La palabra
Plegada toda su longitud, delgada y ¨¢gil, sobre una silla que a la fuerza le hab¨ªa de venir peque?a, delante de la mesa de los oradores y frente a un semic¨ªrculo de disc¨ªpulos, Jos¨¦ Saramago, con voz joven y palabra fluida, despleg¨® su saber, su agilidad mental y su sentido del humor en un curso doctoral de la Universidad Pablo de Olavide que trataba sobre El poder de la palabra. S¨®lo asist¨ª el ¨²ltimo d¨ªa y fue suficiente para no albergar ninguna duda de que Saramago era la persona adecuada porque la palabra es su poder. Adem¨¢s tiene bien estudiado el tema en una cr¨®nica suya titulada Las palabras.
El due?o, pues, de la palabra rompi¨® el silencio producido tras su entrada con un "Bueno, ?qu¨¦ hacemos?". Enseguida comenzaron a llegarle preguntas deshilvanadas, nuevas y del d¨ªa anterior, de temas diferentes, y Jos¨¦ Saramago sonre¨ªa a veces con humor y otras invocaba "la ira de los mansos", pero siempre contestaba ordenando sus ideas en razones que se deslizaban desde la superficie hasta la ra¨ªz de las preguntas. Dejando todo muy claro. Hubo, por ejemplo, quien parec¨ªa desear acercarse a un hecho religioso popular desde los sentimientos, y Saramago comenz¨® diciendo que siempre llevamos sedimentos de creencias que ¨¦l cre¨ªa que no se pueden separar del cerebro. Pero para reflexionar sobre lo irracional s¨®lo se puede utilizar la raz¨®n; incluso para tener una creencia es necesario tambi¨¦n utilizar la raz¨®n porque no hay nada m¨¢s. Hasta la misma crueldad es una raz¨®n aunque sea raz¨®n ciega e injusta; los animales, en cambio, por no poder razonar tampoco pueden ser crueles. A trav¨¦s de la raz¨®n se puede levantar una estructura de cualquier idea con m¨¢s o menos sentido; tambi¨¦n en el caos, dijo, hab¨ªa un orden por descifrar. No s¨¦ si eso quiere decir que no es posible el des-orden. S¨®lo tipos de ¨®rdenes distintos.
Saramago no es partidario de muchas citas y en eso todo el mundo estaba de acuerdo. Tampoco le gusta la palabra esperanza, pero como ese tema sali¨® al final, no le dio tiempo a analizarlo. De todos modos lo hace en una cr¨®nica cuya fotocopia repartieron y en donde afirma que prefiere otra m¨¢s en¨¦rgica: la palabra voluntad.
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