Paisaje de guerra al sur de Irak
Los m¨¢s de 500 kil¨®metros desde Bagdad a la frontera con Kuwait ya est¨¢n llenos de trincheras y sacos de arena
Basora es la ciudad iraqu¨ª m¨¢s cercana a la frontera con Kuwait. A menos de 100 kil¨®metros de all¨ª, cientos de miles de soldados americanos esperan una orden para invadir el pa¨ªs. En el paseo portuario de la ciudad, a lo largo de varios kil¨®metros, esculturas a tama?o real de 60 oficiales de bronce se?alan con un brazo a Ir¨¢n, el viejo enemigo de Irak, con el que los iraqu¨ªes libraron una guerra de ocho a?os (1980-1988). Basora fue entonces, una vez m¨¢s, una de las ciudades m¨¢s castigadas.
Esta vez Basora ser¨ªa el pr¨®logo antes de Bagdad. Situada a 549 kil¨®metros al sur de la capital, hace varios d¨ªas que el acceso a los periodistas est¨¢ prohibido en la zona. Sin embargo, ayer, un autob¨²s de los brigadistas espa?oles que cada semana parten de Espa?a para apoyar el "no a la guerra" durante cuatro d¨ªas en Bagdad tuvo ocasi¨®n de visitar Basora. Y con ellos, un grupo de periodistas.
El paisaje, desde Bagdad a Kuwait, ya es de guerra. Apenas se ve a alguno de los 300.000 soldados con los que cuenta este pa¨ªs de 22 millones de habitantes. Pero a los lados de la autov¨ªa que conduce a Basora raro es el kil¨®metro donde no se ha levantado una trinchera o un mont¨ªculo de dos metros de arena en forma de c¨ªrculo coronado por sacos blancos de arena. En cuanto a los soldados, apenas se ve un cami¨®n de j¨®venes militares, de unos 20 a?os, que posan sonrientes para las fotos que se quieren hacer los brigadistas espa?oles con ellos.
En el camino desde Bagdad casi todo es desierto moteado de peque?as poblaciones asentadas en zonas verdes de riachuelos y charcos. Y todo es llano hasta Basora. Si los estadounidenses pasan la frontera de Kuwait, ¨¦se ser¨¢ el camino que recorrer¨¢n hasta Bagdad. En Basora, a apenas 50 kil¨®metros de Kuwait, se siente la presencia de los aviones americanos. A las doce menos cuarto de la noche son¨® durante dos minutos la alarma antia¨¦rea en esta ciudad de un mill¨®n de habitantes aproximadamente. A las siete de la ma?ana volver¨¢ a sonar otra vez. "Aqu¨ª estamos acostumbrados a las sirenas", comenta el doctor Abdelkariz, del hospital materno-infantil de la ciudad. "Son tantos los helic¨®pteros y aeroplanos que entran en nuestro espacio a¨¦reo que ya apenas hacen sonar las sirenas, y cuando suenan todo sigue igual, no nos asustamos".
El doctor muestra una serie de fotograf¨ªas horripilantes de beb¨¦s con todo tipo de bultos, protuberancias y malformaciones. ?sos fueron los estragos que, seg¨²n el doctor, dej¨® la guerra en Basora y el uranio empobrecido con que se revisten los proyectiles. "La gente preguntaba antes si su hijo iba a ser ni?a o ni?o. Ahora pregunta si viene bien o mal. Aqu¨ª se dispar¨® el ¨ªndice de ni?os con leucemia. Y ahora no podemos tratarlo con el medicamento adecuado porque, seg¨²n Naciones Unidas, podr¨ªan permitir el desarrollo de armas qu¨ªmicas en el pa¨ªs".
"El problema del uranio es que sus part¨ªculas se quedan suspendidas en el polvo y entran en la cadena alimentaria. En los alrededores de Basora hay unas 300 toneladas de chatarra de tanques con uranio empobrecido. En Kuwait cost¨® una millonada recoger esa basura, empaquetarla y enviarla a Estados Unidos. Aqu¨ª, en Basora, se ha optado por recubrirla de arena", comenta un miembro del Comit¨¦ por la Solidaridad de la Causa ?rabe.
Seg¨²n el m¨¦dico Abdelkariz, despu¨¦s de la guerra se dispararon las malformaciones cong¨¦nitas en Basora en un 3%. "Esa cifra supera con creces la media mundial. Pero la Organizaci¨®n Mundial de la Salud no reconoce el dato porque dice que pueden que no se deban a los estragos producidos por la guerra. Y nosotros, a causa del embargo, no tenemos laboratorios con medios suficientes para mostrar que las malformaciones se deben a los efectos del uranio".
Basora era una ciudad tur¨ªstica antes de la guerra del Golfo de 1991. Pero los bombardeos mellaron la capa fre¨¢tica de la ciudad y ahora las aguas estancadas le dan un olor y aspecto poco compatible con el turismo. El hotel de lujo Sheraton, donde se alojaron los cerca de 30 brigadistas espa?oles, tiene aspecto de no haber recibido una visita tan numerosa desde hace mucho tiempo. Apenas nadie m¨¢s se alojaba all¨ª.
Y nadie m¨¢s se alojar¨¢ durante estos d¨ªas. Por eso, en honor de los espa?oles, durante todo un d¨ªa, el hilo musical transmit¨ªa canciones de Julio Iglesias.
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