Manolo Mart¨ªnez saca su brazo de oro
El leon¨¦s supera a Godina por un cent¨ªmetro en su ¨²ltimo lanzamiento y alcanza el triunfo en peso
"?Deja el brazo atr¨¢s? ?Vamos, Manolo, ahora?". Los consejos de Carlos Bur¨®n, el hombre que dirige a Manolo Mart¨ªnez desde ni?o, se volvieron imperativos en los instantes previos al ¨²ltimo intento del lanzador. Manolo le escuch¨® desde la pista con gesto abstra¨ªdo. S¨®lo acert¨® a mover la cabeza de forma afirmativa. Entend¨ªa perfectamente lo que quer¨ªa su entrenador. "?Manolo, deja el brazo atr¨¢s, relajado"?, le hab¨ªa dicho antes, tras el quinto lanzamiento, el peor de una serie sensacional que se cerrar¨ªa con un tiro hist¨®rico. Apenas ocho d¨¦cimas de segundo, el segmento temporal que agrupa un tiro desde que el atleta comienza el movimiento hasta que la bola de siete kilos sale disparada de la mano, significaron uno de los mayores ¨¦xitos del atletismo espa?ol, y no han sido pocos en los ¨²ltimos a?os. Manolo Mart¨ªnez lanz¨® el peso a 21,24 metros, un cent¨ªmetro m¨¢s que la marca del estadounidense John Godina, uno de los astros indiscutibles de la especialidad.
Antes de que el marcador ofreciera el resultado, el atleta espa?ol supo que su lanzamiento hab¨ªa sido especial. Se gir¨®, se cuadr¨® como un forzudo, emiti¨® un gru?ido que se escuch¨® en todos los rincones del recinto y dirigi¨® la mirada a su entrenador. Bur¨®n, preso a partes iguales por los nervios y por la satisfacci¨®n, apenas acert¨® a ofrecer una sonrisa a su atleta. El ¨¦xito ten¨ªa consecuencias superiores para ambos. Ven¨ªan de meditar sobre los efectos de la decepci¨®n en los ¨²ltimos Campeonatos de Europa, de repasar detalladamente todos los aspectos de aquella derrota, del dram¨¢tico quinto puesto en M¨²nich. Hab¨ªan cambiado el r¨¦gimen de entrenamientos, de doble sesi¨®n (siete horas) en noviembre y diciembre, y hab¨ªan reflexionado sobre detalles t¨¦cnicos que requer¨ªan un cambio, porque en las ocho d¨¦cimas de segundo de un lanzamiento cabe un libro de explicaciones t¨¦cnicas. Ese tiro ganador ven¨ªa a decir que hay justicia, "porque Manolo lo merece m¨¢s que nadie", confesaba Bur¨®n. En Birmingham, Manolo Mart¨ªnez enterr¨® los fantasmas de M¨²nich y manifest¨® lo que es evidente: su car¨¢cter de genio singular, pues representa para el atletismo espa?ol lo mismo que Santana, Ballesteros o Nieto. Sin ¨¦l, Espa?a ser¨ªa lo que siempre fue, un pa¨ªs paria en los lanzamientos.
Esta vez lleg¨® a la competici¨®n con el cartel de tapado. Durante semanas no logr¨® pasar de 20 metros, circunstancia que dispar¨® alarmas infundadas. Se abrieron preguntas sobre su estado y se lanzaron conjeturas que indignaron a su entrenador. "Dijeron que estaba acabado, que no se recuperar¨ªa de la frustraci¨®n de M¨²nich. ?Hasta dijeron que la pol¨ªtica hab¨ªa podido con ¨¦l?". Carlos Bur¨®n descargaba el memorial de agravios de las ¨²ltimas semanas. ?l sabe que Manolo es de una pieza y que no hab¨ªa motivos para la preocupaci¨®n. "Es verdad que va en la lista del PP por Le¨®n como independiente, pero eso no le ha alterado nada". La cuesti¨®n era de otra naturaleza. Si hab¨ªa que revisar algo despu¨¦s de los Campeonatos de Europa, ser¨ªan detalles de orden t¨¦cnico. Por ejemplo, cierta deformaci¨®n en la forma de colocar el brazo. Por mejorar sus marcas, Manolo hab¨ªa acabado por utilizar un movimiento casi rotatorio en la t¨¦cnica lineal. "Hay que cambiar eso", le dijo Bur¨®n. "Pero eso significa volver a lo que me ense?aste de junior", le contest¨® Manolo. "Eso es lo que quiero".
