abandone porque ser tachado de cobarde es el peor insulto que pueden hacerte, especialmente cuando se trata de la defensa de la patria".