Lo que quer¨ªa Bur¨®n era regresar a lo b¨¢sico, a no entrar en goyer¨ªas que terminan por desvirtuar la delicada secuencia de los lanzamientos. "Ahora soy m¨¢s lineal, m¨¢s puro cuando lanzo", dijo Manolo Mart¨ªnez. "Al final siempre resulta que lo mejor es lo b¨¢sico". Despu¨¦s de la incertidumbre de las ¨²ltimas semanas, provocada principalmente por una gastroenteritis que le debilit¨® considerablemente, el lanzador espa?ol acudi¨® a los Mundiales con optimismo. Hab¨ªa lanzado recientemente 20,82 metros y llegaba a Birmingham sin presi¨®n. No era el favorito, y hasta se le ve¨ªa fuera de la lucha por las medallas. Pero los datos que manejaba con Carlos Bur¨®n eran significativos. Estaba m¨¢s fuerte que nunca, tan r¨¢pido como siempre y sin fantasmas mentales. Adem¨¢s en Birmingham le mejor¨® el ¨¢nimo. Le gust¨® que colocaran el c¨ªrculo de lanzamiento en el centro de la pista. Por una vez, el lanzamiento de peso no se disputaba en un rinc¨®n. Le gust¨®, por tanto, sentirse protagonista del escenario y respondi¨® de forma impecable: cuatro lanzamientos por encima de 21 metros, el ¨²ltimo suficiente para ganar por un cent¨ªmetro a John Godina y para proclamarle campe¨®n del mundo. Qui¨¦n lo hubiera dicho de un lanzador espa?ol.
El riesgo de una parrillada
Una gastroenteritis aguda estuvo en la causa de las mediocres marcas de Manolo Mart¨ªnez en el arranque de la temporada. El hombre que se hab¨ªa habituado a lanzar por encima de 21 metros, no lograba alcanzar la barrera de los 20. Causaban perplejidad esos lanzamientos de medio pelo y se aventuraban explicaciones que hicieron da?o en el entorno del lanzador. La realidad era otra. Todos los par¨¢metros indicaban que estaba m¨¢s fuerte que nunca, moviendo pesos descomunales en los entrenamientos. Hab¨ªa llegado a levantar 305 kilos en pectoral y no hab¨ªa raz¨®n para dudar de las grandes marcas que se avecinaban. Pero una parrillada de pescado en Zaragoza puso en peligro toda la preparaci¨®n.
Manolo Mart¨ªnez hab¨ªa viajado a Zaragoza para disputar su primera competici¨®n del a?o. En la v¨ªspera sali¨® a cenar con unos amigos. Por la noche se sinti¨® indispuesto, con los claros s¨ªntomas de una gastroenteritis que se ceb¨® en ¨¦l durante una semana. "A pesar de todo, lanc¨¦ en Zaragoza. Estaba p¨¢lido; parec¨ªa un cad¨¢ver. Hice 19,60 metros, que vistas las circunstancias no estuvo nada mal". Perdi¨® ocho kilos. Se qued¨® en 129 kilos y entr¨® en un estado de debilidad que ha requerido de algunas semanas para superarlo.
En Birmingham se sent¨ªa con todo el vigor de sus mejores d¨ªas. Estaba recuperado definitivamente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.